Entrevista

Comunitat Valenciana

José Ángel Núñez (Aemet): "Faltó liderazgo en el Cecopi, en una emergencia no puedes dudar"

Entrevista al jefe de Climatología de Aemet en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez

  • El jefe de Climatología de Aemet en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez
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VALÈNCIA. Han pasado ya más de doce meses desde aquellos fatídicos días pero el jefe de Climatología de Aemet en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez, todavía los recuerda con cierta angustia. No solo al relatar lo que vivió el 29 de octubre en el Cecopi, al que estuvo conectado de manera telemática, sino también las jornadas y meses posteriores. El responsable ha denunciado acoso y amenazas y considera que se le ha atacado por ser un "eslabon débil", "un modesto funcionario" con 23 años en el mismo puesto de trabajo que, dice, se ha visto inmerso en una "batalla política".

Núñez defiende contundente la actuación de la Agencia en la Dana frente al cuestionamiento por parte de la Generalitat Valenciana: "Esos avisos [meteorológicos] se pudieron haber dado antes, después o incluso no haberse dado pero se emitieron con la suficiente antelación para tomar medidas preventivas y alertar a la población", asegura, para insistir en que "los avisos estaban activos y la información era accesible". Pero el problema aquel día, apunta, "no fue de avisos meteorológicos sino de alerta". Un año después, asegura, todavía no se han tenido reuniones con Emergencias para analizar en qué se puede mejorar: "El ruido político está por encima de la técnica", dice.

Según Núñez, el Cecopi se caracterizó por "una falta de liderazgo y de toma de decisiones". "En una emergencia no puedes dudar", señala al respecto: "Es mejor pecar por exceso que por defecto porque cada minuto que pasa puede ser fatal". Como así fue. El responsable de Aemet niega las acusaciones del titular del Consell, Carlos Mazón, sobre que se dijera que iban a llover 180 litros por metro cuadrado e insiste en que la ciencia meteorológica trabaja con "la superación de umbrales" y no con "una predicción exacta". Además, sobre la filtración de la llamada manipulada entre Aemet y Emergencias, cuestión que está judicializada, señala que son los empleados de la Generalitat Valenciana "quienes graban las llamadas".

Sobre la gestión de la catástrofe, la posible mejora de protocolos o la implementación de una alerta negra, entre otras cuestiones, se pronuncia el jefe de Climatología de Aemet en esta entrevista con Valencia Plaza.

  • El jefe de Climatología de Aemet en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez -

- ¿Cómo ha vivido este último año?
- Los primeros meses, sobre todo noviembre, fueron muy duros. Fue difícil digerir aquel día en que se produjeron más de 200 muertos. Nosotros somos un eslabón dentro de la cadena de emergencias y está mal que lo digamos, pero está reconocido por los autos del juzgado de Catarroja que hubo información suficiente y con antelación. Pero es muy duro asumir una tragedia de estas características. El impacto emocional fue fuerte, no solo para mí. Da pudor hablar de estas cuestiones cuando hay 229 muertos, que son los que realmente lo han perdido todo, ellos y sus familias. Pero para mí fue un impacto muy importante.

Luego hubo cierta calma emocional en los meses de diciembre y enero; se puede decir que la herida se va cerrando, aunque la cicatriz permanezca. Luego, más o menos a finales de enero o febrero coincidió con la filtración del audio de Aemet, y ahí empezaron los ataques personales. Eso fue difícil de digerir. Yo soy un técnico, no un director de nada. Soy un funcionario que lleva en el mismo puesto de trabajo 23 años, y desde luego para mí fue muy difícil. Previamente ya había sido señalado: fui el único al que se mencionó el 15 de noviembre en la comparecencia del presidente de la Generalitat, con nombres y apellidos.

- Contó que había recibido acoso y señalamiento.
- Sí. Yo recibí amenazas el 4 de noviembre, que fue un lunes, si lo recuerdo bien, porque eran días muy tensos. El día 3, los reyes visitaron Paiporta y fue una situación muy tensa. En redes sociales hubo una campaña sobre todo contra el presidente del Gobierno. Hubo agresiones y, aunque no fueron graves, no se pudo demostrar que estuvieran ligadas con grupos de extrema derecha pero al día siguiente fui amenazado con nombres, apellidos y mi fotografía por uno de esos agitadores sociales. Me puse muy nervioso porque no tengo escolta ni protección; soy un técnico. Lo denuncié y a los diez días, en la comparecencia del presidente de la Generalitat, el único nombre que dio fue el mío. Me pareció muy injusto porque hice mi labor lo mejor que se podía hacer y ser señalado como responsable de esa tragedia me pareció tremendamente injusto.

- ¿Se ha sentido utilizado?
- En estas situaciones siempre se busca el eslabón débil, y en este caso yo soy uno de ellos. No milito en ningún partido, no tengo la protección que pueda dar un partido. Soy un modesto funcionario y sentirse en medio de una batalla política es muy desagradable. Evidentemente he sido utilizado. De hecho, hubo un conseller que me llamó “meteréologo sanchista”. Cuando ingresé en la Agencia Estatal de Meteorología, el presidente del Gobierno era Felipe González y el presidente de la Generalitat era Joan Lerma. No soy un cargo de libre designación, sino un técnico. Llevo 33 años aquí y nunca hemos tenido un problema con ninguna administración. Es más, nuestras relaciones históricas con el Centro de Coordinación de Emergencias han sido siempre excelentes.

- ¿Se han resentido esas relaciones en medio de esta guerra política?
- Entre técnicos no lo creo, pero ahora evidentemente lo que prima son los intereses políticos. Por ejemplo, el lunes la Universidad Politécnica había convocado una reunión de lecciones aprendidas, una ponencia pública, y de Emergencias dijo que no iría nadie, aunque estaban convocados. Estoy convencido de que en cuanto baje el suflé político, las relaciones volverán a ser como antes. Como ciudadanos debemos exigir reuniones entre administraciones y técnicos, encuentros de lecciones aprendidas, para que esto no vuelva a ocurrir.

  • El jefe de Climatología de Aemet en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez -

- Ha hablado de la filtración de la llamada manipulada entre Aemet y Emergencias, que fue utilizada por el president de la Generalitat para cuestionar a la Agencia. ¿Cree que salió de la administración autonómica?
- Son ellos quienes graban las llamadas y esto está judicializado en un juzgado de Llíria. Será la justicia quien determine lo ocurrido pero nosotros no grabamos las conversaciones. Hay un sistema de comunicación directa, bidireccional: cuando un técnico del Centro de Coordinación de Emergencias necesita alguna aclaración, llama al técnico de Aemet y viceversa. Son relaciones normales, que están protegidas y no se pueden difundir salvo por orden judicial y en casos muy concretos. Es una llamada que salió de allí. Determinar quién fue el que la extrajo o manipuló lo dirá la investigación del juzgado.

- ¿Cómo describiría aquel Cecopi?
- Si tuviera que definirlo brevemente, sería como una falta de liderazgo y de toma de decisiones. Gracias a la instrucción judicial, se sabe quién debía ir tomando decisiones, que en este caso era la consellera. Y en una emergencia no puedes dudar. En una emergencia, es mejor pecar por exceso que por defecto, porque cada minuto que pasa puede ser fatal. Yo, desde la delegación, estaba conectado telemáticamente porque la normativa del Cecopi permite que el representante de la Aemet permanezca en su puesto de trabajo para tener información de primera mano. Estaba pendiente de mi labor, esperando a que me dieran paso y oía lo que se decía pero las intervenciones eran larguísimas y no se tomaban decisiones, además de que hubo pausas muy largas dentro de la reunión: entre las 18 y las 19, de 20:10 a 20:45, y otra hacia las 21:30. Demasiadas pausas y mucho tiempo para decidir. Eso refleja claramente una falta de liderazgo.

- ¿Era la exconsellera Salomé Pradas quien dirigía el Cecopi?
- Yo fui tomando notas durante la reunión porque iempre que hay una reunión de este tipo, el delegado territorial y yo vamos alternándonos en asistir a los Cecopi, y puedo describir lo que pasó basándome en mis notas. Yo sí recuerdo ver a los técnicos muy agobiados, explicándole a la consejera la situación, pero no se tomaban decisiones. Esa tarde, me citaron para ir a À Punt y, en principio, acepté. Pero al ver la situación tan complicada, decidí no acudir. Antes de rechazarlo, lo consulté con la delegada del Gobierno, que a su vez lo consultó con la consellera. Fue la consellera quien decidió que la información se centralizara en el servicio de prensa del Centro de Coordinación de Emergencias, lo cual me pareció perfecto. Es decir, que sí tomaba decisiones, pero hasta qué punto dirigía la reunión en conjunto, no lo recuerdo con detalle.

- El Consell, y sobre todo el president, Carlos Mazón, ha cuestionado el papel de Aemet porque, dice, previó unas lluvias de 180 litros por metro cuadrado y llovió mucho más.
- Sí. Pero es que esto no ocurre solo en meteorología. La gestión del riesgo, en cualquier ámbito de la ciencia, cuando hablamos del futuro, no se basa en valores absolutos, sino en probabilidades de ocurrencia o de superación de umbrales. Voy a poner un ejemplo que todos entenderán. Si te van a operar, el médico —que en este caso sería el técnico— te informa de los riesgos: te dice si la operación es leve, grave o muy grave. Algunas veces incluso dice que es “a vida o muerte”. El médico te informa de los riesgos y tú tomas la decisión. Pero no se te ocurre decirle: “No me diga lo que podría pasar, dígame exactamente lo que me va a pasar”. Eso es imposible; la ciencia no puede hacerlo.

En meteorología ocurre lo mismo. Como las incertidumbres sobre lo que va a pasar en el futuro son altas, trabajamos con la superación de umbrales. Esos umbrales se establecieron hace 17 años, cuando el presidente de la Generalitat Valenciana era Francisco Camps. Nadie los ha cuestionado desde entonces. Hemos trabajado con ellos en otras gotas frías, no tan severas como esta, y nadie dijo nada. Por ejemplo, en 2019 cayeron más de 400 litros en Orihuela, y nadie nos reprochó haber hablado de 180 litros. Porque 180 no es una predicción exacta, es un umbral. Lo importante no es la cifra, sino el color: el rojo. El color rojo significa riesgo extraordinario. Ningún ciudadano tiene por qué saber si 180 litros es mucho o poco; los colores están para que todos lo entendamos. Además, no es un sistema español. En toda Europa el sistema de avisos meteorológicos de la Agencia Estatal de Meteorología está integrado en Meteoalarm, donde participan todos los países europeos, incluso fuera de la Unión Europea, como Ucrania.

  • El jefe de Climatología de Aemet en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez -

- ¿Trabajan con los mismos umbrales?
- No. Cada país tiene sus propios umbrales. En España, por ejemplo, hay dos sistemas: uno para las comunidades del Mediterráneo —que tienen los umbrales más altos— y otro para el resto del país. Lo mismo ocurre en Europa. En Alemania, por ejemplo, lo más característico es la persistencia más que la intensidad, que es lo que aquí determina las catástrofes. Cada país o zona tiene sus umbrales, pero el sistema de colores es el mismo: verde, amarillo, naranja y rojo.

- ¿Cree que en la zona mediterránea deberían modificarse estos umbrales, teniendo en cuenta que estos episodios torrenciales van a ser cada vez más extremos?
- Nosotros no podemos modificar unilateralmente los umbrales. Estos se consensúan con las protecciones civiles, y no solo con la autonómica. Lo que pasó aquí el 29 de octubre afecta a toda la cuenca mediterránea, que es una zona muy expuesta. Es cierto que en la Comunidad Valenciana estos fenómenos son más frecuentes, entre otras cosas por la orografía. Pero hay que recordar que, por ejemplo, hace dos años el ciclón Daniel arrasó Grecia, dejó amplias zonas inundadas y provocó miles de muertos en Libia. Toda la región mediterránea es una zona de riesgo porque el mar es una cuenca cerrada, muy cálida y rodeada de relieves paralelos a la costa. Cuando las masas de aire inciden perpendicularmente sobre ellos, se producen ascensos forzados. Los ríos son muy torrenciales, cortos y de cauce abrupto; eso es lo que provoca la catástrofe, las inundaciones relámpago. No es solo la lluvia, sino su impacto sobre los cauces.

- Hay técnicos de la Generalitat que han criticado en sede judicial el "mareo" de avisos aquel día por parte de Aemet. ¿Cómo se puede explicar esto?
- Amanecimos con aviso naranja. A las siete y media se emitió el primer aviso rojo y a las nueve y media toda la provincia de Valencia estaba ya en aviso rojo. Cuando declaré ante el juzgado de Catarroja me preguntaron por esta cuestión y respondí que esos avisos se pudieron haber dado antes, después o incluso no haberse dado pero se emitieron con la suficiente antelación para tomar medidas preventivas y alertar a la población. Los avisos estaban activos y la información era accesible. Aemet introduce sus datos pluviométricos en un sistema informático, y a partir de ahí se va actualizando la información.

- En las últimas semanas, también ha habido críticas por parte del PP porque la previsión meteorológica en el último episodio de lluvias no fue del todo acertada y que el aviso terminó antes de que se produjeran las peores precipitaciones.
- Eso responde a un cierto desconocimiento. Como decía antes, cuando se habla del futuro se habla de incertidumbre y de probabilidades de superación de umbrales. Se mencionó el caso de Pilar de la Horadada, pero este último episodio no tuvo nada que ver con el del 29 de octubre. Las gotas frías históricas, las realmente catastróficas, no son tantas en los últimos años: la de 2024, la de 2019, otra importante en 2018 y quizás una más en el año 2000. Todas tienen cuatro características: son intensas, extensas, persistentes y focalizadas en el interior. Estas últimas lluvias no cumplían esas condiciones; solo la de la intensidad. No fueron extensas ni persistentes y se concentraron en áreas muy reducidas y pegadas al litoral.

La adversidad no era comparable. Esto lo explicamos tanto en reuniones internas de coordinación con la Generalitat como en redes sociales. En estos casos, la incertidumbre es altísima, porque no se puede saber con precisión dónde va a descargar la tormenta hasta que ocurre. Sí se puede anticipar que será adversa y focalizada, pero no el punto exacto. Aemet tiene personal de vigilancia las 24 horas. Se trabaja con los mejores modelos disponibles: el del Centro Europeo de Predicción, financiado por todos los países europeos, y otro de alta resolución desarrollado por Aemet junto con un consorcio de agencias meteorológicas europeas, entre ellas Météo-France y varios países escandinavos.

  • El jefe de Climatología de Aemet en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez -

- PP y Vox ya han adelantado que le citarán en Les Corts por este último episodio.
- A ver si me llega la citación y entonces veremos exactamente de qué se trata. De todas formas, estas cuestiones suelen tratarse en reuniones técnicas. Lo que yo pueda explicar sobre la incertidumbre de las precipitaciones, o sobre cómo se analiza el futuro, corresponde a cuestiones técnicas. Se trata de un buen diagnóstico y de comunicar claramente al que tiene que tomar decisiones qué puede ocurrir. Pero si me citan, cuando me llegue la citación ya lo sabremos.

- ¿Cree que hay algún margen de mejora en los protocolos y sistemas?
- Sí. Hemos tenido reuniones de lecciones aprendidas, pero en general todos estos asuntos deben ser multisectoriales. Debemos implicar a todos los agentes en la gestión de emergencias: meteorólogos, hidrólogos y técnicos de protección civil. Recuerdo que hace diez años la Generalitat propuso cursos sobre la influencia de la meteorología en incendios forestales y dimos más de 20 ediciones, en el IVASPE. Nosotros aportamos la visión meteorológica, pero los usuarios son los bomberos, los agentes medioambientales y la UME. Ellos explican lo que necesitan y nosotros evaluamos si podemos proporcionarlo o si podemos desarrollar productos alternativos. Esos productos se han usado operativamente durante diez años en incendios forestales y son tan útiles que hace dos años se extendieron a toda España.

- ¿Falta esa integración ahora?
- Sí, faltan esas conversaciones. Por ejemplo, lo que me preguntas sobre los supuestos fallos, que en realidad no lo son, eso se trata en reuniones técnicas. Son los técnicos de emergencias los que pueden decir qué consideran que estuvo mal y los meteorólogos les pueden explicar que esos problemas no se pueden resolver científicamente en este momento. O sí, quizá haya cuestiones que no hemos contemplado.

- Esas reuniones no se están teniendo.
- No, hasta ahora no se han abordado. Ahora mismo, el ruido político está por encima de la técnica. No ha habido reuniones hasta ahora.

  • El jefe de Climatología de Aemet en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez -

- Se ha planteado la posibilidad de crear una alerta negra. ¿Cómo lo ve?
- Tiene que quedar claro que una cosa son los avisos meteorológicos. Es lo que nosotros hacemos y notificamos a la Generalitat, además de difundirlo mediante páginas web y redes sociales. El usuario principal es Emergencias, porque ellos son quienes tienen la capacidad de alertar. Ellos lanzan la alerta y establecen contacto con los ayuntamientos y Protección Civil, y se encargan de difundirla. El 29 de octubre pasado hubo un aviso meteorológico rojo, pero la alerta a los ciudadanos llegó más tarde. Lo que Aemet puede hacer es generar el aviso meteorológico; la alerta depende de Emergencias.

¿Lo de la alerta negra? Bien, pero seríamos la parte diferencial de Europa, donde el sistema es semafórico: verde, amarillo, naranja y rojo. No hay negro. Alemania, de forma interna, también tiene un aviso negro, pero no se difunde a nivel europeo. Cuando estuve testificando en el juzgado, un abogado me preguntó sobre esto, y le expliqué que el problema no fue de avisos meteorológicos, sino de alerta. Se puede debatir si conviene introducir un aviso meteorológico negro para cuando se prevé una gota fría con intensidad, persistencia, extensión y focalización. Se podría hablar pero no es sencillo: habría que coordinarlo con Europa y evaluar si realmente aporta una mejora, porque los avisos rojos ya son lo suficientemente graves para que se tomen medidas.

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