Comunitat Valenciana

La CHJ declara a la jueza de la Dana que Emergencias no pidió la colaboración de sus agentes para vigilar barrancos

  • El cauce del barranco a su paso por Torrent
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VALÈNCIA. La vigilancia de los barrancos fue una de las claves de la fallida actuación de la administración el día de la Dana. Este control, que según el Plan de Inundaciones y tal como ha manifestado la jueza de la Dana corresponde coordinar a la Generalitat Valenciana, fue infructuoso. Bien porque los bomberos forestales movilizados se retiraron al ver que había bajado el nivel del agua en el barranco del Poyo a las 14.40h, bien por la falta de comunicación que impidió movilizar a los agentes medioambientales de la Conselleria de Medio Ambiente. Y la CHJ, que cuenta con un control de aforo a la altura de Ribarroja, envió un correo tardío a las 18.43h mientras los barrancos tributarios del Poyo, aguas abajo de dicho sensor, ya se habían desbordado desde hacía hora y media.

En ese sentido, más allá del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) en el que se incluye el mencionado sensor, el despliegue de agentes medioambientales por parte de la CHJ ha sido otro foco de atención, habida cuenta de que en la última Dana, los miembros de su Policía de Aguas cumplieron estrictamente con su horario hasta las 15.30h o hasta las 17h como tarde, por lo que no pudieron detectar la riada. Así lo expuso el propio organismo en su informe remitido al parlamento autonómico valenciano, donde especificó que en este ámbito cuenta con una plantilla de 55 empleados repartidos por toda la cuenca, de los cuales una decena correspondía a la zona afectada por la Dana.

Así, tras solicitarlo una de las acusaciones, la jueza de la Dana requirió al Ministerio de Transición Ecológica, del que depende la Confederación, para que informara "si hubo despliegue de agentes para la vigilancia in situ en algún punto de control el 29 de octubre de 2024, así como la ubicación de los mismos". Y en su respuesta al juzgado, firmada por el presidente de la CHJ, Miguel Polo, señala que los agentes medioambientales y guardas fluviales aquel día "realizaron su función de vigilancia de forma itinerante, desplazándose en la medida que las condiciones meteorológicas lo permitieron, a los puntos que pudierna ser más conflictivos en cada momento en base a su conocimiento sobre el terreno.

Con todo, asegura Polo en su informe, al que ha tenido acceso Valencia Plaza, indica que aquella jornada "no hubo en ningún caso una solicitud de colaboración por parte del mando único a cargo de la emergencia a esta Confederación Hidrográfica, ni durante la fase de preemergencia ni una vez declarada la fase de emergencia". Se refiere así con la alusión al "mando único" al entonces secretario autonómico, Emilio Argüeso, que ostentaba la dirección por la mañana, y a la consellera de Interior, Salomé Pradas, que asumió el mando tras declararse el nivel de emergencia 2 a las 15h de la tarde.

  • El presidente de la CHJ, Miguel Polo, ante los medios este viernes. -

El documento asegura, "en relación a las labores de apoyo a los puntos de control automáticos del SAIH para el seguimiehto de las crecidas", que las comunicaciones de los puntos de control automáticos de la red SAIH estuvieron "operativas durante todo el día y no fue necesario el seguimiento de ningún punto especifico". Aunque admoite que los agentes y guardas en activo "realizaron las labores de control y vigilancia que les son propias en el ejercicio de sus funciones, recabaron y transmitieron información por propia iniciativa al Servicio de Policía de Aguas e información a petición del Comité Permanente de la CHJ".

Hace semana y media, compareció en la comisión de investigación del Senado el que fuera jefe del Servicio de Policía de Aguas y Cauces Públicos de la CHJ en la Dana, Ricardo Domínguez, quien reiteró que las cuestiones debatidas sobre los efectos de la dana en la población “nada tienen que ver” con las funciones de su servicio, que se limitan a la inspección, control y vigilancia del dominio público hidráulico, lejos de las de emergencias o protección civil. “Nuestro trabajo principal viene después de las lluvias”, explicó, a través de la elaboración de informes sobre los daños que estas avenidas han producido en los cauces. Por ello, aunque con conocimiento de la situación de los caudales a lo largo del día de la dana, la misma información que recibían también otros organismos, insistió en que la obligación de su servicio no era "la de informar".

Con todo, lo cierto es que en documentos del Ministerio para la Transición Ecológica, del que depende directamente la CHJ, se recoge entre las funciones de los agentes medioambientales no solo el "seguimiento de los daños causados en el dominio público hidráulico durante episodios de avenidas e inundaciones" sino también la "realización de aforos, información sobre crecidas y control de calidad de las aguas". Domínguez explicó que los agentes realizan estas tareas cuando se les requiere, por ejemplo cuando hay problemas de comunicación de los sensores automáticos.

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