Opinión

Opinión

AL OTRO LADO DE LA COLINA

Quo vadis, OTAN

Publicado: 08/11/2025 ·06:00
Actualizado: 08/11/2025 · 06:00
  • Mesa redonda al inicio de la Cumbre de la OTAN en el Foro Mundial de La Haya, Países Bajos.
Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

Espero que no le moleste, al General Sanz Roldán, que haya utilizado el título de su conferencia en el seminario organizado por Universidad Europea y la Asociación Atlántica Española, para tratar la situación de la OTAN en el año 2025 y siguientes, como encabezamiento de mi artículo,

Pero es que se trataron una serie de temas en ese encuentro muy interesantes, uno de los cuáles, los retos estratégicos tecnológicos e industriales en el que participé, coordinado por la vicepresidenta de la asociación Ana Botella, que resultó más que interesante y debo transmitirles algunas conclusiones. Porque al hablar de retos es inevitable hablar de Arnold Toynbee, que reflexionó en su época de como los retos o desafíos, propician la evolución de las civilizaciones y culturas a lo largo de la historia.

El Challenge & Response, desafíos y respuestas, de los que trata Toynbee, son provocados por unos actores o agentes, que él llamaba, el proletariado interno y el propietario externo, es decir, los riesgos internos y las amenazas exteriores a toda sociedad, entidad política o cultural. En los internos, incluía los grupos marginados de la sociedad o generaciones sin oportunidades (hoy en día parece que hay demasiados); en los externos veía a los bárbaros o extranjeros, que presionan en nuestras fronteras (en la actualidad la del Este y la del Sur). Y como pueden observar una organización regional, como la OTAN, cuyo objetivo debe ser la salvaguarda de la Libertad y Seguridad de todos sus miembros, ya sea por medios políticos o militares, es más necesaria que nunca.

Pero claro, en nuestro entorno, pues somos democracias, se ha puesto en duda la propia existencia de la organización atlántica por los aparentes, posibles o manifestados desencuentros entre la parte americana de la alianza, y la parte europea; lo anterior ha llevado a algunos a debatir la necesidad de desarrollar un cierta autonomía estratégica del continente europeo, renegando del socio norteamericano. Pero como podemos observar a lo largo de la historia, toda coalición requiere de un primus inter pares. Los aqueos, ergo griegos, frente a Troya, fueron liderados, aunque entre ellos discutieran mucho como nos cuenta Homero en su Ilíada, por el rey Agamenón rey de Micenas; los atenienses del strategoi Milciades dirigieron a los griegos frente a la amenaza persa en la batalla de Maratón, los espartanos del rey Leónidas a los griegos en la batalla de las Termópilas,…, los norteamericanos a los aliados en la II Guerra Mundial, y así hasta nuestros días. Por lo que, la necesidad de contar con nuestro socio USA en la paz del continente, como ocurrió en la guerra de los Balcanes es inevitable, se quiera o no, ya sea por conveniencia o convicción, dado nuestro tejido económico y financiero, entre otras cuestiones.

La Geopolítica es muy terca, y si no respetamos sus leyes inmutables, nos estrellaremos inevitablemente con la realidad; porque algunos, donde hay gigantes y amenazas ven molinos de viento, o donde hay caballos de Troya ven ofrendas a los dioses globalistas y al buenismo mundial. Porque con el fin de la guerra fría, el fin del mundo bipolar, llegó una época que se denominó mundo unipolar, con el liderazgo indiscutible norteamericano, y donde en Europa se propició una sensación que se denominó “la ensoñación de la paz”,en la que se pensaba que la paz iba a ser perpetua, como escribió Emmanuel Kant, o que Francis Fukuyama aventuraba cuando escribió aquello del Fin de la Historia y el último hombre; y en un proceso casi lógico, cuando existe falta de cultura histórica, algunos que no todos, pero eso sí, en puestos muy importantes de Bruselas, les entró una ensoñación de la autonomía e incluso independencia estratégica, y aquí fue cuando llegó la Geopolítica, que, como he dicho, es muy terca, y les dio una bofetada de realidad con la guerra de Ucrania, por ejemplo, y así llegamos a nuestros días en el que vivimos una “auténtica pesadilla de la incertidumbre estratégica”. Porque parte de Europa, algunas de esas estructuras de Bruselas, han perdido la Brújula Estratégica, de la que algunos hablaban, incluso defendían, y ahora no saben bien a qué caballo apostar, si al Mongol-Chino, o al Munstang-USA. 

De la anterior duda, por ejemplo, surgió una estrategia de la Unión Europea hacia China que se recogió en un documento de 2019 que proponía algo curioso, una situación que algunos podrían considerar incluso de esquizofrénica, porque en esa estrategia se hablaba de que China era, y había que tratarla como tal, como un socio de cooperación, pero a la vez competidor económico, y a la vez rival sistémico en la gobernanza mundial. Ya ven que es un poco complicado el tratar a un mismo actor internacional y superpotencia de esas tres formas tan diferentes entre sí.

Y por si todo lo anterior era poco, tenemos además el reto del cambio de paradigma tecnológico o cuarta revolución industrial, el 4.0; en la cual entre los distintos factores a tener en cuenta, tenemos lo que el Teniente General norteamericano Mildford Beagle jr. ha llamado la revolución cognitiva, ya saben que el sexto dominio dentro del multidominio bélico es el cognitivo; ese que trata de las habilidades mentales y procesamiento del pensamiento. El Coronel de caballería USA John Antal expuso hace tiempo, como la velocidad de la guerra estaba superando a la cognición humana, una auténtica revolución; y por lo tanto, se está produciendo una brecha cognitiva entre dos fuerzas divergentes dentro del espacio-tiempo, y es el incremento exponencial de la tecnología y los datos en un entorno determinado, y por otra parte, los límites finitos de la cognición humana. Ya ven todo un desafío que no solo se enmarca en el ámbito bélico de la competencia estratégica, sino también dentro de los designios políticos, y donde más se pueden observar esos desafíos, es en las decisiones políticas en el ámbito de las crisis, no hace falta mucho que insista en lo que ocurrió respecto a la rapidez de la toma de las decisiones políticas, hace un año en nuestra gran crisis climatológica de la DANA. 

Lo malo, viendo las medidas y las obras publicas que se ejecutan o se dejan de ejecutar, por ejemplo, por los desencuentros políticos, la ley de la Huerta, o la agenda 2030 contraria a encauzar con obra publica y cemento los cauces y barrancos, etcétera, es que el más vale prevenir que curar, parece que no termina de entrar en la cultura de nuestras administraciones públicas, habrá que confiar más y prepararse mejor en la autoprotección, ánimo.

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo