En lo de la quita de la deuda, Mazón tiene razón, y perdón por el pareado.
Iba a escribir una columna sobre la quita aprobada –el anteproyecto– por el Consejo de Ministros el martes pero a medida que apuntaba ideas he recordado que esa columna ya la publiqué el pasado 2 de marzo con un título marxista (de Groucho): "Lo entendería hasta un niño de cinco años".
Tras el Consejo de Ministros volví a explicar –en una información a la que remito al lector– por qué la quita cocinada por la ministra María Jesús Montero con ERC es un fraude, un apaño intolerable para beneficiar a Cataluña, una chapuza técnica que limita expresamente los derechos de los valencianos.
Para quien no quiera leerse los argumentos, los resumo en una frase: la Comunitat Valenciana, la peor financiada, que lleva más de una década reclamando en solitario una quita de su deuda para resarcirse de la infrafinanciación que padece, ha quedado expresamente excluida de la quita de la deuda destinada a las CCAA infrafinanciadas.
La afrenta es de tal calibre, que hasta algunos socialistas valencianos habitualmente complacientes con los atropellos de Sánchez se han atrevido a decir con la boca pequeña que "se puede discutir la cifra, pero no la quita". Se debe discutir la cifra, pero ellos no la discuten.

- María Jesús Montero.
- Foto: JESÚS HELLÍN/EP
El apaño con ERC no solo es grosero en la fórmula elegida sino también es una burla en las formas. Montero presentó la propuesta de quita en febrero sin haberla negociado más que con el partido de Rufián y asegura que, desde entonces, ha tenido conversaciones con los gobiernos autonómicos, lo ha sometido a consulta pública y "se han recibido aportaciones de las CCAA, partidos y expertos económicos". El resultado de todo ese supuesto proceso de diálogo es que la quita de septiembre es la misma que la de febrero. Ni un céntimo se ha modificado.
Otra desconsideración con los valencianos es que Montero diga que no puede reformar el sistema de financiación autonómica porque no hay consenso y se invente una quita sin ningún tipo de consenso y con la mayoría de las CCAA en contra.
Por todo ello, Mazón tiene razón en rechazar esta quita. O si no quieres darle la razón a Mazón porque después de lo de la Dana con 228 muertos no puede tener razón ninguna, pongamos que la tiene la consellera Ruth Merino, que lo explica muy bien.
O Àgueda Micó, que por fin ha puesto a Compromís donde debía, en la defensa de los valencianos antes que en la de la "mayoría progresista". O la patronal, o los sindicatos, o cualquiera que no sea del PSPV.
Compromís va a pedir, vía enmienda, 7.000 millones más de quita para la Comunitat Valenciana "por la Dana". Es lo que nos tocaría si se hubiesen hecho bien las cuentas,18.000 millones en lugar de 11.000, según Fedea. Pero no por la Dana, nos tocan por la infrafinanciación acumulada. La deuda por gastos de la Dana es diez veces menor y, además, sin intereses. Esa no es la deuda que nos tienen que condonar.
¿Votarán los diputados valencianos del PSOE y del PP a favor de esa enmienda?

- Àgueda Micó.
- Foto: ALBERTO ORTEGA/EP
Si Montero quisiera ser aún más mala, aceptaría la enmienda y pondría en un brete a Mazón y al PP valenciano, que no tendrían argumentos para seguir rechazando la quita. Lo ha hecho con Andalucía donde en unos meses se disputará la presidencia de la Junta con Moreno Bonilla.
De paso, echaría una mano a Diana Morant, que en lugar de defender lo indefendible pasaría a tener argumentos de peso.
Dicho lo cual, si finalmente el Congreso acaba aprobando la trágala tal como está planteada, lo que debería hacer Mazón es aceptar los 11.000 millones, porque no estamos los valencianos para bravuconadas del tipo 'mejor perder dinero que perder el respeto'. El respeto hace mucho que lo perdimos, no perdamos el dinero. Ni la razón.