Comunitat Valenciana

Algunas señales para medir los grados de separación que aplica Pérez Llorca sobre Mazón

  • Llorca, aplaudido por Mazón, en la sesión de investidura.
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VALÈNCIA. El pasado jueves, el diputado Juanfran Pérez Llorca (PP) fue investido presidente de la Generalitat con los votos de su partido y los de Vox, que dieron por bueno el discurso del parlamentario popular, que incluyó la práctica totalidad de los ejes discursivos solicitados por la formación de Santiago Abascal.

El siguiente paso, tras la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el sábado, será el pleno convocado para este martes a las 12 horas, donde Pérez Llorca prometerá o jurará el cargo para, a renglón seguido, formalizar la toma de posesión.

A partir de ese momento, llegará un instante clave que marcará de forma clara y meridiana cuál va a ser la hoja de ruta del nuevo jefe del Consell: la definición del nuevo gobierno valenciano.

Una oportunidad para que Pérez Llorca escenifique si se inclina por una línea continuista o si prefiere poner yardas de distancia con su predecesor. Así, tal y como dijo el nuevo presidente en la sesión de investidura, es obvio que su proyecto político se dirigirá a "continuar con el cambio que empezó en 2023", pero resulta muy significativo si para proseguir con ese objetivo decide contar con las mismas personas y equipos o con otros diferentes.

El propio discurso elaborado por el ahora presidente en su investidura el pasado jueves, invita a pensar que Pérez Llorca está dispuesto a realizar los cambios que considere necesarios, al margen de que le sirvan para poner distancia con su predecesor, Carlos Mazón, cuya reputación ha quedado devastada tras todo lo ocurrido el último año.

Ahora bien, hay algunos movimientos que, a juicio de distintas fuentes populares, significarían una mayor intención de manifestar el cambio de ciclo y las diferencias entre ambos dirigentes.

Uno de los que parece asegurado, a falta de ver el calibre del mismo, es el que atañe al núcleo duro de Mazón en Presidencia. Tal y como informó este diario, Pérez Llorca parece decidido a renovarlo, sino en su totalidad, sí en lo que se refiere a los cargos y asesores más próximos al expresidente. De esta manera, más allá de que en algún caso pueda producirse una reasignación a otro puesto, todo apunta a que el equipo más cercano a Mazón será removido.

En cuanto a los consellers, sin duda la decisión puede ser más conflictiva, dado que hay que afinar muy bien en los cambios dado que, si el presidente se decide por nuevas incorporaciiones, estas apenas tendrán un año y medio para ofrecer el máximo rendimiento. Así, será interesante ver el papel que Pérez Llorca decide asignar al conseller de Educación, José Antonio Rovira. Amigo de Mazón, el responsable autonómico había sonado en las últimas semanas para ser trasladado al frente de la siempre relevante cartera de Hacienda pese a algunas situaciones polémicas en la Dana. Así pues, una piedra de toque será comprobar si Rovira o no continúa en el Consell y si lo hace, en qué responsabilidad.

Otro punto de interés se sitúa en la portavocía del Consell, ocupada por la vicepresidenta primera del Ejecutivo, Susana Camarero. Su papel en los últimos meses le ha generado no poco desgaste: pese a que en el Palau se ha desconfiado de esta dirigente, lo cierto es que en cada rueda de prensa ha puesto todo su empeño en ejercer de escudo y lanza en defensa de Mazón. Si Pérez Llorca prescinde de ella, al menos en su papel de portavoz, reforzará la idea de fin de ciclo o cambio de etapa, alejándose al mismo tiempo de su predecesor.

Más allá de otros relevos en el Consell, donde según fuentes populares sólo tienen asegurada su continuidad Marián Cano (Industria), Vicente Martínez Mus (vicepresidente segundo y conseller de Industria) y Miguel Barrachina (Agricultura), también en nivel de remodelación en el ámbito del segundo escalón del Consell y en el personal eventual (asesores), podrá medirse la distancia entre Pérez Llorca y Mazón.

Pero no sólo eso. Por cada una de las salidas que se produzca también será determinante la naturaleza de las incorporaciones y su proximidad con Mazón o con Pérez Llorca. Sobre esto, dirigentes populares vaticinan que no verían extraño que se vea reforzado el triángulo de poder que, a su juicio, conforman los municipios de La Nucía, La Vila y Finestrat (donde era alcalde el presidente de la Generalitat).

 

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