VALÈNCIA. Eva María Tejedor Marí llegó a la alcaldía de San Antonio de Benagéber casi por sorpresa. En las elecciones municipales del 2023 fue la única concejala que obtuvo su partido, Unión de Ciudadanos Independientes (UCIN). Tejedor alcanzó un acuerdo con buena parte de la oposición, incluyendo a dos concejales del PP —actuales tenientes de alcalde— y con el respaldo de Vox, cuyos dos ediles no forman parte del equipo de gobierno, pero sí gestionan áreas. Guanyem-SAB (marca local de Compromís) también apoyó la investidura con sus dos concejales, aunque decidió mantenerse en la oposición. Así, Tejedor logró la alcaldía pese a ser la única edil de su formación.

Sin embargo, una de las concejalas de Vox ha decidido romper ese pacto y votar a favor de la moción de censura que lidera el ex alcalde de esta localidad, Enrique Santafosta, que ahora representa al PP, pero que estuvo al frente de la formación Agrupación de San Antonio de Benagéber (AISAB) hasta hace unos pocos meses. Por tanto, con los votos favorables de la concejala de Vox, de dos ediles no adscritos y de los cinco representantes de AISAB, Tejedor dejará previsiblemente de ser alcaldesa el próximo 24 de septiembre, día en que se votará la moción. 

-¿Cómo afronta esta moción de censura?

-Con la tranquilidad de haber trabajado por mi pueblo y con la tristeza de ver que, una vez más, que el oportunismo político se impone al interés de los vecinos y vecinas. San Antonio de Benagéber es un municipio con apenas 28 años de autonomía política, y en este tiempo hemos sufrido demasiadas mociones, dimisiones y expulsiones que generan inestabilidad y desaliento entre los vecinos. Es una pena que algunos sigan poniendo sus intereses particulares por delante de los de la ciudadanía, cuando lo que necesita nuestro pueblo es estabilidad, proyectos a largo plazo y respeto institucional.

-Su ejecutivo estaba conformado y apoyado por muchas siglas políticas, y se ha criticado mucho que estaba marcado por la inestabilidad, ¿Ha sido así?

-En absoluto. Ha estado marcado por el entendimiento entre diferentes y por el esfuerzo común. Llegué a la alcaldía porque todos los grupos entendieron que era necesario frenar el regreso del exalcalde tránsfuga Enrique Santafosta. Desde entonces hemos trabajado duro, con nuestras diferencias, pero logrando avances reales para el pueblo. Lo que vivimos ahora no es inestabilidad, es una traición personal de una exedil, por problemas internos con su partido, que ha decidido romperlo todo a año y medio de las elecciones. No hay justificación política, solo intereses personales y económicos que nada tienen que ver con el bien de San Antonio de Benagéber. La pregunta de todo esto es ¿qué han pactado? ¿cuánto le va a costar esto a los vecinos y vecinas de este pueblo?.

-¿Ha hablado con el candidato a la moción?

No. Lo único que sé es que ya ha pasado por el Ayuntamiento y ha empezado a pedir a los técnicos de la planta de alcaldía que recojan sus cosas porque ‘va a necesitar muchos despachos’ para su nuevo gobierno, frente al ejecutivo actual, el más económico de la historia de este pueblo. Me parece un comportamiento detestable, una falta de respeto a las instituciones y al personal municipal. Estoy preocupada, porque cuando llegué había un clima irrespirable entre gobierno y trabajadores, y hemos conseguido cambiarlo para trabajar unidos y con confianza. Esto ha atraído a nuevos talentos a trabajar a esta institución. Todo eso corre peligro de romperse con esta forma de actuar.

-¿María José Esteve le acusa de tener un gobierno en parálisis como causa de la ruptura del ejecutivo. ¿Es así?

-En absoluto. Solo hay que pasear por el pueblo para ver la cantidad de obras que hay ya en marcha. El momento elegido para la moción no es casual: buscan apropiarse del mérito del trabajo duro que ya está hecho y se empieza a ver. Pero la gente no es tonta y sabe quién ha trabajado por el pueblo y quien por los intereses personales. Lo que ocurre es que cuando llegamos al Ayuntamiento nos encontramos contratos caducados, facturas escondidas en cajones y una red de desvíos ilícitos que destapamos y llevamos a la justicia. El exalcalde dejó auténticos ‘pufos’: en la piscina municipal llena de deficiencias, la obra de la Casa de la Cultura con una empresa a la fuga o el proyecto para el centro de salud, que se quedó en una demolición y en un solar.

En este Ayuntamiento para dar un paso adelante antes hay que dar dos atrás para deshacer nudos, y en estos dos años hemos estado centrados en poner orden. Además hemos avanzado en proyectos como el desdoblamiento de la CV-35, el reasfaltado de todo el casco urbano y mejora de vías en urbanización, el nuevo cementerio, el impulso de las fiestas y las tradiciones, y el pago de deudas a todas las asociaciones del municipios, entre otras muchas iniciativas.

-Sobre esa supuesta red de desvíos ilícitos que has denunciado. ¿Qué nos pueden avanzar?

-El asunto está en manos de la Justicia. Detectamos movimientos irregulares de dinero público mantenidos en el tiempo y lo pusimos en conocimiento. La Guardia Civil se llevó ordenadores y eso dejó al Ayuntamiento prácticamente paralizado durante un tiempo. Serán los juzgados quienes determinen los culpables y sus responsabilidades. Lo que sí me preocupa, y quiero dejarlo claro, es que existe un riesgo real de que, si Santafosta vuelve a la alcaldía, retire la denuncia y frene la auditoría interna que hemos impulsado. De hecho, él y su grupo no apoyaron esta investigación interna en el pleno. Eso pondría en peligro que se depuren responsabilidades y que se devuelva el dinero público que pueda haberse desviado. Y los vecinos y vecinas deben saberlo, porque es dinero de sus impuestos.

-Es la segunda vez que ocupa un puesto en el Ayuntamiento. La primera vez abandonó antes de acabar la legislatura. ¿Qué ocurrió entonces?

-Me gusta pensar que mi trayectoria política también ha sido una historia de empoderamiento femenino. Estuve en AISAB hasta 2018, cuando renuncié tras soportar conductas inaceptables del exalcalde Santafosta y me obligué a priorizar mi salud. La vida y los años te curten. Por ello, en 2023 volví a la política activa con un proyecto modesto a través de UCIN. El resultado es que acabé siendo la primera alcaldesa de San Antonio de Benagéber gracias al consenso a izquierdas y derechas, para evitar que este señor regresara. Un acuerdo del que prácticamente me enteré en el pleno de investidura, sin haber participado prácticamente en las negociaciones. Los representantes de mis vecinos me eligieron a mi. Y eso no un gobierno ‘Frankestein’, porque en la democracia actual, el verbo gobernar se conjuga pactando. Por eso me duele que ahora sea precisamente una mujer, la exedil de Fiestas, la que facilite devolver la alcaldía a un tránsfuga que ni vive en este pueblo, ni sabemos a qué se dedica.

-Es muy dura con la figura del exalcalde. Al fin y al cabo, fue quien gano las elecciones. ¿No cree que algo haría bien?

-Es cierto, Enrique Santafosta ganó las elecciones, aunque claramente de manera insuficiente: con solo cinco concejales frente a los ocho que no le apoyamos en la investidura. No se le quita mérito con lo que hiciera, pero hay que recordar sus actitudes profundamente antidemocráticas durante sus mandatos: subió su propio sueldo un 40% mientras recortaba el de la oposición, cedió la alcaldía para autoconcederse un crédito al 0% durante la pandemia, al tiempo que no pagaba a las asociaciones locales. Y solo hay que ver cómo ha abandonado su propio partido este año para irse a las filas del PP, cambiando los estatutos para esquivar la multa que el mismo había puesto para no no sufrir el transfuguismo que el mismo ha realizado. Son hechos que muchos vecinos desconocen, pero cada vez se saben más.

-Usted ha pasado a no adscritos. ¿Es también tránsfuga como Enrique Santafosta o María José Esteve?

-Esto es algo que ya he dejado claro en el pleno en cuanto ocurrió. Yo he ayudado a muchos partidos en este pueblo, porque San Antonio y sus vecinos es mi gran pasión. Mi padre fue colono de este municipio desplazado y mi tío el alcalde que logró la segregación de Paterna. Cuando me presenté por UCIN fue una herramienta para volver a la vida política con un partido que me prometió toda la independencia que quisiera. Y desde UCIN, juntos dimos el salto a la Unión Municipalista donde tengo un cargo orgánico. Finalmente UCIN decidió, sin consultar a su representantes, abandonar la Unión Municipalista. Nosotros apostamos por quedarnos en esta estructura y UCIN nos ha dejado tirados no solo a Eva Maria Tejedor, si no a también representantes de otros pueblos. Creo que nada tiene que ver con cambiar de partido en mitad legislatura o romper un equipo de gobierno, como hemos vivido en este pleno este año.

-¿Qué hará si pierde la moción de censura? ¿La considera imparable?

-La evidencia es que siete ediles han firmado la moción, y siete son más que seis. Pero en política nada es seguro; no hay que olvidar que yo también llegué a la alcaldía en circunstancias inesperadas. De salir adelante, este nuevo gobierno estaría sustentado por un alcalde tránsfuga, una concejala expulsada de Vox y un edil del PP no adscrito. La fotografía es desalentadora, pero puede ocurrir. Pese a todo, estoy dejando el trabajo preparado para una transición ordenada, porque cuando llegué yo no me encontré con eso, sino con problemas acumulados y documentos escondidos en los cajones. No podemos dar nada por hecho, pero si finalmente dejo la alcaldía, me reincorporaré a mi trabajo habitual al día siguiente, como he hecho siempre, sin pausa ni excusas.

-En su carta abierta a la ciudadanía trasladó un mensaje de esperanza. ¿Volverá a presentarse a las elecciones en 2027?

-Ahora mismo estoy centrada en la legislatura actual. La terminaré si así me lo permiten y, si no, ejerceré la labor de control desde la oposición. Lo que sí está claro es que la Unión Municipalista me ha abierto un espacio con más alcance, medios y estructura, que refuerza el proyecto de quienes queremos un San Antonio de Benagéber mejor. Mi compromiso con el pueblo no termina con una moción. Nadie podrá frenar, lo que juntos hemos despertado. 

-Usted abandonó UCIN para formar parte de la Unión Municipalista. ¿Se ha sentido respaldada por la formación?
-Sí, me he sentido respaldada por muchos compañeros de la Unión Municipalista, que están intentando frenar este sinsentido. 

-¿Considera que la agrupación se está moviendo lo suficiente para frenar la moción?
-Hemos tenido varias reuniones para abordar este asunto. Pero también tengo que decir que la coordinadora provincial, Natalia Enguix y Jorge Rodríguez, deberían implicarse mucho más en lo que está ocurriendo en San Antonio de Benagéber. No podemos permitir que el PP, al que se apoya en la Diputación, recupere alcaldías a un año y medio de las elecciones sin plantar cara. Este puede ser el primer intento de muchos. La Unión Municipalista nació precisamente para darnos fuerza en situaciones como esta y me consta que la preocupación por este asunto se extiende ya por muchos municipios. Estamos a tiempo de reaccionar y espero que se haga.

-Si desde la Unión consiguieron poner a un alcalde municipalista en Sueca arrebatándole la vara de mando a un socialista con un voto favorable del PP, ¿Por qué no han conseguido todavía frenar una moción liderada por el PP contra una alcaldesa de su partido?

-Lo que pasó en Sueca es precisamente el ejemplo de cómo la Unión hizo lo imposible para conseguir una capital estratégica en la comarca y en este caso la vicepresidenta fue la argamasa que consiguió que PP y Compromís llegasen a entenderse para posibilitar el cambio. Aquello fue mucho más complicado de lo que en realidad pasa aquí, donde se va a expulsar del gobierno a una municipalista y a dos ediles del PP, apoyados por otros dos ediles no adscritos que también pertenecen al PP. 

-¿Y se ha sentido respaldada por algún partido más?
-A nivel local, Guanyem ha criticado la moción públicamente. Es un apoyo a su manera, pues es un gesto pero con poca implicación real. Y es que, en su día apoyaron este gobierno pero no han tendido demasiadas manos en la legislatura. No obstante, Pau Andrés como diputado provincial y vecino, debería ser el primer interesado en presionar para frenar esta barbaridad política. También desde Vox se ha mostrado apoyo, y prueba de ello es la expulsión de la exedil de Fiestas. Y en este sentido, Vox debería tener el deber moral de actuar desde la Diputación como apoyo táctico del gobierno provincial que es. Al fin y al cabo, ha sido un conflicto interno en su grupo lo que ha puesto al pueblo en esta situación.