VALÈNCIA. Las fuerzas principales que conformaban el Botànic, PSPV y Compromís, han dado un giro a sus relaciones tras un inicio de legislatura turbulento tras la pérdida institucional sufrida en las elecciones autonómicas y locales del 28 de mayo.
Tras culparse mutuamente de no haber logrado revalidar una mayoría progresista, en Les Corts se produjo un primer rifirrafe cuando los socialistas apostaron por quedarse dos puestos en la Mesa del Parlamento valenciano y dejar sin representación a los que, hasta hacía pocas semanas, habían sido sus socios de gobierno.
Sin embargo, Compromís no estaba dispuesto a admitir quedarse fuera y aceptaron la mano tendida del PP para 'colarse' en la Mesa gracias a los 'populares', lo que enfadó al PSPV liderado por Ximo Puig. A esto siguió un coqueteo de la coalición valencianista con el PP de Carlos Mazón respecto a la negociación de los órganos estatutarios, todavía pendientes de renovación.
No obstante, tal y como informó este diario, el nuevo síndic nombrado por los socialistas en Les Corts, José Muñoz, decidió maniobrar para recomponer las relaciones. Así, al poco de ser designado en el puesto, propuso una reunión al portavoz de Compromís en la cámara, Joan Baldoví, para tratar de establecer una estrategia común al menos en las grandes cuestiones.
De esa cita salió la conclusión pactada de que PSPV y Compromís no respaldarían ninguna renovación de los órganos estatutarios mientras que el PP no se desmarcara públicamente de Vox, su socio en el Gobierno valenciano.
Al margen de esto, el viernes pudo apreciarse una primera muestra de esta renovada relación del antiguo Botànic con una comparecencia conjunta de los dos portavoces de Educación de ambos grupos parlamentarios, José Luis Lorenz (PSPV) y Gerard Fullana (Compromís) para denunciar "amenazas a alcaldes" para que "renuncien" al Pla Edificant, además de asegurar que existen casi 350 intervenciones en centros educativos de 178 municipios que se encuentran "en peligro" por los "recortes" del Consell.
De esta manera, y más allá de la lógica búsqueda de espacio de ambas formaciones en otras cuestiones, parece que la senda de la colaboración entre los dos únicos partidos progresistas con representación parlamentaria ha vuelto a unificarse. Un movimiento interesante de cara a intentar desmontar los argumentos del Consell PP-Vox respecto a la clásica división de la izquierda.
