VALÈNCIA. Un total de 162 concursos de obra pública se han quedado desiertos en la provincia de Valencia desde la terrible Dana del 29 de octubre. ¿El motivo? La inflación derivada de la reconstrucción y los precios inflexibles de las licitaciones, que las hacen poco atractivas para un sector que además atraviesa dificultades para encontrar mano de obra, lo que le lleva a tener que seleccionar bien los proyectos que puede afrontar.
Estas 162 obras públicas, que engloban tanto las relacionadas con la reconstrucción como otras, alcanzan un importe de 73.974.783 euros, según reflejan los datos de la Plataforma de Contratación del Sector Público. La mayoría de estos concursos corresponden a 2025. En concreto, 148 expedientes son de este año y alcanzan los 71 millones de euros. Las licitaciones restantes, catorce, se publicaron en noviembre y diciembre de 2024.
"Estos datos constatan el incremento de las obras desiertas como consecuencia de unos concursos públicos que son poco rentables para las empresas", explica el presidente de la Federación de Contratistas de Obras de la Comunitat Valenciana (Fecoval), José Luis Santa Isabel, quien ya indicó a Valencia Plaza que el cuello de botella que se ha producido en el sector de la construcción en la provincia de Valencia a cuenta de las ingentes y simultáneas obras de reconstrucción por la Dana ha traído consigo una inflación de los materiales y la logística que se traduce en un encarecimiento del coste de ejecución de hasta un 15% en menos de un año.
Y es que las obras vinculadas a la Dana no están incluidas en los mecanismos de revisión de precios previstos por la Ley de Contratos del Sector Público, ya que estas fórmulas solo se aplican a proyectos que superan un año de duración. El hecho de que las obras de reconstrucción no suelen durar más de un año hace que se excluyan de este supuesto de revisión que marca la ley. Por este motivo, Santa Isabel reivindica a la Administración que active una excepcionalidad en la norma dada la situación, de modo que se permita revisar los precios de las licitaciones para ajustarse al encarecimiento que sufren los costes en tan poco intervalo de tiempo. "Los costes se empiezan a revisar a partir del segundo año", explica.
A ello se suma, según el empresario, que la energía y la mano de obra fueron excluidas de las fórmulas de revisión, lo que agrava aún más el impacto del incremento de costes. Según Santa Isabel, las empresas están afrontando una situación "insostenible" ante el desfase entre los precios con los que se diseñan los concursos públicos y los costes reales en el momento de ejecutar las obras. "Los concursos se redactan con precios que cuando salen a licitación ya están obsoletos, y eso hace tambalear el equilibrio financiero de las compañías", lamenta.
La imposibilidad de revisar los precios de la mayoría de estas obras es lo que provoca que muchas obras menores, por debajo de 1,5 millones de euros, queden desiertas, porque las empresas no pueden asumir los costes con las condiciones ofertadas. Por este motivo, el presidente de Fecoval alerta de la ineficiencia de sacar obras pequeñas, dado que requieren los mismos equipos y personal que una intervención de mayor volumen. "Con los medios limitados, las empresas no acuden a licitaciones de 100.000 euros. Necesitamos que los ayuntamientos agrupen proyectos y saquen contratos de mayor entidad para que sean viables", subraya Santa Isabel.

- Imagen de archivo de una obra de reconstrucción tras la Dana. -
- Foto: GVA
Las obras de reconstrucción de la Dana engloban multitud de intervenciones: desde viviendas hasta equipamientos municipales y sistemas de prevención de inundaciones que aún no se han abordado. La clave, según los contratistas, está en la organización. "Esto requiere mucho orden, cabeza y coordinación. No podemos tener 132 pequeñas empresas actuando de forma dispersa; necesitamos grandes proyectos, con menos interlocutores y mayor eficacia", señala el presidente de Fecoval.
Hasta un retraso de diez años
El presidente de Fecoval insiste en la necesidad de habilitar contratos de emergencia o negociados sin publicidad, que permitan agilizar los plazos de las obras relacionadas con la dana y evitar que cada expediente tarde nueve meses en completarse. En su opinión, si se mantiene la contratación ordinaria, "las obras no empezarán hasta dentro de un año y podrían tardar entre 7 y 9 años en completarse".
En cambio, indica, con un modelo más ágil, la reconstrucción integral podría estar lista "en tres o cuatro años". Entre las fórmulas que plantea Fecoval, figuran la agrupación de contratos por zonas, la creación de un ente supramunicipal que coordine las inversiones y la recuperación de mecanismos de revisión de precios que permitan a las empresas absorber los sobrecostes.