VALÈNCIA. Casa Caridad ha gestionado 5,5 millones de euros en ayudas tras la Dana que el pasado 29 de octubre dejó miles de afectados en la provincia de Valencia. Así lo ha detallado este martes su presidenta, Elena Sánchez, en la presentación de la Memoria de Actividad Anual del año 2024. La emergencia obligó a la entidad a redirigir sus recursos y duplicar esfuerzos sin interrumpir su actividad habitual.
Según ha explicado la directora-gerente de Casa Caridad, Guadalupe Ferrer, "nos convertimos en un centro logístico de la noche a la mañana. Movilizamos recursos y personas para llegar a las zonas más afectadas". Durante los primeros días, la entidad recibió más de 1.000 llamadas de particulares y representantes municipales. La organización coordinó su respuesta con los servicios sociales y ayuntamientos de municipios como Alfafar, Paiporta o Sedaví.
Entre las primeras donaciones, Ferrer ha destacado el reparto de más de 500 palés de productos básicos y alimentos frescos en la 'zona cero', donde los supermercados también quedaron arrasados por la riada. Asimismo, Casa Caridad entregó 5.426 electrodomésticos esenciales, como frigoríficos, lavadoras o microondas.
Según Ferrer, estos dispositivos se distribuyeron en coordinación con los consistorios de las localidades afectadas, con el objetivo de que las personas más necesitadas los obtuviesen. En esta línea, la inversión "superó los 920.000 euros". Además, la entidad ha destinado cerca de medio millón de euros a subvencionar el alquiler o la rehabilitación de 123 viviendas, con ayudas de hasta 4.000 euros por caso.
Las cifras presentadas este martes en la sede que la organización tiene en el paseo de la Pechina, en València, reflejan la magnitud del dispositivo. En total, Casa Caridad ha atendido a más de 20.000 personas y ha ejecutado el 92% del total recaudado. El proceso será auditado por la firma BDO y toda la recaudación se ha canalizado a través de una cuenta bancaria específica para esta emergencia.
Doce viviendas en Torrent para los afectados por la Dana
En el ámbito económico, se han concedido ayudas directas a 115 pequeños comercios locales, con una donación total de 859.000 euros. Asimismo, se han adjudicado 270 becas a estudiantes de Formación Profesional (FP) en las zonas más perjudicadas por la tragedia, con una inversión de 160.748 euros.
Por otra parte, se han destinado 27.515 euros a ayudas sanitarias, entre las que figuran gafas, sillas de ruedas o camas articuladas. En la misma línea, Ferrer ha explicado que se han invertido 62.000 euros para facilitar la movilidad de las personas damnificadas.
Pero, si una iniciativa ha marcado el ejercicio de 2024 en Casa Caridad tras la Dana ha sido el Proyecto Fénix, que ha permitido la adquisición de 12 viviendas en Torrent. Todas ellas, según ha asegurado Ferrer, están amuebladas y listas para entrar a vivir. La inversión fue posible gracias a una donación de 2,37 millones de euros de la Fundación para la Promoción de Acciones Solidarias.
Estos domicilios, donde residen 62 personas en la actualidad,suponen una solución habitacional mientras las familias rehabilitan sus hogares, tramitan ayudas públicas o acceden a viviendas sociales. Es el caso de Silvia Torres, vecina de Torrent, que perdió su casa durante la Dana.

- Una de las 12 viviendas que Casa Caridad adquirió en Torrent para los afectados por la Dana. -
- Foto: CASA CARIDAD
Silvia vivía en una urbanización junto al barranco de l'Horteta, en primera línea. "El agua subió un metro en cuestión de minutos. Tuvimos que subir a los niños a las plantas superiores de la casa y refugiarnos hasta que vino la policía", recuerda.
Su vivienda fue declarada en ruina y, durante semanas, su familia tuvo que desplazarse más de 100 kilómetros diarios en un coche alquilado para mantener la rutina escolar de sus hijos. El 23 de diciembre, Casa Caridad contactó con ella para comunicarle que había sido seleccionada para una de las viviendas del Proyecto Fénix.
"Fue un regalo de Navidad. No sabíamos dónde estaba la casa, pero cuando llegamos, tenía de todo: menaje, comida para Nochebuena... Nos devolvieron la tranquilidad", ha afirmado Silvia. Desde entonces, recibe el acompañamiento del equipo de intervención social de la entidad. "Cualquier necesidad que tenemos, ellos la gestionan. Siempre están atentas", cuenta.
Para Silvia y su familia, mantener la estabilidad escolar de los niños ha sido prioritario. "Nos hemos quedado en Torrent por el colegio. Allí tienen a sus compañeros y profesores... Es la única normalidad que les quedaba", ha explicado. Aunque su vivienda no podrá recuperarse, la familia confía en poder reconstruir su proyecto de vida en este entorno.