VALÈNCIA. Personas que bajaron a salvar sus vehículos, ancianos que no pudieron escapar al agua o vecinos arrastrados por la corriente. Son decenas y decenas de relatos sobre el fallecimiento de familiares o conocidos y que se encuentran recogidos en el sumario de la causa penal que instruye el juzgado de Instrucción 3 de Catarroja. Pero lo agónico de la Dana, sin embargo, no acabó en la noche de la tragedia, sino que se prolongó durante los días y semanas posteriores con la búsqueda de numerosos desaparecidos, algunos de los cuales más tarde se hallaron muertos, y que contó con un despliegue de hasta ocho operativos con todo tipo de medios: perros, drones, piraguas, helicópteros, piraguas o un buque.
Su "único propósito": salvar a personas todavía con vida o encontrar cuerpos de personas fallecidas para su identificación. El dispositivo, que se inició el mismo día 29 de octubre, tuvo una fase inicial en la que "las búsquedas eran de carácter mucho más generícas y en sentido amplio". Duró unos seis días en la que se encontraron "la mayor parte de los fallecidos en las zonas de los núcleos urbanos", tal como explica la Comandancia de la Guardia Civil en uno de sus informes remitido a los juzgados. A partir de ese momento, desde el día 5 de noviembre, se constityó un "grupo de análisis de inteligencia para la planificación de zonas potenciales de búsquedas de desaparecidos" y consiguieron localizar hasta 20 desaparecidos, de los cuales cinco se hallaron con vida. De esta manera, se organizaron ocho operativos en función de la zona de búsqueda.
Los 8 operativos y todavía tres desaparecidos
Por ejemplo, en las proximidades del barranco del Poyo y Loriguilla, donde se buscaban a siete desaparecidos que, circulando con sus vehículos, habían sido arrastrados por la fuerza de la riada. Los alrededores de la A-3 y la AP-7 fueron, junto a la vía del AVE en los términos municipales de Chiva, Loriguilla y Quart de Poblet, los terrenos de actuación donde intervinieron, además de batidas de personal a pie con apoyo de perros y drones, también retroexcavadoras de la UME y Tragsa realizando movimientos de tierras. Hubo éxito con seis de los cuerpos, mientras que otro sigue ilocalizable.

- Foto: EP
Las núcleos poblados de Paiporta, Albal y la pedanía de La Torre de València conformaron otra de las zonas de búsqueda de tres desaparecidos (dos personas sin hogar y otra que fue succionada por el agua desde dentro de su vivienda), encontrados finalmente sin vida, uno de ellos sepultado bajo una capa de más de un metro de barro y ramas. Otro operativo se encargó del barranco de l'Horteta a su paso por Torrent, donde habían desaparecido dos personas arrastradas por el agua en su casa dicha localidad. En este caso, ambas fallecieron: una apareció en el propio barranco y otra, en l'Albufera, donde desemboca el cauce.
En Sot de Chera se rastreaba el paradero de un cuerpo, que fue arrastrado por el agua hasta el río Túria, y fue hallado sin vida en sus orillas a la altura de Vilamarxant. El barranco de Pelos, en Chiva, también se 'tragó' a dos personas que circulaban en su coche; tras la búsqueda en "una gran extensión de terreno" entre la A-3, la AP-7 y la CV-424 con perros y drones, se consiguieron encontrar. Por contra, en Pedralba la riada se llevó a una persona y al menos a fecha del mencionado informe -3 de febrero- sigue siendo una de las desaparecidas. Tampoco se pudo dar con el cuerpo de otra víctima, que empujada por el agua en Monserrat, discurrió río abajo en el Magro.
Pero además, se ha estado haciendo un intenso trabajo de búsqueda en la Marjal y el lago de l'Albufera "por ser el lugar de confluencia de las aguas procedentes del barranco del Poyo y, por tanto, donde existe posibilidad (aunque mínima) de que pudiera hallarse el cuerpo desaparecido en dicho barranco". Igual que en la zona de las playas del sur de València, próximas a la desembocadura del Túria, por la "posibilidad" de que tanto este río como el Júcar "pudieran haber arrojado los cuerpos de las búsquedas de Pedralba y Monserrat".

- Las lanchas de los GEAS de la Guardia Civil y del Cuerpo de Bomberos ocupan el lugar de los pescadores. -
- Alejandro Martínez/ EP
En las tareas de búsqueda participaron diferentes cuerpos de la Guardia Civil: desde la Agrupación de Reserva y Seguridad para la búsqueda en grandes extensiones hasta el Servicio de Montaña para los rescates en zonas técnicas, pasando por el Servicio Cinológico (el que trabaja con perros), el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, el equipo que trabaja con drones o el Servicio Marítimo. Además, contó con la colaboración de otras fuerzas como la UME, el Ejército, los bomberos, la Cruz Roja, los agentes forestales y Tragsa, que aportó la maquinaria pesada.
La búsqueda en el mar
Un dispositivo especial se constituyó para rastrear la aparición de posibles cuerpos también en la costa. "Desde el día del evento hasta el momento de cierre del presente informe se realizan patrullas marítimas en el marco de dispositivos conjuntos de búsquedas de posibles víctimas tanto coordinadas con otros estamentos" como la Armada Española, Sasemar, buques civiles o el Open Arms. También el buque Ramon Margalluf del CSIC, cuyos trabajos relató este diario en su momento.
Los escenarios determinaban que los cuerpos flotantes "aparecerían mayoritariamente en las playas o litoral de la costa", por lo que el "escenario más probable" era que el hallazgo de cuerpos se iba a producir entre la desembocadura del Túria hasta el cabo de Cullera, y "en menor medida" desde este accidente hasta la playa de Xeraco. Las tareas, en este operativo, se distribuyeron en diferentes fases: una de búsqueda sistémática en forma de batida continua con intervalos de 3-4 metros, otra de búsquedas aleatorias y puntuales en zonas de especial interés por la dificultad del entorno o la probabilidad de éxito y otra, solapada con las otras dos, de trabajo con maquinaria pesada como retroexcavadoras.