VALÈNCIA. A Enrique no le ha quedado otra que gastar dinero de su bolsillo y sus propios recursos para poder seguir trabajando sus campos después de la devastación que dejó la terrible Dana del 29 de octubre de 2024. En su caso, la mayoría de sus viñedos y almendros se ubican en Utiel, uno de los primeros municipios en sufrir las inmisericordes inundaciones. "Después de un año, tras las visitas de los peritos, no tenemos nada resuelto", explica este agricultor que todavía espera la asignación de una cantidad económica.
Según explica, el pasado mes de septiembre "deberían haber salido esos listados" con los importes de las ayudas. Pero Enrique no se ha esperado a esta resolución para tratar de volver a su actividad, con la que da empleo a otras dos personas. "Somos agricultores, igual que nos lanzamos a ayudar a las zonas más próximas como hicimos en Utiel, hemos ido arreglando poco a poco todas aquellas cosas que dificultaban el acceso a los campos con nuestra maquinaria y nuestros medios en esos primeros días, algo que fue crucial", señala.
Este agricultor valenciano cuenta con una explotación de 65 hectáreas, de las cuales, tiene dañadas 30. Pese a ello, Enrique ha sido capaz deseguir produciendo y salvar el año aun con las pérdidas económicas que ha sufrido, una suerte con la que no han contado otros compañeros, puesto que hasta el 40% del sector no se ha recuperado aún un año después de la Dana, según los datos de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).
La organización presidida por Cristóbal Aguado remarca que "las obras de reconstrucción van para largo, pese al esfuerzo de las administraciones y siguen pendientes las infraestructuras hidráulicas que la Dana ha evidenciado que hacían falta para minimizar el impacto ante futuras riadas". En ese sentido, la entidad explcia que las explotaciones ganaderas fueron las primeras en ser reparadas, casi en su totalidad, debido a la urgencia de seguir alimentando a los animales.

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Del mismo modo los principales accesos a las fincas y las entidades de riego recibieron una atención prioritaria a fin de garantizar el riego y labores esenciales de los cultivos. "Sin embargo, miles de campos (principalmente de viñas, cítricos, olivar, etcétera) todavía no han sido completamente reconstruidos, así como invernaderos, viveros, instalaciones de riego e infraestructuras particulares y colectivas (caminos rurales, muros, acequias, vallas...)", señala la organización.
Por su parte, la Unió Llauradora i Ramadera estima, un año después de la dana, que existen unas 214.200 toneladas de pérdida de capacidad productiva en los diferentes cultivos con un valor de 103,6 millones de euros. Es una cantidad que no ingresarán los productores afectados de la Comunitat Valenciana en los principales cultivos que se vieron más perjudicados como es el caso de los cítricos, caqui, viña, olivar, frutos secos, frutales, hortalizas y viveros de flor y planta ornamental.
En la mayoría de los casos, los agricultores han optado por solicitar la ayuda del Ministerio -peritada por la empresa pública Tragsa- para agilizar las reparaciones de sus explotaciones por sus propios medios o bien contratando a terceros. No obstante, la tardanza en recibir dichas compensaciones está retrasando estas obras, en caso de tenerlas concedidas, ya que muchos afectados no han sido ni siquiera incluidos en los listados de beneficiarios, según denuncia AVA.
En cuanto a los agricultores que han decidido esperar a que Tragsa realice las reparaciones, el plazo de espera puede prolongarse durante meses e incluso años, "dado el ingente trabajo que tiene por delante", indica la organización. Un ejemplo es el arroz, donde unas 120 hectáreas de cultivo no pudieron ser sembradas y se prevé que las reparaciones concluyan a tiempo para volver a ser productivas de cara a la campaña que viene.
Además, más de 300 hectáreas de cultivo, según informó la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) al sector, continúan arrasadas junto a cauces y van a pasar a Dominio Público Hidráulico (DPH), por lo que no volverán a ser productivas. AVA-ASAJA insiste al Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) que apruebe una línea adicional de ayudas a estos damnificados para compensar la pérdida de la propiedad de sus terrenos.
Respecto a esa cuestión, la Unió pone de relieve "el limbo administrativo en el que se encuentran alrededor del 6% de las parcelas afectadas por la dana, las que habría incorporado el Gobierno al Dominio Público Hidráulico (DPH) y cuyos propietarios no saben cuándo cobrarán las ayudas ni lo que les corresponderá".
Recuperación muy desigual
La Unió considera que, un año después de la dana, la recuperación es muy desigual: hay explotaciones agrícolas que han podido rehacerse parcialmente gracias a las ayudas, a las actuaciones de Tragsa y al esfuerzo de los agricultores y a la solidaridad del sector, pero en muchas zonas las infraestructuras agrarias -como por ejemplo caminos, acequias o sistemas de riego- siguen sin estar plenamente operativas. "Además, las ayudas públicas llegan con bastante lentitud", añaden.
Las ayudas directas de las administraciones que llegaron al principio y las indemnizaciones de Agroseguro fueron, según La Unió, un "apoyo necesario para iniciar la recuperación, pero claramente insuficientes" para compensar la magnitud de los daños porque hay que tener en cuenta que la mayoría de ellas han sido establecidas con el régimen de minimis y por tanto, la ayuda máxima a la que ha podido acceder un agricultor o ganadero afectado es de 25.000 euros. "Es totalmente insuficiente para recuperar sus explotaciones con garantías suficientes para recuperar la capacidad productiva", advierten.
Eliminiación de una línea presupuestaria
Para mas inri, La Unió denuncia que, mediante Resolución del 14 de octubre, el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) del 17 de octubre, el Consell elimió de una línea presupuestaria de 26,7 millones de euros para recuperar la capacidad productiva de las parcelas agrícolas afectadas por la dana y que estaba aprobada en los presupuestos para 2025. "La partida se redirige ahora a otras finalidades, incumpliendo así el mandato de Les Corts y sin consultar tampoco a las organizaciones profesionales agrarias que participaron en la primera fase de elaboración de la normativa de las ayudas", aseguran.
La Unió califica de "indignante esta decisión y reclama que en el presupuesto de 2026 se incremente la dotación hasta los 35 millones de euros, para garantizar la cobertura de todas las necesidades derivadas de la catástrofe y evitar que el sector agrario vuelva a ser víctima recurrente de estas decisiones presupuestarias injustas".
Por otro lado, Aguado subraya que un año después de la Dana crece la preocupación por la lenta reconstrucción en las áreas rurales más gravemente afectadas. "A pesar de que Tragsa emplea todos los recursos que ha podido encontrar, está más centrado en la red de caminos y hay campos que tardarán uno o dos años en reiniciar la recuperación del arbolado y, en algunos casos, se habrán perdido", lamenta.
Las cañas arrastradas de los barrancos a los campos también están brotando por todas partes y su erradicación, advierte AVA, será un gran problema. "La rentabilidad agraria ya era complicada y ahora tras la Dana, si no se actúa rápidamente, cundirá el desánimo y el abandono sobre todo en agricultores de edad muy avanzada o con parcelas pequeñas", agregan.
El presidente de AVA-ASAJA reitera que la prioridad sigue siendo acelerar la recuperación al máximo y realizar aquellas infraestructuras hidráulicas que se reivindican desde hace cuarenta años. "Hay que construir más presas, diques, conexiones de cauces, canalizaciones desde las desembocaduras de los ríos de aguas sobrantes a cabecera y autopistas del agua", destaca. Paralelamente, indica Aguado, hay que mantener una "gestión más razonable de los cauces y barrancos" que contemple una mayor limpieza -en lugar de multar a los agricultores que quitan cañas para darles un uso tradicional- para dar salida a los caudales súbitos y atenuar desbordamientos. "Tenemos que aprender las lecciones de la Dana para que, cuando haya otras, no vuelva a suceder una tragedia de estas dimensiones tan catastróficas", sostiene el dirigente agrícola.