CASTELLÓ. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) entiende la ciencia ciudadana como “la participación activa de cualquier persona, sin que tenga necesariamente formación científica, en distintas fases del proceso de investigación: desde la observación y recopilación de datos hasta la formulación de hipótesis o la difusión de resultados”. Desde hace más de una década, Mosquito Alert se ha erigido como un referente del avance de la ciencia ciudadana en España: es al tiempo una plataforma y una app gratuita, orientadas a facilitar la colaboración de distintos actores en el estudio, seguimiento y control de especies de mosquitos vectores de enfermedades como el dengue, el Zika, el chikungunya o la fiebre del Nilo Occidental. La ciudadanía es uno de los pilares del proyecto, junto a los científicos, los agentes de salud pública y el sector educativo.
Con la app, cualquier persona puede enviar observaciones de mosquitos, de sus lugares de cría y de picaduras. Un equipo humano de entomólogos expertos se encarga de validar las fotos recibidas y notificar el resultado al participante. Finalmente, el resultado se publica en el mapa público, donde se pueden consultar y descargar las observaciones registradas desde el año 2014. La gran cantidad de datos generada es útil para estudiar la distribución geográfica de estas especies, así como su estacionalidad a lo largo del año. Por ejemplo, gracias a más de 27.000 observaciones, se sabe que el mosquito tigre ha sido detectado en 156 municipios españoles entre 2023 y el pasado verano de 2025. La californiana Lyra Elizabeth Tyson, miembro de la plataforma, participó el pasado 13 de noviembre en el Foro Nacional de Ciencia Ciudadana organizado por la Universitat Jaume I y el Ayuntamiento de Oropesa del Mar, en el Bellver Blue Tech Zone. Con estudios en medio ambiente, cuenta con un master de liderazgo para la conservación y otro en ciencias, especializado en las dimensiones humanas de los recursos naturales. Desde hace un año, trabaja como investigadora en la Universitat Pompeu Fabra.
- ¿Cómo surgió la idea de Mosquito Alert?
- Bueno, es una estrategia internacional, aunque se inició en España en 2014. Creció en torno a una red de voluntarios, expertos entomólogos, que son clave en el proyecto porque verifican las imágenes que provienen de los ciudadanos. La red ha tomado mucha fuerza y ha crecido por toda Europa, Italia, Grecia, Holanda, Alemania y ahora también estamos trabajando en Burkina Faso, Brasil, Colombia y Jamaica, creciendo bastante en los últimos tiempos.
- Supongo que esta expansión les aporta conocimiento para ayudar a mejorar y afinar su método.
- Es difícil, porque en ciencia ciudadana y ciencia en general, lo que hace la cantidad de datos es dar más robustez al trabajo. Pero sí es cierto que al margen de esa cuestión cuantitativa, estamos creciendo porque en los nuevos sitios a los que estamos llegando ahora, las enfermedades son endémicas, y aquí ya no lo son. Es verdad que sí cambia el sistema, al incluir todos los tipos de problemas que vienen de mosquitos.
- Su proceso de trabajo empieza cuando un usuario de la app hace una fotografía del mosquito en su terraza o jardín y la sube a la app. ¿Qué sucede a continuación?
- Sí, el usuario se descarga la app y saca una foto del mosquito y la sube. Debo decir que también se pueden subir fotos de un sitio de cría, por ejemplo donde hay agua estancada. Entonces, lo que sucede es que tenemos una red de entomólogos voluntarios que son quienes verifican la validez de la imagen e identifican la especie de que se trata. Pero no es tan fácil: siempre se precisan 3 verificaciones. Tenemos que asegurarnos antes de dar el siguiente paso: mostrar el dato que proviene de la ciencia ciudadana en el mapa, al que todo el mundo puede acceder porque está en abierto. Y luego, en algunos casos, hacemos un flujo de trabajo para gobiernos, porque los gobiernos, en concreto sus departamentos de Salud Pública, necesitan ese mapa en tiempo real. Pero ya digo que el problema principal es la verificación de las imágenes para evitar emitir alertas incorrectas. Tenemos que cuidar eso.
- ¿Por qué es un problema? ¿Por el volumen de datos a analizar?
- Sí, es un problema de volumen, aunque estamos empezando a probar con la IA como instrumento de verificación. Es un problema porque no hay muchos entomólogos voluntarios y los que están participando en nuestro proyecto tienen un trabajo a tiempo completo aparte de esto. Si contamos solo los entomólogos titulados, hablamos de menos de 10 para toda España, pero aparte de ellos también contamos con algunos estudiantes, si los incluimos son algunos más.
- O sea, se les acumula el trabajo.
- Claro, pero son voluntarios. Quizá necesitamos profesionalizar esa parte pero es un problema por ahora: a lo largo de mi carrera he visto repetidamente que el límite de voluntarios es un problema repetitivo, no podemos eludirlo. Anteriormente, trabajé con el Gobierno de los EEUU para capacitar a sus diferentes departamentos sobre cómo podemos usar los datos de ciencia ciudadana para conseguir sus objetivos. Y eso se repite.

- Lyra Elizabeth Tyson, en el Bellver Blue Tech Zone de Oropesa del Mar.
- En España, las autoridades cifran en un 21% las detecciones de mosquito tigre en la ultima década debidas a la colaboración ciudadana. Hablamos de un cambio cultural relevante, ¿no?
- Sí, así es. La concienciación es clave, pero también de la gente de ciencia, eso es incluso más importante, porque el ciudadano ve claro el beneficio. A algunos científicos aún les extraña, aún les sorprende este tema de la ciencia ciudadana. Y hay que convencerlos.
- Dentro de España, ¿hay grandes diferencias entre regiones?
- Bastantes. Por ejemplo, los investigadores de Mosquito Alert vienen de Barcelona y está engrasado el mecanismo con la sociedad y las relaciones con Salud Pública. Iniciamos un proyecto en Galicia y todo fue perfecto, se contó con todos los grupos de interés para apoyar proeycto con éxito. Luego en Andalucía había menos recursos para coordinación y necesitamos la ayuda de otros agentes no gubernamentales. Y son las tres regiones en las que más operamos, como las más grandes.
¿Y la Comunitat Valenciana?
- Pues desde aquí nos llegan también bastantes imágenes, pero para funcionar bien, nuestro proyecto necesita llegar a la ciudadanía, y para ello, es decisivo el apoyo de los medios de comunicación. En la temporada de cría de mosquitos hacemos un llamamiento a los medios locales para que la ciudadanía lo conozca. Es un componente esencial: donde mejor funciona el proyecto es donde mejor es la comunicación sobre el mismo.
- Finalmente, ¿de que forma se financia Mosquito Alert?
- Por muchas vias. Por ejemplo, mi trabajo en la Universitat Pompeu Fabra se debe al European Research Council, por ejemplo. También con fondos de ICREA (Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados), de otros centros de investigación o de la Fundación La Caixa, entre otros.