VALÈNCIA. Más de un año después de la Dana del 29 de octubre de 2024, los municipios del interior de Valencia todavía arrastran ciertas secuelas que condicionan la vida de cientos de vecinos. En el caso de Buñol, es uno de los más afectados por el estado de la línea C3 de Cercanías, cuya reconstrucción sigue en marcha y mantiene suspendido el tramo ferroviario entre Aldaia y Utiel.

Este vacío lo cubren autobuses lanzadera, pero el ayuntamiento denuncia que el servicio es "ineficiente, insuficiente y perjudicial para los estudiantes" de la localidad. Así lo afirma en declaraciones a Valencia Plaza el primer teniente de alcalde y concejal de Obras de Buñol, Sergio Galarza, quien explica que los horarios actuales impiden que muchos jóvenes puedan llegar a tiempo a sus centros educativos, ubicados en otros municipios como Requena.

Antes de la Dana, el tren que salía en torno a las 7:15 horas permitía a los alumnos llegar antes de las ocho de la mañana. En la actualidad, el autobús que lo sustituye sale a esa hora, "con lo que los estudiantes entran sistemáticamente a su segunda clase, perdiendo una hora lectiva cada día". 

Además del retraso, Galarza detalla que los autobuses llegan casi siempre saturados, lo que obliga a muchos usuarios a quedarse en tierra. Incluso, los que logran subir al bus se desplazan de pie o sentados en los pasillos, "algo que no es legal, y menos circulando por la autovía". 

El Ayuntamiento de Buñol pidió explicaciones a Renfe y Adif, pero Galarza asegura que nadie ha contactado con ellos. "He pedido durante meses que un supervisor me llame para aclarar por qué no se respetan los horarios previos, pero nadie me ha respondido", lamenta el edil.

Una línea con deficiencias históricas

La línea C3, que conecta València con Utiel y discurre por poblaciones como Xirivella, Aldaia, Loriguilla, Cheste, Chiva, Buñol, Siete Aguas y Requena, acumula décadas de problemas. Desde escasas frecuencias hasta interrupciones constantes y deficiencias estructurales como afectaciones en la propia vía, lo que ha incrementado la dependencia del vehículo privado en estas zonas. 

De hecho, el trayecto podía superar las dos horas hasta Utiel, una situación que los alcaldes califican desde hace años como "inaceptable". Lo cierto es que la Dana agravó todos estos problemas. El temporal arrasó 80 kilómetros de vía entre Utiel y Aldaia; destruyó taludes, puentes y plataforma, y dejó una línea inoperativa en casi todo su recorrido.

Si bien es cierto que el Ministerio de Transportes activó una flota de autobuses para suplir esta falta de movilidad, municipios como Buñol sostienen que esta alternativa no cubre las necesidades reales de la población. 

Cabe recordar que, en los meses posteriores a la catástrofe, el ministro, Óscar Puente, anunció que su departamento iba a aprovechar la reconstrucción de la línea para acelerar su electrificación, pues los trenes circulan con diésel por esta vía.

Sin embargo, un año después, esta promesa parece haber caído en saco roto. Transportes continúa estudiando la electrificación y la duplicación de la línea C3, pero no ha ofrecido plazos ni detalles técnicos del proyecto. En ese sentido, Galarza lamenta que no haya información clara ni reuniones para evaluar el avance de las obras con los ayuntamientos de la zona.

Sin respuesta sobre la frecuencia de buses

Por otro lado y, preguntado por este periódico acerca de la reducción de frecuencias de los autobuses alternativos en Buñol, el Ministerio de Transportes todavía no ha ofrecido respuesta.

Sin embargo, fuentes del departamento estatal explicaron hace meses a Valencia Plaza que los trabajos para recuperar la línea C3 están en marcha y que la complejidad técnica es elevada. La reparación incluye la renovación completa de la vía, la reconstrucción de tres grandes puentes y la adecuación de túneles.

Estas obras forman parte de un conjunto más amplio de actuaciones desarrolladas tras la Dana, que afectó a más de 60 km de carreteras, 150 km de alta velocidad y 270 km de Cercanías. El Ministerio ha movilizado más de 366 millones de euros, y la Generalitat Valenciana, otros 700 millones para reparar infraestructuras autonómicas y locales. 

Además, el tramo entre Aldaia y València reabrió en diciembre del año pasado, y entre Loriguilla y el Cap i Casal los trenes ya circulan con normalidad. Pero, en Buñol, la movilidad depende del autobús. "Está bien que las obras se hagan correctamente y lleven el tiempo necesario, pero mientras tanto deben darnos un servicio adecuado. Los alumnos pierden más de cien horas lectivas al año", insiste Galarza.