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Eresa dejará de prestar el servicio de radioterapia a partir del 1 de julio en el Hospital General

  • Foto: MARGA FERRER
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VALÈNCIA. El Hospital General de València sigue con el proceso de recuperación de los servicios de imagen médica para la gestión pública que estaban gestionados por la compañía valenciana Exploraciones Radiológicas Especiales (Eresa), ahora Ascires. En esta ocasión, desde la gerencia ya le han puesto fecha al desmontaje del búnker donde se encuentra la máquina de radioterapia. 

Concretamente, será el 1 de julio cuando la empresa tendrá que poner a disposición del consorcio el espacio vacío para que el hospital pueda montar su propia maquinaria. Los trabajadores adheridos a esa máquina tendrán que dejar el espacio y sus puestos pasarán a ser ocupados por bolsa. 

Tras salir las resonancias, el TAC y la máquina de radioterapia, la compañía solo mantendrá la máquina de medicina nuclear, servicio que también pretenden recuperar para la gestión pública. No obstante, desde el centro señalan que tampoco se contempla la subrogación de este personal al no quedarse con la maquinaria, en este tipo de pruebas concretamente la cámara gamma. 

A día de hoy, entre los dos servicios que Eresa presta en el hospital trabajan unas 45 personas de la empresa liderada por Lorena Saus. Cabe destacar que, a pesar de que el pasado año parecía que la estrategia del consorcio y de la Generalitat sería similar en el proceso de internalización, finalmente ha sido totalmente opuesta en cuestión de personal al sí subrogar la Conselleria de Sanidad. 

En el caso del consorcio, la gerencia tomó la decisión de no hacerlo -aunque inicialmente dijo que sí- asegurando que la empresa no contempló ceder las máquinas, lo que hubiera permitido a los trabajadores de la empresa privada quedarse en el centro público. Un asunto que ha llegado hasta la justicia al denunciar los trabajadores, quienes quedaron en el limbo tras darle Eresa la carta de subrogación y el departamento público negarles la posibilidad de mantenerse en su puesto. 

El juzgado de lo social número 2 de València emitía uno de los primeros fallos y absolvía al consorcio de reincorporarlos al no producirse sucesión de empresas por no transmitirse elementos patrimoniales. Una sentencia que instaba a la empresa en cuestión a readmitir a la trabajadora y a la que han seguido otras con el mismo veredicto. A día de hoy, esos puestos son ocupados en el hospital por personal de bolsa.

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