VALÈNCIA. El Ayuntamiento de Manises ha aprobado la creación de una delegación especial para gestionar los efectos de la Dana, que arrasó más de 80 municipios valencianos el pasado mes de octubre. La medida, publicada en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), llega a un mes de cumplirse el primer aniversario de la riada y busca reforzar la coordinación de los recursos humanos, materiales y económicos movilizados tras las intensas lluvias que colapsaron infraestructuras y servicios, sobre todo en el aeropuerto de València, ubicado en el término municipal.
El alcalde de Manises, Javier Mansilla, ha delegado esta responsabilidad en el concejal de Territorio y Turismo, Ángel Mora, licenciado en arquitectura por la Universitat Politècnica de València (UPV) y con amplia trayectoria en el ámbito urbanístico y medioambiental dentro del PSPV-PSOE, formación a la que se afilió en 2002. La designación se hará efectiva una vez se haya notificado el acuerdo y tras su aceptación por parte del edil, además de ser ratificada en el pleno municipal, previsto para el próximo 25 de septiembre.

- El concejal encargado de la nueva delegación especial para la gestión de la Dana, Ángel Mora. - Foto: AYUNTAMIENTO DE MANISES
Según el decreto, Mora asumirá la coordinación de los medios humanos y materiales municipales en las labores de reparación y reconstrucción, así como la supervisión de los informes técnicos que marcarán las prioridades de actuación. Además, gestionará de manera directa la comunicación con brigadas de obras, empresas colaboradoras y personal municipal.
Del mismo modo, representará al consistorio ante otras administraciones, como la Generalitat Valenciana o la Delegación del Gobierno, para canalizar ayudas, subvenciones y apoyos técnicos. Entre sus funciones, también se incluye la propuesta de contrataciones urgentes de bienes y servicios, siempre ajustadas a los procedimientos legales, con el fin de responder con rapidez a las necesidades derivadas del temporal.
Un municipio en alerta durante la Dana
Aunque Manises no fue uno de los municipios más devastados por la Dana, sí se vio obligado a adoptar medidas extraordinarias por la emergencia, como la suspensión de clases, el cierre de instalaciones públicas o la cancelación de la agenda institucional. Además, la población padeció el día posterior de la Dana un corte en el suministro del agua potable, que, según aseguró el ayuntamiento en un comunicado, "se solucionó antes del mediodía del 30 de octubre".
Por su parte, el aeropuerto de València, ubicado en el término municipal de Manises, fue uno de los puntos más golpeados: las pistas quedaron anegadas, con una treintena de vuelos desviados y 49 cancelados, lo que situó al municipio en el centro de la atención mediática durante aquella jornada. A posteriori, el Gobierno central concedió 23.240.617,17 euros al Ayuntamiento de Manises para financiar la recuperación de infraestructuras públicas.
Entre las actuaciones ya definidas, destacan los 16 millones destinados a la limpieza del cauce del río Turia, los 1,2 millones para reforzar el muro del polígono industrial El Barranquet y una batería de mejoras en instalaciones municipales que resultaron afectadas por la tromba de agua. Estas inversiones, de carácter estratégico, pretenden no solo reparar daños, sino también reforzar la resiliencia del municipio frente a futuros episodios meteorológicos extremos.

- Lecho del río Túria, a su paso por Manises, tras la Dana del 29-O. -
- Foto: AYUNTAMIENTO DE MANISES
Una tendencia que se extiende por l'Horta Sud
La creación de delegaciones específicas para la gestión post-Dana comienza a coger fuerza como una fórmula administrativa en la comarca de l'Horta Sud. De hecho, el municipio de Massanassa fue el primero en constituir una concejalía de carácter similar, que asumió la edil de Bienestar Social, Patricia Piqueras. Otras localidades de la 'zona cero' también estudian replicar este modelo, considerado una herramienta eficaz para garantizar que los recursos lleguen a tiempo y que la coordinación institucional no se diluya en la maraña burocrática que ha conllevado la riada.