VALÈNCIA. La Dana fue una excepción meteorológica, pero no un fallo de previsión. En este trágico episodio de lluvias, lo que no funcionó fue la capacidad legal y operativa para dar una respuesta eficaz cuando todo dejó de ir como debía. Ni los protocolos, ni las ayudas, ni la normativa estaban pensados para una situación como la que vivió la provincia de Valencia a finales de octubre. Y esa desconexión entre la realidad y el marco legal vigente es lo que la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval) y el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales (Cogiti) han puesto sobre la mesa.

Este jueves, en la sede de Femeval, su presidente, Vicente Lafuente, y el decano de Cogiti Valencia, Tomás Játiva, entregaron a la consellera de Industria, Marian Cano, el informe "Dana: Lecciones aprendidas", que incluye trece propuestas concretas para evitar que el caos vuelva a repetirse. El documento, fruto de dos mesas de trabajo que mantuvieron cerca de 40 empresas públicas y privadas entre marzo y abril, va más allá del análisis de daños y plantea una pregunta incómoda para la Administración: ¿qué puede hacer una empresa cuando la emergencia se escapa del guion y las leyes no dicen qué hacer?

A preguntas de Valencia Plaza, Lafuente lanzó una advertencia clara: "Estas propuestas deberían implicar cambios en la normativa, porque no está preparada para casos de emergencia. Ni lo están los presupuestos para el impacto que hemos tenido, ni el sistema para reponer con la rapidez y la seguridad necesarias".

De hecho, el presidente de Femeval cree que "se deberían hacer dos tipos de legislación: una ordinaria y otra adaptada a periodos de emergencia", ya que, en la actualidad, "no existe un marco específico para situaciones como una Dana, ni a nivel autonómico ni estatal". Para la federación, esa carencia no solo representa un problema técnico: es una debilidad del modelo de protección pública.

El sistema responde con lentitud, con ayudas condicionadas a requisitos imposibles -por ejemplo, reconstruir instalaciones exactamente como estaban- y con normativas pensadas para contextos que ya no son los mismos. "Es impensable que las acometidas eléctricas sigan ubicándose junto a barrancos o en sótanos", señaló Lafuente. "No podemos seguir repitiendo diseños antiguos solo porque las ayudas lo exigen. Si reconstruimos, hagámoslo bien", insistió.

Hacer caso a los ingenieros

Por su parte, el decano de Cogiti Valencia, Tomás Játiva, reforzó esa crítica desde el terreno técnico. "No tiene sentido que se impida aprovechar la reconstrucción para modernizar. Hoy existen tecnologías avanzadas (sistemas de detección, seguridad o automatización) que no se aplican porque la normativa exige rehacer lo mismo. Eso es legislar a espaldas de la realidad", explicó Játiva en declaraciones a los medios.

A todo ello se suma la falta de personal cualificado para intervenir en situaciones de emergencia. "Después de la Dana, hubo mucho intrusismo. Se reparó como se pudo, pero eso tiene consecuencias. Si dentro de diez años hay un accidente, nadie se acordará de quién hizo qué. Por eso pedimos también una legislación diferenciada, para contextos normales y para situaciones críticas", añadió Játiva.

Y fue más allá: "Los ingenieros hacemos proyectos. Pero si se quedan en un cajón, no valen de nada. Si no se sigue lo que dice el criterio técnico, no sirve. Esto va de hacer caso a los que saben. Como haces caso al médico cuando te pones malo, tienes que hacer caso al ingeniero".

Por ese motivo, el informe entregado este jueves a la administración autonómica no es un catálogo de buenas intenciones; es un aviso. La Dana ha evidenciado que, cuando todo colapsa, las empresas tienden a quedarse solas. Y que ni los procedimientos, ni los ritmos, ni las reglas actuales están diseñados para eso. Hay una brecha entre lo que se espera que funcione y lo que realmente puede hacerse cuando el agua lo arrasa todo.

Por eso, Lafuente propone que este catálogo de propuestas implique una reforma legal a nivel estatal. "Esta experiencia tan negativa debería servir para que no le pase lo mismo a nadie más. Vivimos en un país con 17 autonomías, pero necesitamos un marco común de emergencia", aseguró el presidente de Femeval.

Un documento que pide acción

La consellera de Industria, Marian Cano, recogió el informe con interés, elogió el trabajo técnico de las entidades implicadas en la redacción del documento y recordó la colaboración activa con Femeval durante los días posteriores a la Dana, sobre todo, respecto al restablecimiento del suministro eléctrico.

Asimismo, Cano aseguró que las propuestas se estudiarán y se integrarán en el Plan Ara Empreses, así como en futuras líneas de trabajo tanto de esta conselleria como de los departamentos implicados en la reconstrucción de la zona afectada. Pero no hubo referencias a cambios legislativos, ni compromisos explícitos en ese sentido.

Solo la voluntad de seguir dialogando y profundizar en las vías de colaboración público-privada. En eso, tanto Femeval como Cogiti Valencia lo tienen claro: el tiempo de los diagnósticos ha pasado. Si no se actúa ahora, la próxima vez se repetirá la misma historia. Y ya no será por falta de avisos.