Comarca y empresa

UN AÑO DESPUÉS DE LA DANA

“Mi mayor obstáculo para reabrir no fue la Dana, sino la falta de apoyo de las administraciones”

Nany & Vani es sinónimo de moda y diseño junto al barranco del Poyo en Picanya, y en su mejor momento, la propietaria de esta tienda lo perdió todo cuando una ola de 3 metros arrasó con su sueño

  • Nany en la entrada de Nany & Vany.
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VALÈNCIA. “Mi comercio es uno de los más perjudicados de Picanya por la Dana; dentro de la tienda el agua nos llegó a 3,06 metros”. Así relataba hace siete meses Nany, propietaria de la tienda de ropa Nany & Vani, su situación tras la catástrofe del 29 de octubre a Valencia Plaza. A punto de cumplirse un año de la Dana que arrasó buena parte de la provincia de Valencia, este periódico vuelve a visitar a Nany para conocer cómo ha cambiado su situación desde aquella jornada en la que una ola de agua y lodo se llevó por delante el negocio que había levantado durante una década.

Reabrir no fue fácil. “Me costó muchísimo tomar la decisión. Había perdido todo”, confiesa. Sin embargo, con esfuerzo, determinación y, sobre todo, una importante inversión económica, logró volver a levantar la persiana. Los daños tras la inundación se valoraron en unos 161.000 euros, de los cuales el Consorcio de Compensación de Seguros le indemnizó 123.000, 38.000 euros menos de lo estimado.

La tienda, situada en una casa histórica frente a la iglesia de Picanya, conservaba su fachada original: un portón de madera antiguo, ventanas y rejas de época que son patrimonio histórico. “Con el dinero que me da el Consorcio tengo que elegir: o invierto en reformar el interior o arreglo la fachada. No da para todo”, lamenta.

  • Nany frente a su tienda -

Sobre la fachada de Nany & Vani, una imagen de San Luis da la bienvenida a las clientas. Allí, Nany atiende y asesora una a una:  “Tengo una clientela maravillosa. Ellas son las que me están levantando en este poco tiempo que llevo reabierta —desde septiembre—. No me están fallando y siguen viniendo a comprar. Gracias a ellas estoy resucitando”, afirma emocionada.

  • Interior de Nany & Vani después de la Dana -

“Me he sentido abandonada por las administraciones”

La propietaria asegura que el mayor obstáculo no fue la riada, sino la falta de apoyo institucional. “Si alguna vez pensé en no abrir, no fue por la Dana, sino por la poca piedad que estaba teniendo la administración con nosotros”, explica.

Durante el año que el negocio ha permanecido cerrado, Nany ha continuado pagando todos los impuestos y gastos fijos como autónoma sin ingresos. “He estado un año entero sin facturar y pagando absolutamente todo. Estoy arruinada porque todo lo que entra lo destino a recuperarme. He tenido que gastar los ahorros de mis padres”, relata. 

“Estuve a punto de tirar la toalla. Esta casa me la compraban a los dos días de ponerla a la venta, pero me animaron y decidí continuar con mi proyecto”. Porque si algo destaca de Nany, es no vencerse ante una situación que la ahoga para sacar adelante el proyecto de su vida.

  • Nany en su tienda -

Aún espera recibir, por parte del Gobierno de España la diferencia —unos 36.000 euros— entre los daños peritados y lo que abonó el Consorcio, que espera poder utilitzar para arreglar la fachada. También espera el segundo tramo de las ayudas Ara Empreses que la Generalitat Valenciana destinó a negocios afectados por la Dana: “Solo he recibido la mitad de los 50.000 euros prometidos”, señala.

Pese a las dificultades, Nany quiere subrayar su gratitud hacia la iniciativa privada. “A mí quien me ha ayudado de verdad ha sido la gente y las iniciativas privadas. Desde Juan Roig, que ofreció su apoyo, hasta la chica que me regaló una caja de bolsas, el electricista o el proveedor del porcelánico que me hizo un gran descuento. Esa buena voluntad ha sido mi salvación”, reconoce.

En un rincón de su tienda, Nany ha querido rendir un pequeño homenaje al empresario y dueño de Mercadona con una imagen suya: “No entiendo cómo no le hacen un monumento a este hombre”. 

  • Detalle del homenaje a Juan Roig en Nany & Vani -

“Una ola arrasó todo”

“Cuando entré al día siguiente y vi cómo estaba todo, pensé que era el final. Todavía lo debía todo, y para mí era un ‘no’ rotundo”, recordaba hace unos meses.

Antes de la catástrofe, Nany & Vani celebraba su décimo aniversario. “Tenía dos empleadas, una colección preciosa, y estaba muy motivada”, rememora. Pero el 29 de octubre todo cambió: “Una ola arrasó con todo lo que había invertido”.

Hoy, un año después, Nany está sola al frente de su tienda, con una nueva colección y la esperanza de que el esfuerzo valga la pena. Pese a las dificultades que enfrenta como autónoma, Nany explica que su negocio es su pasión e ilusión, y por ello quiere continuar. “Estoy saliendo adelante poco a poco, como muchos otros que se han visto igual o peor que yo”, concluye.

  • Detalle de la entrada de Nany & Vani -

 

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