Entrevista

Comunitat Valenciana

Vicente Candela (Vielca Ingenieros): "Si no fuera por las presas, en el Mediterráneo no se podría vivir"

  • El gerente de Vielca Ingenieros, Vicente Candela, en sus oficinas
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VALÈNCIA. Las ingentes labores de reconstrucción de infraestructuras tras la Dana todavía no han finalizado. Las obras de reparación de infraestructuras hidráulicas y la restauración de elementos como puentes y cauces no son rápidas de ejecutar. Sobre todo tras un episodio como el del pasado 29 de octubre, que ha obligado a reevaluar la fortaleza de las estructuras y revisar algunos de los métodos de construcción. Así, el papel de la ingeniería y los estudios hidrológicos e hidráulicos se revela fundamental.

Bien lo saben en Vielca Ingenieros, una de las empresas valencianas de ingeniería que está trabajando en varios proyectos para volver a levantar infraestucturas caídas o dañadas por la riada. Su gerente, Vicente Candela, examina los problemas que afectaron a las infraestructuras dañadas que no pudieron soportar el empuje del agua, analiza los proyectos hidráulicos pendientes y explica cuál es el papel de las presas como la de Forata en grandes avenidas.

-La riada se llevó muchos puentes por delante, muchas infraestructuras. ¿Cuál es el motivo por el que estas no pudieron soportar esa avenida?¿No estaban preparadas?¿Cuál fue el problema?
-Las infraestructuras dañadas por la Dana principalmente fueron los puentes, pero también encauzamientos, muros, escolleras... Lo que hemos observado los ingenieros es que todas las infraestructuras que no tenían cimentación profunda han sido dañadas. Han resistido las que tienen cimentación profunda, que normalmente son pilotes: columnas que se introducen en el terreno a gran profundidad (20 o 30 metros) y que permiten mantener la estabilidad del puente aunque se produzca una erosión en torno a la cimentación. Y lo mismo ocurre en las pilas de los puentes, los estribos y en los encauzamientos. Y también han resistido los puentes antiguos

-¿Por qué?
-Porque aunque se hacían con materiales de menor calidad, se hacían con cimentaciones más profundas. Eso es lo que los ha salvado.

-¿Y por qué se ha producido ese cambio en la construcción de infraestructuras? Antes se hacían de otra manera y ahora...
-Porque cuando calculas la cimentación necesaria para que un puente resista las cargas —el tráfico, los camiones, etcétera—, con eso ya te da una cimentación suficiente. Pero si se produce una modificación en el lecho del cauce, entonces estamos perdidos. Eso no era previsible. Cuando tú haces el cálculo, lo haces con las cargas previsibles, pero si el terreno cambia por erosión o por caudales extremos, ya no sirve.

  • El gerente de Vielca Ingenieros, Vicente Candela, en sus oficinas -

-Se ha hablado mucho también de que las cañas y los residuos vegetales pudieron afectar al colapso de puentes. ¿Qué opinan de eso?
-Es cierto que los residuos vegetales —troncos, cañas, incluso elementos del propio cauce— pueden producir un efecto de barrera. Ese obstáculo genera un empuje que se transmite a las pilas. Pero lo que ha fallado principalmente ha sido la cimentación, no esos residuos.

-Hace poco la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) presentó su plan de obras e infraestructuras hidráulicas. ¿Lo han analizado? ¿Qué les parece?
-No lo hemos estudiado en profundidad, pero todo lo que se haga será positivo. Lo que me temo no es que propongan obras innecesarias, sino que no propongan las que sí hacen falta. Ese es el problema. Es una cuestión política. Nos salimos de la técnica y la política introduce unos condicionantes que obligan a llevar a cabo actuaciones muy 'light' a nivel medioambiental. Y no siempre es posible. Por ejemplo, la Confederación y el Ministerio están a favor de eliminar todos los obstáculos de los cauces. Eso lo vemos continuamente en la prensa. Es su política en estos momentos. Yo tengo mi preocupación. Se está apostando por eliminar azudes, tomas de riego, pequeñas presas… Desde un punto de vista ambiental eso da continuidad al cauce y beneficia a la fauna.

Pero hay un problema: en las cuencas mediterráneas, como las de Valencia y el sur, los cauces no son permanentes. Si eliminas esos obstáculos, lo que estás haciendo es eliminar los pocos puntos donde aún se conserva agua en verano. Y eso destruye ecosistemas. No estás haciendo un favor a la naturaleza sino todo lo contraro. No es una política que puedes aplicar a todos los cauces.

-¿Qué métodos a nivel técnico, más allá de la cimentación profunda, se pueden implementar para mitigar los efectos de riadas?
-Se ha hablado mucho de esto. Creo que hay que hacer actuaciones integrales. ¿Que significa eso? No nos centremos en discutor discutir si vamos a hacer presas, encauzamientos duros o vaoms a retirar vegetación. Hay que hacer un estudio integral de toda la cuenca y hay que hacer de todo. Cuando tienes una necesidad tan grande y una dificultad tan grande para abordarla, tienes que diseñar varias actuaciones. En la parte alta, tienes que empezar repoblando las laderas y haciendo estructuras transversales a los barrancos (presas agujero que sirven para filtrar las aguas, no almacenarlas). Después tienes que hacer alguna presa, que parece que ahora no está de moda.

-En su momento se habló de una presa en Cheste, ¿no?
-Sí, y en Villamarchante. Habrá que hacerlas. Luego viene lo siguiente: vegetación de ribera, limpieza de cauces... Todo es adecuado en su sitio adecuado. Si estás en una zona que no es urbana y que no generan daños, la puedes calificar como zona de sacrificio y debes respetar la vegetación de ribera porque frena el agua: haces que el cauce se amplíe y reduces la ola, el caudal, porque además produce mayor infiltración. Pero si el cauce entra en zona urbana, estás confinado y tienes unos límites que no puedes modificar. Entonces tienes que aumentar la velocidad del agua y usar elementos rígidos que puedan resistir ese empuje del agua para evitar desbordamientos y producir daños a las personas y los bienes. Todas las actuaciones son adecuadas pero según dónde las coloques.

-O sea, que hay que adaptarse al contexto.
-Eso es. Por eso habrá que estudiar si reconstruimos los puentes como estaban. Depende. Si actuamos aguas arriba de la cuenca y reducimos el caudal que llega abajo, pueden ser adecuados.

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-¿Con los nuevos proyectos de reconstrucción de infraestructuras se puede asegurar que no volverá a ocurrir lo del 29 de octubre?
-Con lo que se está haciendo y se hará, lo que se puede asegurar es que los daños serán menores. La seguridad total no existe, como los accidentes de tráfico. Vamos a reducir la probabilidad de lo que ha pasado pero el riesgo cero no existe.

-Las infraestructuras previstas en su momento estaban preparadas para un período de retorno y ahora las instituciones están revisándolas par adaptarlas a un período de retorno más grande. ¿Podía explicar bhien qué es exactamente el concepto del “periodo de retorno”? Se ha hablado mucho de él.
- El 'período de retorno' es un concepto que se maneja mucho pero no hemos sabido explicarlo bien. Cuando decimos que una obra se diseña para un periodo de retorno de 100 años, eso significa que hay un 5% de probabilidad de que, en los próximos 100 años, se supere el caudal previsto. Lo que hacemos es calcular un caudal en un punto dado cuya probabilidad de que vuelva a repetirse en el próximo siglo es del 5%. Si es un período de retorno de 25 años, es que la probabilidad de que se repita ese caudal es del 5%. Es una estimación estadística.

-¿Siempre hablamos del 5% de probabilidad?¿Por qué 5%?
-Porque es un porcentaje asumible de peligro. En todos los estudios de inundabilidad hay dos partes. El estudio hidrológico calcula cuánta agua llega a un punto, siempre basándose en datos pluviométricos. Esos estudios se hacen con matemática estadística. Con eso estimamos el caudal y luego entra la parte hidráulica: cómo se comporta ese caudal en un territorio. Y esto se hace con fórmulas de cálculo, es más exacto. Son dos técnicas diferentes. Pero todo parte de datos históricos y estadística, no hay otra: no hay nadie salvo Dios que sepa cuándo y cuánto va a llover. Por eso siempre decimos que el riesgo nulo no existe, porque el dato de partida no lo sabe nadie. Puede venir una riada ahora o el año que viene.

¿Por qué se están recalculando ahora muchas infraestructuras? Porque para calcular el agua de lluvia y el caudal que llega a un punto, miramos el histórico de precipitaciones y con esos datos existentes sacamos una lluvia tipo y la extrapolamos al futuro para preverla en un período de 25, 100 o 500 años. Pero ¿qué pasa si entra un dato nuevo? Que modifica todos los que ya tenías. Ese dato hace que la lluvia tipo cambie porque la base del cálculo ha cambiado. La intensidad de las lluvias del pasado 29 de octubre ha hecho que la media haya crecido.

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-Vielca está trabajando en obras de reconstrucción, como en el puente de la CV-33. ¿Qué ocurrió ahí?¿Cuál es la dificultad que se ha planteado para su reconstrucción?
-Falló el estribo izquierdo del puente, en la margen izquierda, que es lo que sujeta el puente en un extremo. No estaba pilotado. Las pilas, sin embargo, sí lo estaban y resistieron muy bien. Al no tener esa cimentación profunda, el agua socavó el terreno por detrás del estribo, falló la cimentación y el último tramo se vino abajo. Ahora lógicamente lo estamos pilotando. Hicimos también un estudio inundabilidad de todo el tramo porque también hemos reforzado los márgenes con escollera para evitar erosiones. 

-¿Tienen más proyectos relacionados con la reconstrucción de la Dana?
-Sí, varios proyectos. Todos los que afectan a cauces y puentes llevan los nuevos cálculos para ver si el ancho de los cauces habría que variarlo o no. En la presa de Forata también estamos trabajando para hacer obras de emergencia. Lo que se está haciendo es retirar lodos, limos, porque la riada arrastró mucho material que obstruyó los desagües del fondo. Estamos usando pontonas para extraer los sólidos y hacer operativas las compuertas de fondo y las tomas para regadíos. También estamos haciendo un proyecto para hacer más resistente la presa.

-Ha hablado de los desagües de fondo. La presa además tiene unas compuertas que, según tengo entendido, estaban abiertas ese día.
-Sí. Una cosa son las compuertas de coronación de presa, que están en la cabecera, y luego están los desagües de fondo. Luego hay otras tomas para regantes, abastecimiento o producción de energía hidroeléctrica. A raíz de la pantanada de Tous, los vertederos de coronación de presa se hacen sin compuertas, de labio fijo, porque es la única forma que no se repita aquello.

-Eso significa que siempre están abiertos.
-Sí, es un vertedero que, cuando llega el agua, vierte sin necesidad de activar ningún mecanismo.

-¿Cómo operó la presa el 29 de octubre? ¿Pudo actuar de otra manera? Ha sido uno de los puntos del debate
-No. La presa de Forata hizo lo que tenía que hacer y no hubo ningún problema. Estaban las compuertas abiertas y toda el agua que entraba, salía. ¿Y la presa hizo algo? Sí, laminó el agua. Que no fue suficiente porque aguas abajo, no hace falta que diga lo que pasó. Pero de no haber existido la presa, los daños hubieran sido mucho mayores, la pérdida de vidas también. Incluso te digo que, cuando una presa ha llegado a su máxima capacidad y está vertiendo por coronación, aún mantiene su capacidad de laminación. Poco, pero la mantiene. Porque para que salga más agua, ha de subir el calado de todo el embalse, por lo que sigue actuando como amortiguador.

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-¿Cree que hay que construir nuevas presas en algún punto?
-Sí, lo tengo claro. En estas tierras, las presas hacen falta. Quizá en otras zonas donde la pluviometría es diferente o sobra agua, quizá no. En el Mediterráneo, sobre todo la zona sur, si no fuera por las presas, no se puede vivir: no habría agua ni para beber, ni para regar ni para actividades lúdicas. Sería imposible. Es fundamental para que la población tenga su servicio. Pero desde el punto de vista medioambiental, en el Mediterráneo los cauces son ramblas discontinuos sin caudal en verano y constituyen islas ecológicas donde se mantiene la vida. La flora y la fauna se conserva en las presas.

-Tienen muchos proyectos fuera de España, sobre todo en Centroamérica. ¿Cuáles son?¿Están relacionados de alguna manera con los que hacen aquí? Quizá allí tienen otras necesidades por el clima
-Es muy distinto. Por ejemplo, en El Salvador hicimos el Plan Maestro de Aguas Lluvias. Estudiamos toda la pluviometría tanto de la capital como del área metropolitana. Pero allí es diferente. Allí las tormentas son más intensas pero son más frecuentes, así que están más preparados. Los daños que producen esas lluvias intensas son menores. Estamos diseñando encauzamientos y tres presas. De ellas se ha construido una. Nuestra 'desgracia' es que en la Comunidad Valenciana no ocurre todos los años y eso hace que no lo veamos tan necesario y nos despistemos. Los cauces allí tienen mucha profundidad y amplitud. Aquí los episodios son puntuales, y además, el Golfo de Valencia es una llanura litoral, una antigua zona de marjales y zonas pantanosas. Orograficamente es muy difícil evacuar el agua.

-¿Y qué proyectos tienen en otros países?
-Estamos haciendo planes directores de aguas lluvia en República Dominicana. En Nicaragua también, allí tienen mucha agua pero también tienen sus problemas. Hacemos proyectos de abastecimiento, por ejemplo hemos hecho el sistema de abastecimiento y saneamiento para una población de 80.000 habitantes.

-¿Qué diferencia ven en los proyectos que se hacen allí respecto a los que llevan a cabo aquí a nivel presupuestario o calidades?
-No se diferencian mucho porque la ingeniería es universal. Lo que estamos haciendo es exportar tecnología porque lo que funciona aquí lo podemos aplicar allí. La Comunitat Valenciana es puntera a nivel internacional. La UPV es puntera porque tienen unos conocimientos en hidráulica muy avanzados. Nosotros, en El Salvador desarrollamos un software que, en tiempo real, calcula zonas inundables según la lluvia que se iba registrando.

-¿Y eso se está haciendo aquí o hay algún proyecto similar? Podría ser útil.
-No. Nosotros el programa lo desarrollamos en El Salvador pero hemos hecho proyectos de investigación que todavía no hemos aplicado. Pero creo que se van a ir incorporando estas técnicas. El último proyecto de previsión de inundabilidad que hemos hecho está basado en las redes sociales, que son un instrumento muy útil y una importancia cada vez mayor. Tenemos unos sensores físicos, medidores de caudal y de calados, cámaras que miden la velocidad y el calado del agua... Y luego están las redes sociales, que aportan una gran información cuya dificultad reside en la depuración. Esa información que la gente envía en un episodio como una tormenta o un incendio es muy grande y gira en torno a palabras clave. Eso da una alarma instantánea y puedes chequear lo que se dice con los medidores físicos. Lo más difícil de ese sistema es el lenguaje: cómo entender lo que dice la gente. Cuando llueve mucho se puede decir que "está cayendo la del pulpo". Son datos instantáneos. Si un barrio se está inundando en Paiporta, la gente lo dice al momento. Creo que se irá implementando.

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