VALÈNCIA (EP). La "intensificación del trabajo", la "desaparición de las fronteras entre jornada y descanso", la "precariedad", pero también una "menor estigmatización", entre otros factores, han impulsado en los últimos años un aumento de las incapacidades temporales por salud mental, hasta el punto de que "por primera vez en la historia" las personas trabajadoras de la Comunitat Valenciana trasladan "más malestar psicológico" que las desempleadas.
Así se ha puesto de manifiesto durante la jornada de presentación de la 'Guía para elaborar planes de salud mental en las empresas, que ha elaborado UGT PV de la mano de investigadores de la Universitat de València (UV) y la Universidad Carlos III de Madrid.
En el acto han intervenido, entre otros, el profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la UV, Adrián Todolí --director del estudio--; la vicesecretaria general y de Políticas Públicas, de Salud Laboral, Cooperación y Medio Ambiente de UGT-PV, Marisa Baena; el director general de Salud Mental de la Conselleria de Sanidad, Bartolomé Pérez, y el director general de Trabajo y del Invassat, Andrés Lluch.
En España, las bajas laborales por motivos psicosociales tienen un coste de 339 millones de euros anuales. Entre 2005 y 2025 el riesgo de desarrollar un trastorno psicológico ha pasado de afectar al 14,9% de la población trabajadora española a más del 55%.
Todolí ha advertido sobre el aumento de casos de incapacidad temporal derivados de problemas de salud mental y ha expuesto que, en España, de 2016 a 2024 se ha pasado de 280.000 casos a 650.000 casos, triplicando el número de bajas. "Los estudios revelan que, a parte de ese aumento, el 60-80% de esos casos se pueden prevenir", ha comentado el experto.
Según el profesor de la UV, "la intensificación del trabajo es la primera causa que se detecta". Además, "desde la pandemia, con el teletrabajo, ha habido una desaparición de las fronteras entre el trabajo y el descanso", y esto "está provocando estrés en muchas personas por la falta de descanso".
Todolí ha señalado además que "el impacto de la pandemia es una de las causas" del empeoramiento de la salud mental porque, "aunque ya haya pasado ya, mucha gente todavía sigue sin superar las consecuencias psicológicas de lo ocurrido".
Menor estigma
El académico ha puntualizado que "también es cierto que a partir de la pandemia hay menor estigmatización de los problemas de salud mental, lo que permite una mayor visualización". "Antes, la gente se negaba a admitir que lo tenía y ahora no", ha agregado.
Por otro lado, el informe, en el que también han participado las profesoras Ana Belén Muñoz (Universidad Carlos III) y Paula López (UV), apunta a la incidencia de la precariedad laboral, "sobre todo a partir de 2021", por "los bajos sueldos y muchas horas de trabajo". "Por suerte, estamos mejorando en condiciones de trabajo y la reforma laboral ha reducido la temporalidad", que era un "factor clave" en la salud mental, ha destacado Todolí.
De este modo, muchas de las incapacidades derivan de las condiciones materiales de los trabajadores" y, por tanto, "se pueden prevenir". Todolí ha subrayado la importancia de realizar diagnósticos para determinar la situación específica de cada empresa y ha puesto el foco en la prevención, antes de que afloren los problemas.
Marisa Baena ha añadido que el aumento de la carga de trabajo está relacionado con la digitalización, y ha mencionado también la falta de desconexión digital y la "monitorización excesiva de los trabajadores", como por ejemplo el control que hacen empresas de reparto del recorrido que van realizando sus camionetas.
Ante todo ello, plantean la elaboración de planes de salud mental en las empresas a través de la negociación social, y la guía propone "herramientas para la negociación colectiva" de los mismos. "Han aparecido desde hace menos de cuatro años los planes de la igualdad en las empresas, los planes antiacoso sexual o laboral, de prevención de la discriminación a colectivos lgtbiq+. Esta idea cala y funciona", ha indicado el profesor de la UV.
Medidas inspiradas en otros países
Todolí ha explicado que las medidas a aplicar se deben negociar en cada caso concreto y que las propuestas de la guía están basadas en la experiencia de países que llevan años implementando acciones, como Alemania, Suecia o Dinamarca.
Por ejemplo, se recomienda "medir la carga de trabajo" y "los ritmos que puede asumir un trabajador", como por ejemplo en el caso de las habitaciones que pueden limpiar las camareras de piso. "Hay métodos para medir científicamente la carga de trabajo saludable", ha asegurado.
También ha indicado la importancia de la formación y sensibilización de los mandos intermedios, para que "sean conscientes de la afectación que puede provocar su forma de organizar el trabajo".
Otra medida que ha destacado es el establecimiento de "botones de pánico", como se conoce a los canales habilitados por las empresas para que una persona o sus compañeros puedan alertar si detectan que un trabajador se está "quemando". Así, la empresa puede modificar su carga de trabajo o su puesto temporalmente.
El director general de Salud Mental ha destacado que vivimos un "momento adecuado y crítico" para plantear soluciones porque "por primer vez en la historia, en la última encuesta de salud de la Comunitat Valenciana, vemos que hay más malestar psicológico entre las personas trabajadoras que entre las desempleadas", lo cual ha considerado "extrañísimo".
Por su parte, Andrés Lluch considera que los "preocupantes" datos demuestran la importancia de aprobar documentos como el de UGT PV o la guía de riesgos laborales 2025-2029 de Invassat, que ha salido adelante con la "unanimidad" de todos los agentes sociales. Así, ha remarcado las administraciones deben dar directrices basándose en los datos que comunican los expertos y los agentes sociales.