VALÈNCIA. El nuevo modelo de productividad complementaria aprobado en julio por la Conselleria de Sanidad ha abierto un nuevo frente entre la administración y los médicos de familia. Se trata de un sistema de incentivos ligado al cumplimiento de objetivos asistenciales y de gestión, que según el departamento que dirige el conseller Marciano Gómez, busca mejorar los resultados en salud, reforzar la calidad asistencial y garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario público.
Esta nueva fórmula, que podrá bonificar con cantidades de entre 960 y 6.000 euros semestrales a los profesionales de las diferentes categorías, busca mejorar los indicadores primando cuestiones como los resultados, la calidad del servicio o la ausencia de demora. Objetivos que estarán asignados a personas individuales o a unidades funcionales. En la práctica, se traduce en un conjunto de indicadores sobre la actividad de los equipos tanto de atención primaria como de hospitalaria y especializad que, aunque no están publicados, Sanidad ya está acudiendo a los diferentes departamentos de salud para darlos a conocer.
Ante este nuevo modelo, la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (SoVaMFiC) ha manifestado su oposición frontal al programa. En un comunicado, la sociedad científica sostiene que el modelo "no mejora la calidad de la atención al paciente, es irrealizable y puede resultar contraproducente". Para estos, uno de los puntos más controvertidos es el indicador llave -que es imprescindible cumplir para acceder al incentivo-, basado en la demora de las citas. En este sentido, señalan "no refleja la demora real de los pacientes ante la solicitud de atención sanitaria ni la calidad asistencial real".
A su juicio, medir la eficacia de los equipos en función de la disponibilidad de agenda ignora la complejidad del trabajo diario en los centros de salud y las diferencias territoriales en recursos y carga asistencial.
"Meta inalcanzable"
La sociedad médica también critica la formulación de algunos objetivos clínicos. Citan como ejemplo el indicador sobre diabetes, que establece que el 70% de los pacientes mantengan una hemoglobina glicosilada (HbA1c) inferior al 7%. “Se trata de una meta inalcanzable y alejada de la evidencia científica”, señalan, apuntando que los resultados de este tipo de parámetros dependen de múltiples factores individuales que van más allá de la acción de los profesionales
En la misma línea, consideran que el diseño de varios indicadores responde a una visión “economicista”. Así, advierten de que se valoran aspectos como la reducción del gasto en medicamentos, material sanitario o incapacidad temporal "sin vincularse con la salud de los pacientes". Bajo esta lógica, alertan, puede generarse un efecto adverso en la atención. "Los profesionales se verán obligados a dedicar menos tiempo a tareas esenciales como la prevención, la atención domiciliaria, la docencia o la investigación", apuntan.
Llamada a no firmar el acuerdo
Ante este escenario, SoVaMFiC ha trasladado a médicos de familia y equipos de Atención Primaria no firmar los indicadores del acuerdo ni adherirse al programa. La entidad aconseja dejar constancia en acta de su rechazo, como muestra de oposición a un sistema que, en su opinión, no tiene en cuenta la realidad asistencial de la Atención Primaria y corre el riesgo de empeorar las condiciones de trabajo.
Paralelamente, la sociedad médica ha instado a la Conselleria de Sanidad a abrir un espacio de diálogo y crear una mesa técnica con participación profesional y científica. El objetivo, subrayan, sería "diseñar un sistema de incentivos justo, transparente y basado en la evidencia, que realmente contribuya a mejorar la calidad asistencial y la salud de la población".
Sanidad sale en defensa del modelo
La directora general de Atención Primaria, Eva Suárez, señalaba este jueves que "el objetivo principal del nuevo modelo de productividad para el personal es el paciente, algo en lo que todos deberíamos coincidir y desde luego desde la Conselleria por y para ellos estamos dedicados día a día".
Los coordinadores de los Departamentos de Salud disponen hasta el día 30 de septiembre para presentar alegaciones al nuevo sistema, algunas de ellas ya se han recibido en la Conselleria, y "todas ellas se analizarán atendiendo a las circunstancias concretas de cada centro sanitario", según ha informado la Generalitat en un comunicado.