VALÈNCIA. El Ayuntamiento de Algemesí ha vetado la construcción de nuevas viviendas a ras de suelo. Al menos, por ahora. El pleno aprobó por unanimidad el pasado 31 de julio una moratoria que suspende la concesión de licencias y declaraciones responsables, incluidas las que gestiona junto a la Entidad Colaboradora Urbanística de la Generalitat Valenciana (ECUV), para convertir plantas bajas en viviendas o alojamientos turísticos. Según se especifica en el texto aprobado, la medida se aplicará en todas las zonas del municipio donde el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) permite el uso residencial.
La suspensión durará como máximo dos años, aunque podría levantarse antes si en un año se somete a exposición pública la modificación del plan urbanístico. El objetivo, según explicó el concejal de Urbanismo, Fransico de Borja Revilla, es evitar que se autoricen reformas en bajos que no cumplan la normativa que el consistorio prevé adaptar "de forma inminente" tras lo sucedido el pasado 29 de octubre, cuando la Dana arrasó decenas de municipios en la provincia de Valencia.
En ese sentido, Revilla recordó que muchas de las personas afectadas vivían en plantas bajas habilitadas como viviendas, que no contaban con medidas de seguridad frente a inundaciones y en zonas próximas a cauces y barrancos. "Hay un consenso general en que esto requiere cambios urbanísticos. Queremos evitar que se autoricen obras que, cuando la normativa cambie, no se ajusten a las nuevas condiciones", señaló. Asimismo, el edil de Urbanismo advirtió de que la suspensión también afecta a los alojamientos turísticos, que a menudo se ubican en bajos y que, en ocasiones, carecen de ventilación o luz natural.

- Las calles de Algemesí tras la Dana. - Foto: A.MARTÍNEZ/EP
Consenso en la necesidad de actuar
La oposición coincidió con la postura del Gobierno Local, formado por PP y Vox. El concejal de Esquerra Unida del Pais Valencià (EUPV-Endavant), Anthony John Cooper, calificó la medida de "razonable" y subrayó que la regulación debe revisarse para impedir problemas como los que se viven en grandes ciudades, donde la proliferación de pisos turísticos se produce de forma descontrolada. "En Algemesí, no sufrimos esa presión, pero hay que prevenir", matizó Cooper.
En la misma línea, el portavoz de Més Algemesí, Josep Antoni Bermúdez, apoyó la propuesta "por sentido común" y explicó que la moratoria enlaza con la modificación número 9 del PGOU, que todavía se encuentra en fase de borrador. Considera que la suspensión "protege a quien quiera hacer obras", evitando que se vea obligado a rehacer proyectos por cambios normativos a mitad de ejecución. Bermúdez aprovechó para pedir que el resto de grupos políticos pueda hacer aportaciones desde las fases iniciales del nuevo plan.

- Imagen de una calle de Algemesí tras el paso de la Dana -Foto: ACSA ALGEMESÍ
Por su parte, la socialista, Palma Eguido, insistió en que la reforma urbanística también debe abordar un problema creciente: la desaparición de comercios locales, que se han reconvertido en garajes, viviendas y pisos turísticos. A su juicio, las ordenanzas "deben adaptarse a los retos ambientales y sociales", de forma que se proteja tanto a los vecinos como a la actividad económica del municipio.
Una medida que se extiende por las zonas afectadas
Con este acuerdo, Algemesí se suma a la lista de municipios que han adoptado medidas similares tras la Dana. Por ejemplo, en l'Horta Sud, otra de las comarcas afectadas por la riada, los consistorios de Sedaví, Massanassa y Albal han aprobado suspensiones de licencias para impedir nuevas viviendas en bajos y transformar locales, a fin de ganar tiempo para replantear sus normativas urbanísticas y reforzar la seguridad en zonas sensibles a las inundaciones.