Estas últimas semanas hemos asistido a una curiosa turbulencia. La industria de la inteligencia artificial (IA) ha experimentado un enorme crecimiento e importantes avances en tiempos recientes. La competencia de compañías ubicadas en diferentes lugares del mundo para desarrollar los modelos más poderosos, con más capacidad y al menor coste está resultando feroz. Además su implantación está íntimamente relacionada con consideraciones de interés nacional y la intuición de que una posición de ventaja en este campo va a resultar clave en la prosperidad futuras. Hasta ahora parecía que la hegemonía la protagonizaban empresas norteamericanas. Me refiero a Google, OpenAi y Anthropic entre otras. Sin embargo la sorpresiva irrupción de la aplicación de IA china DeepSeek ha hecho tambalear ese pódium. En efecto, DeepSeek, sostiene que su modelo fue implementado y puesto en marcha a un coste dramáticamente inferior al de sus competidores americanos. Esto ha generado, además de unas perdidas astronómicas en el valor en bolsa de algunas de las compañías afectados, un gran debate sobre el impacto económico y futuro de la IA en la transformación de numerosos ámbitos de la vida humana. La aplicación DeepSeek ha batido records en descargas en Estados Unidos tras su lanzamiento. Prominentes figuras de la política, como el Presidente Trump, han manifestado su preocupación en cuanto a la posible ventaja de China en materia de IA y de la necesidad de una reacción inmediata.
Lo cierto es que frente a ChatGPT y Google’s Gemini las capacidades de DeepSeek resultan sobresalientes en numerosos ámbitos como codificación, asistencia a la redacción, generación de contenidos, investigación y búsqueda de información e incluso generación de nuevas ideas (la célebre actividad de “brainstorming” muchas veces indispensable para alcanzar respuestas creativas y diferentes). No voy a profundizar aquí en la forma en que comparan las aplicaciones norteamericanas frente a DeepSeek pero la conclusión irrebatible es que DeepSeek ha demostrado que la hegemonía norteamericana en el mercado de la AI se ha acabado. Y esto es así por la capacidad de DeepSeek de realizar tareas a un coste inferior y a la vez manteniendo una eficiencia y una precisión altamente competitivas. Lo cierto es que resultaba inevitable que China entrase en la carrera por la IA. China tenía que encontrar un forma para superar las restricciones en la materia impuestas principalmente por los Estados Unidos. Aunque la velocidad y la calidad con lo que lo ha hecho ha dejado al mundo totalmente perplejo. Por cierto, en este punto, Europa no está ni se le espera. Sic.

Y llegados aquí yo me he preguntado, ¿cómo la India, en su condición de potencia regional con la ambición de ser un contrapeso al poder chino, está posicionándose en materia de IA? ¿Tiene India la estrategia, el plan para alcanzar una posición relevante en IA y para hacer que esa visión de la India sobre su IA pueda tener un impacto en el mundo? De la misma forma que China ha abierto la puerta a la innovación en IA y ha acreditado ante los arrogantes patrones de Silicon Valley que las cosas se pueden hacer de forma diferente y mejor a través de ideas más pequeñas, implementadas sin necesidad de inversiones faraónicas y que además se ajusten mejor a las necesidades de la gente, ¿dónde está la India en este punto?
Sin duda las ventajas competitivas de la India en IA son destacables. En primer lugar por su ecosistema tecnológico. En efecto, en cuanto a capital humano, la India genera anualmente una gran cantidad de informáticos, ingenieros de telecomunicaciones, expertos con una alta especialización en machine learning, tratamiento de datos y en IA en general. Esta abundancia de capital humano especializado y competente incide en unos costes altamente competitivos en la prestación de servicios relacionados con la IA de naturaleza tecnológica. Los precios son más ajustados que en Estados Unidos e incluso que en China. Esta circunstancia favorece los proyectos de IA así como el outsourcing por parte de empresas extranjeras. Asimismo, conviene mencionar la actividad de las startups lo que considero la sangre fresa de la empresa: se caracterizan por su dinamismo, por adaptarse a las necesidades de un mercado cambiante y por muchas de ellas estar financiadas por compañías de Sillicon Valley, Por otro lado, los grandes desarrollos tecnológicos suelen resultar de los esfuerzos conjuntos del sector privado y del sector público. Deben trabajar de forma coordinada y, en la medida de lo posible con un objetivo común. En el ámbito indio, los resultados de esta dinámica empiezan a verse en los últimos tiempos. De hecho en el presupuesto para el año 2024 se ha previsto una inversión multimillonaria para la innovación en materia de IA. Por lo que respecta al sector privado tecnológico, éste se ha caracterizado por su enorme dinamismo y capacidad de adaptación hasta el punto, como vimos, de que numerosas empresas extranjeras recurren a sus ingenieros y expertos.
En todo caso, es cierto que la India, con todas estas ventajas en IA, está tomando una ruta diferente a la americana y a la china. Quizás es la opción más inteligente o la única posible. La India no ha realizado un esfuerzo profundo en innovación de las infraestructuras tecnológicas de IA si no que se ha centrado más en monetizar sus aplicaciones. Esto permite conseguir considerables ganancias en el corto plazo pero sin embargo hace que todavía hoy India se posicione a la cola de Estados Unidos y China en áreas críticas como financiación, investigación e infraestructura lo que resulta esencial para el crecimiento a largo plazo de la IA.

Por otro lado, existe el reto de desarrollar modelos de lenguaje diseñados de forma que se ajusten a la diversidad lingüística de la India. Si esto se hace bien, el esfuerzo en IA podría contribuir a mejoras relevantes en educación y sanidad que el país necesita. Incluso se podría convertir en un modelo para otras naciones en desarrollo caracterizadas por su complejidad cultural.
En todo caso, hay razones para el optimismo. Es cierto, como se ha puesto de manifiesto antes, que la India decididamente está por detrás en muchos elementos que determinan el crecimiento robusto de la IA. Pero tiene una riqueza que es esencial para el florecimiento de la IA: cantidades ingentes de datos. En efecto la India ha construido un enorme universo digital alimentado por servicios gubernamentales como sistemas de identificación de la identidad, aplicaciones de comercio electrónico y medios de pago digitales. Este ecosistema gestiona toneladas de información y datos que no es más que el combustible necesario para los modelos de IA. Si lo añadimos a los elementos de ventaja mencionados antes, la India tiene los ingredientes para convertirse en una potencia en IA. Esta circunstancia ha despertado el interés de los inversores especializados internacionales como Microsoft que acaba de anunciar el pasado enero una inversión cercana a los tres mil millones de dólares en la nube y otras infraestructuras de IA en la India. Al final, aunque la India no llegue a tener la clave en el hardware o en los modelos preponderantes de IA, lo que es cierto la coloca en cierta posición de inferioridad y dependencia, sí que puede tener un desempeño sobresaliente en la aplicación de la IA con los beneficios que esto supondrá para hacer avances que la India necesita.