VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, compareció este lunes antes los medios de comunicación para anunciar su dimisión en el cargo. Tal y como había venido informando este diario, los últimos días habían complicado enormemente la continuidad del jefe del Consell, que sufre desde hace un año una pérdida de credibilidad tras la Dana que dejó 229 víctimas mortales en la provincia de Valencia.
Así, en un intenso fin de semana, se venía debatiendo entre la dirección nacional del PP y la cúpula autonómica del partido las posibles soluciones a aplicar, conversaciones que finalmente se produjeron en primera persona entre Alberto Núñez Feijóo y el propio Mazón.
Finalmente, la hoja de ruta dibujada por el PP se resume en intentar la investidura de otro diputado -tras autodescartarse María José Catalá, el favorito es el secretario general y mano derecha de Mazón, Juanfran Pérez Llorca- y, con ello evitar las elecciones anticipadas. Una operación mediante la cual el presidente de la Generalitat seguiría como diputado raso en Les Corts y, por tanto, aforado, por lo que sólo podría ser investigado por el Tribunal Superior de Justicia (TSJCV) y no por la jueza que instruye el caso de la Dana.
Ahora bien, este plan tiene sus fisuras. La primera, y más importante, es que con esta opción el destino de la Comunitat Valenciana en los próximos meses quedaría en manos de Vox, dado que los votos del partido de Santiago Abascal son necesarios para elegir a un nuevo presidente de la Generalitat.
En este sentido, el propio presidente de Vox fue preguntado este lunes respecto a la dimisión de Mazón y las posibilidades de una nueva investidura. Abascal acusó a Feijóo, quien le había pedido "facilitar" este proceso minutos antes, de dar "un balón de oxígeno" a Pedro Sánchez entregándole "un chivo expiatorio" en referencia al presidente de la Generalitat. Además, lamentó que una decisión se tomara el mismo día que el fiscal general del Estado se encontraba en el Tribunal Supremo. "Hoy tendríamos que estar hablando de esto", sentenció, además de rechazar pronunciarse sobre la situación en la Comunitat Valenciana al no haber tenido "ningún contacto" con el PP sobre esta cuestión ni haber sido consultado.

- El líder de Vox, Santiago Abascal, este lunes. Foto: EP
Unas afirmaciones que, al menos de inicio, suenan a una posición dura de Vox respecto a las próximas negociaciones, lo que invita a pensar que la pretendida nueva investidura que pretende el PP no vaya a solucionarse por la vía rápida, e incluso el proceso podría extenderse hasta los cinco meses. Según los plazos marcados en Les Corts, tras la renuncia firmada por Mazón este lunes y registrada en la cámara, se abre un plazo de 12 días para que los grupos parlamentarios propongan sus candidatos.
Tras esto, se fijará una fecha para la realización de un pleno de investidura entre los tres y siete días siguientes. En la primera votación se requerirá una mayoría absoluta de los miembros de la cámara, que, de no conseguirse, abocaría a una nueva 48 horas después en la que sería suficiente la mayoría simple. De no salir adelante, podrá reiniciarse el proceso con la propuesta de otros aspirantes: si pasados dos meses de la primera votación ningún candidato ha recibido la confianza de Les Corts, se disolverá la cámara y se convocarán nuevos comicios.
Cabe recordar, que como refleja la Ley Electoral Valenciana en su artículo, el día de la votación debe celebrarse en un plazo no inferior a 54 días ni superior a 60 contados desde la publicación de la convocatoria. Es decir, que, si los tiempos se apuran al máximo por la falta de acuerdo entre PP y Vox, los valencianos podrían tener un gobierno en funciones durante cinco meses yendo a las urnas el 22 de marzo tras una campaña electoral marcada por las fiestas de las Fallas y la Magdalena.
Un escenario este que resulta desalentador para los que esperaban que la salida de Mazón aportara algún tipo de solución rauda, ya fuera en forma de unas elecciones inmediatas, como pedían PSPV y Compromís, o mediante una sucesión ya pactada con Vox que permitiera la renovación del Gobierno valenciano en unas pocas semanas.

- El president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, este lunes. Foto: DANIEL GARCÍA-SALA
Sin embargo, la apuesta final es la que parece convenir más al propio Mazón, quien, dentro del abandono anunciado, pasará a un segundo plano, pero con el aforamiento asegurado un tiempo más, incluso varios meses. De la misma manera, en el PP la posibilidad de acudir a las urnas de forma exprés generaba una notable intranquilidad, por lo que la opción de contemporizar en cierta medida las decisiones tras los últimos acontecimientos en la Comunitat puede tener una lógica estratégica.
Ahora bien, un año después de la Dana y de la crisis abierta de credibilidad respecto al presidente de la Generalitat, que la solución ofrecida por el PP de Núñez Feijóo pase por un posible bloqueo de quizá cinco meses en la Comunitat Valenciana, con un gobierno en funciones, y la dependencia de Vox para aprobar un presidente sustituto o abocar al territorio a unas elecciones, dice muy poco de la seriedad y eficacia con la que se ha afrontado desde Génova esta cuestión.
En este sentido, la sartén por el mango la tiene el partido de Abascal, que con sus 13 diputados no sólo tendrá una alta capacidad para decidir sobre la Presidencia de la Generalitat o sobre la celebración de elecciones, sino también en los nuevos presupuestos pendientes de presentación por parte del actual Consell, dado que también pueden producirse exigencias en este ámbito, aparte de las que pueda realizar el propio Abascal a Feijóo en el ámbito nacional. En la otra orilla, fuentes populares consultadas por este diario apuntaban a la confianza de que Vox no decida apurar la situación y contribuya a resolver cuanto antes el escenario de interinidad.
De momento, Génova no mueve ficha en el partido
Por otro lado, desde la dirección nacional del PP no se prevé adoptar ninguna decisión de carácter orgánica hasta que no se aclare la situación institucional. Así, fuentes populares señalaron que la "prioridad" en este momento es consensuar con Vox el relevo de Mazón, y esperan para ello la colaboración de Abascal y los suyos, dado que a su juicio se mantiene el pacto alcanzado en 2023 y el acuerdo presupuestario sellado este mismo año.
El congreso regional del PPCV tocaba el pasado mes de julio pero la dirección nacional no había puesto fecha hasta ahora a ese cónclave por entender que la prioridad debía ser la reconstrucción tras la dana. Ahora, de momento seguirá Mazón al frente de la formación popular en la Comunitat hasta que se clarifique el escenario.