A Vicente Huici y Ata Gomis los conocí en el Canadá. El Bar Canadá mora desde 1949 en un cantón de la Avenida del Regne, vía declarada en rebeldía por las molestas e insalubres obras del carril bici. De principio a fin, al precioso palmeral que reina en la avenida se le debería aplicar la calificación de zona ZAS, acústicamente saturada por el ruido ambiental que ha generado Grezzi. El principio de Reino es un punto neurálgico de acceso al centro histórico de la ciudad, e intersección con la Gran Vía Marqués del Turia, sodomizada por las vías del tren, rodeada de inauguraciones de parques pero no de soterramientos, y que con la última modificación vial, el cambio de sentido de un tramo de Cirilo Amorós, está generando un embudo para la histeria colectiva o desesperación de los pasajeros que transitan en vehículo a motor o transporte público en dirección al centro ciudad. Le invito a sentarse en un banco de madera de los jardines de la Gran Vía o en la terraza del Bar Ché Taberna Vasca, que regenta la familia Ibáñez, para certificar el entuerto. No me quiero extender más, porque realmente el verdadero fondo del escrito es articular un relato sobre la literatura urbana, popular y subterránea del Cap i Casal. El concejal de movilidad tendrá el suyo más adelante, en próximas fechas, en el mes del fuego, en el mes de la sátira, en plena intifalla, se lo merece.
El Canadá representa los valores del “clásico establecimiento que hace realidad lo que llamamos barrio”, frase célebre del librero valenciano Paco Camarasa, fallecido el año pasado en la Ciudad Condal. El local, libre de plásticos ha envejecido sin apenas cirugía gracias a la profesionalidad y servicio que ofrece el equipo humano que dirige Carlos, su propietario. Las tapas, las tertulias, las partidas de dominó, las habas con ajos tiernos, la ensaladilla rusa, la sepia, son ingredientes más que suficientes para mantener saludable la figura del local. La barra de un bar da mucho juego, si no que se lo pregunten a Pepe Carvalho, el detective más famoso de la literatura española que ha regresado a la escena literaria de la pluma estilográfica del escritor Carlos Zanón.