VALÈNCIA. La Dana del pasado 29 de octubre dejó tras de sí un reguero de daños en infraestructuras hidráulicas y agrícolas. Un año después, siguen los trabajos de reconstrucción en cauces, canales, barrancos y la presa de Forata en la demarcación del Júcar pero avanzan a diferentes velocidades. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) asegura que las 17 obras declaradas de emergencia “están en realización” y que la mayoría de ellas continúan en marcha pese al esfuerzo inversor del organismo de cuenca. Todo mientras se espera todavía la materialización de los proyectos antinundaciones, el más avanzado de los cuales, el encauzamiento del barranco de La Saleta, se espera licitar en el primer trimestre del año que viene.
El balance oficial de la CHJ pone cifras al esfuerzo: “Hasta el momento, el organismo ha puesto en marcha un total de 17 obras de emergencia que suponen una inversión de más de 220 millones de euros”. Esas actuaciones incluyen 570 intervenciones repartidas a lo largo y ancho de la Demarcación Hidrográfica del Júcar. Son cifras que revelan la magnitud de las actuaciones que hubo que poner en marcha con carácter de urgencia tras la catástrofe y que, en su gran mayoría, todavía no han finalizado. En ese sentido, el ente ha priorizado las actuaciones más importantes que permiten garantizar el abastecimiento de agua urbano a toda el área metropolitana de Valencia y "garantizar la seguridad de la población ante futuros episodios de grandes avenidas".
Entre las obras reseñables se encuentra la reparación de los daños causados en el Canal Júcar-Turia, un eje vital que suministra agua a Valencia y su área metropolitana. Dos de sus acueductos, que cruzan los barrancos del Poyo y de la Horteta, quedaron destruidos por la fuerza del agua y otro, sobre el río Magro, sufrió desperfectos de diversa consideración. “Los trabajos se centran en la construcción del acueducto definitivo en el barranco de la Horteta y en la finalización del baipás soterrado en el Poyo”, detallan desde la Confederación. La intervención costará 30 millones de euros y "continúa avanzando a buen ritmo", por lo que la CHJ prevé que “la obra esté totalmente terminada para el primer trimestre de 2026".
Otra de las infraestructuras dañadas por las lluvias torrenciales fue la ya conocida presa de Forata, afectada por los sedimentos que colmataron su embalse. La Confederación asegura que los trabajos de reparación, con un presupuesto de 6,5 millones de euros, "avanzan según lo previsto". El “hito más importante” llegó en julio, cuando se “devolvió la operatividad de la toma de riego de la presa, que permanecía taponada desde octubre debido al gran volumen de sedimentos”. Pero las obras no han concluido: ahora se centran “en la adecuación de las vías de servicio y de acceso hasta el embalse dañadas durante la Dana y la reconstrucción del cuenco amortiguador”.

- Presa de Forata. Foto: CHJ
Otro frente abierto es el barranco del Poyo, que atraviesa buena parte del área metropolitana de Valencia. Según la CHJ, “los trabajos también continúan avanzando a buen ritmo en todo el barranco del Poyo, desde Chiva hasta Catarroja”. Las actuaciones, con una inversión de unos 46 millones de euros, consisten en “reconstruir, reforzar y sanear los taludes más afectados por la avenida extraordinaria”, todo ello con "una mirada puesta en el futuro" para "garantizar y acaso aumentar su respuesta ante nuevos episodios". En muchos tramos, explica el organismo, “se ha optado por mejorar su estabilidad a través de escollera y material drenante, mejorando así su sujeción”. Aun así, admite que “es complicado ofrecer una fecha de finalización” al depender de la coordinación con otras administraciones. Pero insiste en que su prioridad pasa por "garantizar la seguridad hidrológica del barranco lo antes posible".
El Sistema de Alerta Temprana, en fase piloto
También sufrió las consecuencias de la riada el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), una red clave para el seguimiento de caudales. La gran avenida del año pasado afectó gravemente a sus infraestructuras y su reparación ha supuesto una inversión de 22,5 millones de euros. Según la CHJ, las obras se iniciaron “días después del 29 de octubre con la instalación de caudalímetros provisionales” y han continuado con la sustitución por sensores definitivos.
En dicho contrato, se incluye precisamente la el Sistema de Alerta Temprana (SAT), que se encuentra a medio implantar. Se trata de una herramienta que permite prever riadas para que los responsables de la emergencia puedan tomar las decisiones con la mayor antelación posible. El 29 de octubre no existía en la CHJ y tras la catástrofe, su implantación fue una de las prioridades, incluída precisamente en el plan de obras hidrológicas del organismo.
Se trata de un proyecto piloto que por ahora solo se centra en “las zonas más afectadas [...] el río Magro, la cuenca del Poyo y el tramo bajo del río Turia” y debía ser "completado posteriormente mediante un contrato ordinario". Fue a mediados de septiembre cuando la Confederación lanzó el concurso para contratar la implantación completa y explotación de este sistema. La licitación, por un valor inicial de 1,5 millones de euros, contempla un plazo de ejecución del contrato de tres años, con una posible prórroga de dos años más. Aunque este será el tiempo de explotación del sistema, se espera que se empiece a usar a partir de los dos años, y se irá extendiendo de forma progresiva a lo largo y ancho de la red.

Los cauces, entre la limpieza y la restauración
Más allá de las grandes infraestructuras, la CHJ ha desplegado actuaciones de emergencia en cauces, ríos y ramblas. En el Bajo Júcar, por ejemplo, “ya está finalizada” la restauración de las motas, con un presupuesto cercano a los 10 millones de euros. Allí se “han recuperado varios taludes en localidades como Albalat de la Ribera, Polinyà del Xúquer y Fortaleny”, además de reconstruir una mota “que protege a las localidades de Riola y Polinyà del Xúquer”. Sin embargo, “todavía quedan por finalizar varios tajos en el tramo bajo de la rambla del Poyo, entre Torrente y l’Albufera”.
También se ha actuado en el río Magro y sus afluentes, donde los trabajos “se declararon meses después [...] hacia mediados de febrero” y cuentan con 44 millones de euros de presupuesto. Allí se están realizando defensas para “proteger el núcleo urbano de L’Alcúdia y el acondicionamiento del lecho y protección de la margen izquierda del río Magro en Carlet”. La CHJ subraya que ambas actuaciones están “prácticamente terminadas”, aunque el conjunto de obras en la cuenca del Magro continúa abierto.
La retirada de tapones y elementos obstructivos ha sido otro de los trabajos prioritarios, con un coste global de 30 millones de euros. Se trata de la retirada de arrastres vegetales, residuos de diferente naturaleza y escombros de infraestructuras y edificaciones afectadas. Solo en el tramo bajo del río Turia, los trabajos, ya finalizados, se han centrado en “la retirada de elementos obstructivos del cauce (lonas, arbolado caído, vegetación, residuos varios, etc.), la restitución de la vía de servicio y la retirada de lodos y material vegetal del canal y azarbe de salida del efluente de la EDAR Quart-Benáger”. Hay aún "varias labores pendientes de ejecutar" pero, dice el organismo, "la actuación avanza a buen ritmo".

- Foto: CHJ
A la espera de los proyectos antinundación
Frente a estas actuaciones de emergencia, la CHJ subraya que también trabaja en proyectos de “protección ante el riesgo de inundación”. Pero se trata de iniciativas aún en fases muy tempranas. Entre ellas, el desvío del barranco de la Saleta al nuevo cauce del Turia es el que más estaba avanzado: “Hace unos días el proyecto salió a información pública, a efectos de expropiaciones, en el Boletín Oficial del Estado”, indica la Confederación. El texto precisa que “se está completando el proyecto constructivo con el Estudio de Integración Paisajística y las últimas modificaciones para proceder a su aprobación técnica”. La previsión es que las obras puedan licitarse en el primer semestre de 2026.
En cuanto al resto de proyectos de reducción del riesgo de inundación en el barranco del Poyo, el organismo admite que “actualmente se encuentran en un proceso de estudio y actualización”, con la intención de adaptarlos “a la situación actual y a la experiencia adquirida durante la Dana”. La CHJ recalca que ese proceso “se está realizando en constante comunicación y coordinación entre las administraciones estatal, autonómica y local”, y que busca soluciones “eficaces” y “consensuadas”. Aun así, el calendario es prudente: el Ministerio para la Transición Ecológica “está estudiando y valorando" las alegaciones presentadas y augura su resolucióno antes de diciembre y que los proyectos actualizados comiencen a tramitarse "a principios del 2026".
Además, la Confederación prevé aprobar técnicamente y licitar hasta cinco proyectos adicionales en los próximos meses y hasta el primer trimestre del año que viene. Son actuaciones para la reducción del riesgo de inundaciones en la Ribera del Júcar, con un presupuesto de 44 millones de euros, entre ellas la “adaptación al riesgo de inundación del barranco de Barxeta” y la creación de una “zona de laminación natural en la confluencia del Bco. Casella–Barxeta”.