VALÈNCIA. Castelló de la Ribera intenta pasar página de las consecuencias que dejó la Dana del pasado 29 de octubre. Aquel día, mientras el resto de la provincia de Valencia aún vivía una mañana tranquila, los municipios de la Ribera Alta ya achicaban agua de calles, viviendas y negocios. Una de las zonas más afectadas de esta comarca fue el sur de Castelló, donde se produjo una acumulación repentina de agua que anegó varias parcelas.
El pasado viernes, día 13 de junio, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) presentó al Ayuntamiento un informe técnico que analiza en detalle aquel episodio y propone dos posibles soluciones para mitigar el riesgo de nuevas inundaciones en el municipio. El documento también se ha expuesto a los vecinos y vecinas este lunes por la tarde, en un acto público celebrado en el salón de plenos del consistorio y en el que han participado tanto la alcaldesa del municipio, Horte Gómez, como el presidente de la CHJ, Miguel Polo.
El estudio, al que ha tenido acceso este diario, parte de los registros obtenidos por el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), que recogieron esa jornada una precipitación acumulada de 188,6 milímetros en apenas diez horas y un caudal de unos 70 metros cúbicos por segundo en el río Albaida. Sin embargo, las mediciones hidrológicas descartan que esa crecida fuera suficiente para provocar una inundación fluvial.
"Nunca había llovido tanto en esa zona en tan poco espacio de tiempo", explican desde la CHJ a Valencia Plaza. "El problema no fue un desbordamiento, sino la propia lluvia, que generó una escorrentía que no pudo ser evacuada correctamente", apuntan fuentes del organismo estatal.

- Los vecinos y vecinas de Castelló de la Ribera en la presentación del informe de la CHJ. -
- Foto: CHJ
Durante el encuentro, se explicó a los vecinos que el origen de la acumulación de agua estuvo relacionado con un desvío realizado en su día junto a la carretera CV-560, una actuación que fue ejecutada por la Diputación de Valencia. Esa obra había redirigido el flujo pluvial hacia el entorno urbano sin una infraestructura de evacuación adecuada. Ante esta situación, la CHJ ha propuesto construir un colector que recoja esa escorrentía y la derive de forma directa al río Albaida.
De hecho, será la propia CHJ quien presente un escrito a la Diputación para solicitar le ejecución de esta obra. El presidente del organismo, Miguel Polo, cree que no hay dificultades para llevarla a cabo, ya que la institución provincial dispone de "fondos suficientes para realizar proyectos vinculados a la Dana", así como terrenos próximos al trazado de la carretera donde se podría construir la infraestructura.
Además, los vecinos también plantearon ampliar el colector de la calle Ronda Monteolivet, situado junto a la zona afectada, para mejorar la capacidad de drenaje de la red municipal. En este caso, la respuesta fue menos concreta. Polo aseguró que la CHJ estudiaría la propuesta, pero sin comprometerse a una intervención específica.
Por otra parte, la ausencia del vicealcalde, Òscar Noguera, también fue comentada entre algunos asistentes. Noguera, que pertenece al partido Gent de Castelló i Esquerra (GCiE), asumirá esta semana la alcaldía del municipio en virtud del acuerdo de gobierno alcanzado tras las elecciones de 2023 entre PSPV, GCiE y Esquerra Unida. Preguntado por Valencia Plaza, Noguera ha señalado que "la alcaldesa no nos ha informado de nada", en relación con la convocatoria del acto y el contenido del informe técnico.
Un colector de entre 4 y 5 metros de profundidad
El informe de la CHJ propone la construcción de un drenaje longitudinal paralelo a la CV-560, con un colector subterráneo de entre 4 y 5 metros de profundidad que canalizaría las aguas hacia el río Albaida. Esta solución, de aproximadamente 1.000 metros de longitud, aprovecharía la capacidad hidráulica del cauce, que, según el estudio, permitiría absorber ese caudal adicional.

- Propuesta de drenaje longitudinal hacia el río Albaida. -
- Foto: CHJ
Sin embargo, la CHJ baraja una segunda opción: reforzar el desagüe natural de la superficie hidrográfica que atraviesa el municipio y lleva el agua hacia el río Júcar. No obstante, el organismo advierte que esta alternativa implicaría una obra de mayor recorrido y podría afectar a parcelas situadas aguas abajo, por lo que requeriría estudios complementarios para evitar nuevas afecciones.
Además, el informe contempla la posibilidad de instalar tanques de tormentas como solución adicional, aunque advierte que este tipo de infraestructuras tienen una capacidad limitada que puede ser superada en episodios de lluvia intensos como el vivido en octubre.
La CHJ concluye que el episodio no alcanzó las características de un evento extremo y lo sitúa dentro de un periodo de retorno estimado entre 10 y 25 años. Aún así, el organismo subraya la necesidad de reforzar el sistema de evacuación de aguas pluviales en la zona, sobre todo, en puntos sensible como el entorno de la carretera CV-560.
"No fue una inundación causada por el desbordamiento de un cauce. Fue la intensidad de la lluvia lo que generó el problema", insisten desde la CHJ. Por su parte, el Ayuntamiento de Castelló de la Ribera ahora debe coordinar con las administraciones implicadas los próximos pasos para reducir el riesgo de nuevas inundaciones.