Hace dos años, la Comunidad Israelita de València, con Isaac Sananes al frente como presidente, nos invitó a la Fiesta de las Luminarias. Cantamos, bailamos —o lo intentamos— alrededor de una mesa con una jamsa de bizcocho, también conocida como Mano de Fátima, el elemento iconográfico que también se emplea en otras religiones monoteístas, tortas de anís, latkes —una tortas, como buñuelos achatados, de patata— y otras frituras. Para el judaísmo, el aceite es un elemento central de la Janucá que representa el milagro de la menorá, el candelabro o lámpara de aceite de siete brazos más un piloto (shamash) que estuvo encendida durante ocho días consecutivos, purificando así el Templo de Jerusalem que había sido profanado por los seléucidas, es decir, los componentes del imperio helenístico, el estado sucesor del Imperio de Alejandro Magno.
En la fiesta de las Luces 2022, ha sido el equipo de Kukla quien nos ha dado de cenar. Ayelet y Ronen, una de las nuevas entradas del Anuario de la Guía Hedonista, han creado un menú especial para celebrar el milagro. «Según la historia, el milagro ocurrió y describe cómo se encontró un recipiente con aceite puro, cuya cantidad se suponía que era suficiente para encender la luz solo durante un día, pero en realidad fue suficiente para encender la menorá, ¡durante ocho días!», cuentan.