PARÍS (VALENCIAPLAZA.COM). La multinacional americana anunció el jueves pasado que suspendía la inversión de 17 millones de euros prevista en su fábrica de Pennes-Mirabeau (Bouches-du-Rhône) como protesta contra el proyecto del Gobierno francés de fiscalizar las bebidas gaseosas.

Dentro del Proyecto de Ley de Financiación de la Seguridad Social en 2012 que será presentado este otoño, el Gobierno galo propondrá un tipo de impuestos a las bebidas azucaradas al mismo nivel que el vino, a aplicar a partir del próximo 1 de enero.

La medida fue anunciada el 24 de agosto por el primer ministro François Fillon en el marco de su plan de reestructuración de las finanzas públicas. No afectará a las aguas embotelladas, los productos que contienen edulcorantes ni a los zumos de frutas sin azúcares añadidos. El Gobierno franceñés espera recaudar con este nuevo impuesto 120 millones de euros suplementarios para las arcas de la Seguridad Social.

"El nuevo impuesto nos inquieta enormemente", afirma un portavoz de la multinacional, quien añade mostrarse de acuerdo en participar en los esfuerzos que todos los franceses están realizando en estos momentos, rechanzado, no obstante un impuesto sobre "un producto que no es nocivo para la salud".

"No va a ser un impuesto de un céntimo suplementario sobre el precio de los botes de Coca Cola quien ponga en peligro los resultados de Coca Cola", ha respondido la ministra del Presupuesto, Valérie Pécresse, quien afirma que la creación de la tasa está motivada por consideraciones de salud pública".

La reacción de la multinacional ha producido fuertes reacciones entre parlamentarios radicales y de izquierdas, que la han llegado a adjetivar de "poco respetuosa hacia la democracia". Coca Cola da empleo a 2.700 trabajadores y ha invertido 260 millones de euros en sus cinco fábricas francesas desde 2006.