Comarca y empresa

Los vecinos de Poblats Marítims y Alboraya se concentran para exigir una reforma de la línea 31 de la EMT

Las asociaciones denuncian el colapso de esta línea, la saturación del servicio con el aumento del turismo y el aislamiento de zonas como la pedanía de la Vera o el barrio de Beteró

  • Un autobús de la línea 31 de la EMT.
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VALÈNCIA. La paciencia se agota. Los vecinos de los Poblats Marítims de València y de La Patacona, en el municipio de Alboraya, han convocado una concentración este martes para denunciar lo que consideran una "situación insostenible" del transporte público que presta la Empresa Municipal de Transporte (EMT) en estas zonas.

La movilización, que tendrá lugar a las 19:30 horas en la estación de tren del Cabanyal, surge después de semanas sin recibir respuesta a un documento con propuestas concretas que los vecinos registraron el pasado 14 de abril, en plena elaboración del nuevo Plan Director de la empresa. En el centro de sus reivindicaciones se sitúa la línea 31, una ruta que conecta La Patacona con puntos neurálgicos de València como las universidades o el Hospital Clínico.

Según denuncian las asociaciones vecinales convocantes -entre ellas, las de Cabanyal-Canyamelar; Malva-rosa; Beteró; El Cedro; Plaza Honduras; Isla Perdida; Ciutat Jardí y Patacona-Camino de Vera-, la reciente ampliación del itinerario de autobús hasta la estación de tren Joaquín Sorolla "ha empeorado aún más un servicio ya deficiente". 

"La línea llega saturada y deja a gente en tierra", lamentan en el escrito, al que ha tenido acceso este diario. Una situación que, advierten, se agrava los fines de semana y augura un verano especialmente conflictivo en cuanto a la movilidad en el litoral valenciano.

Como alternativa, los vecinos plantean una prolongación de la línea 81 hasta la playa de La Patacona, ya que esta mantiene una mejor frecuencia y menor carga de pasajeros. La medida permitiría, según aseguran, "descongestionar la línea 31" y garantizar un transporte "más digno".

Un servicio "saturado" 

Aunque el documento presentado a la EMT se centra en esas dos líneas, desde las entidades vecinales también se insiste en ampliar la mirada a otras rutas que vertebran el litoral este de la ciudad. En declaraciones a Valencia Plaza, los convocantes subrayan la necesidad de dar cobertura a la línea 32, que conecta la Plaza del Ayuntamiento con el Paseo Marítimo a través de 25 paradas. 

"Estamos en mayo y este fin de semana ya ha habido problemas de saturación con el transporte. En verano, se volverá insostenible", advierten. A su juicio, el aumento del turismo en la franja marítima tensiona aún más un sistema ya limitado y cuya capacidad, dicen, se está viendo superada.

La lista de agravios continúa. Los vecinos reclaman la recuperación de la parada del Camino del Cabanyal, suprimida en el año 2016, que prestaba servicio a quienes acudían al cementerio del barrio. "Se ha causado un gran perjuicio a muchas personas mayores que visitan a sus seres queridos", afirman. 

  • Imagen de archivo del barrio del Cabanyal-Canyamelar.- Foto: EVA MÁÑEZ

Otro de los puntos sensibles es la pedanía de la Vera, que permanece "aislada" desde que una Dana inutilizara en 2020 la pasarela peatonal que la conectaba con los barrios colindantes. La zona depende del Ayuntamiento de Alboraya, pero se encuentra en el término municipal de València, lo que ha generado un vacío competencial que sigue sin resolverse. 

Así, la propuesta de las asociaciones de vecinos pasa por recuperar la antigua línea 30 o, en su defecto, incluir una parada específica de la 31 con un ajuste de frecuencias. En la misma línea, el documento también recoge una serie de mejoras para la zona de Beteró. "No hay ninguna parada próxima al tanatorio ni en el interior del barrio", denuncian.

Para revertir la situación, las entidades firmantes proponen una reconfiguración del trazado de la línea 81 que permita su paso por la rotonda del tanatorio antes de reincorporarse a su ruta habitual por la avenida de Blasco Ibáñez.

La implantación del BTR, también cuestionada

En paralelo, los colectivos vecinales advierten del riesgo que puede suponer la implantación del futuro Bus Rapid Transit (BTR) en Blasco Ibáñez, un carril de priorización o exclusividad para el transporte colectivo que recorrerá los 2.900 metros de esta avenida entre las calles del General Elío y del Marí Blas de Lezo y reordenará la vía atendiendo a las características de cada tramo.

En el tramo entre General Elío y la avenida Aragón, la solución a adoptar implicará bajar a calzada el carril bici, ampliar el espacio reservado para peatones y segregar el carril bus. Ante el posible impacto sobre las aceras, los vecinos proponen que los carriles bici se ubiquen en la mediana del bulevar para evitar conflictos con el tránsito peatonal en zonas concurridas, como los accesos al Hospital Clínico o las facultades.

"La movilidad no es un lujo, es un derecho", concluyen las asociaciones en el documento, quienes insisten en que sus propuestas se incorporen en el nuevo Plan Director de la EMT. En su opinión, se trata de una oportunidad para corregir "años de desatención" y garantizar una red de transporte eficaz, equitativa y sensible a las particularidades de cada barrio.

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