VALÈNCIA. Con la llegada del verano, familias, amigos y visitantes vuelven a las playas de València para disfrutar del sol y el mar. Sin embargo, este año el inicio de la temporada estival viene acompañado de un elemento nuevo: los restos de cañas que el mar sigue arrastrando desde la Dana del pasado 29 de octubre. La imagen idílica del comienzo de temporada se ve ahora alterada por las secuelas de las inundaciones que, siete meses después, siguen marcando el día a día de vecinos, turistas y autoridades.
Las playas del sur de la ciudad, especialmente afectadas por los arrastres del río Túria, continúan cubiertas de cañas y residuos procedentes de aquella histórica riada, que impactó de manera paralela en zonas que no llegaron a inundarse, como en las playas de Pinedo, El Saler, El Perellonet, El Perelló o incluso la ciudad de Cullera.
Ante esta situación, el Ayuntamiento de València ha colocado carteles informativos en varias playas desde el pasado fin de semana, recomendando el uso de calzado para acceder a la arena. Una medida que ha sorprendido a muchos de los visitantes que han acudido estos días al litoral: aunque en algunos tramos más alejados hacia el sur la presencia de estos restos es ya mínima, en las pedanías costeras de València el problema persiste.
La alcaldesa de València, María José Catalá, explicó el pasado lunes que existen “varias variables” que explican la persistencia del problema, pero la más determinante es que “gran parte del agua caída durante la Dana fue a parar al mar a través del cauce del Túria, y ahora el mar sigue expulsando esas cañas a la orilla". Català añadió: "Va a costar tiempo que eso desaparezca". A las dificultades derivadas del mantenimiento del litoral se suma otro condicionante: la presencia del chorlitejo patinegro, un ave protegida que anida en playas naturales como la de El Saler. Sus huevos, depositados directamente sobre la arena o en las dunas, impiden realizar ciertas actuaciones de limpieza o adecuación del entorno.

- Playa de El Saler siete meses después de la Dana -
- Foto: VP
El Ayuntamiento recuerda que, tras la riada, se emprendió una operación de limpieza en la que se invirtió un millón y medio de euros para retirar cañas y residuos arrastrados a la costa. No obstante, Catalá ha reconocido que la situación se prolongará en el tiempo: “Va a costar que desaparezcan totalmente los restos que dejó la Dana del 29 de octubre". "El mar va a seguir sacando cañas”, zanja Català.
"Han quedado restos de cañas que te las puedes clavar y pueden provocar infecciones en la piel", explicaba hace unas semanas a Valencia Plaza Ana Gradolí, presidenta de la Asociación de Vecinos de la Devesa-El Saler. Gradolí detalló que el grueso de los restos ya fue retirado hace meses, pero actualmente no se permite el acceso de maquinaria pesada para limpiar debido a las restricciones ambientales del chorlitejo.
Desde el consistorio aseguran ahora que estarán "muy pendientes" durante toda la temporada de baño, con avisos constantes a los usuarios y detallan: "No podemos hacer más”.

- Cartel en la playa de El Perellonet -
- Foto: SER RADIO VALENCIA
Asimismo, en otros municipios que ya no pertenecen a la ciudad de València, como El Perelló, la limpieza de las playas se está llevando a cabo con un cribado "exhaustivo". El alcalde de esta localidad, José Codoñer, explicó a Valencia Plaza que sus playas están en buenas condiciones y se pueden visitar perfectamente, pero recalcó la necesidad de una limpieza "más selectiva" para intentar solucionar el problema. Mientras tanto, el arranque del verano deja un escenario atípico.