¿Qué ha necesitado el Partido Popular de Feijóo para cambiar su discurso sobre inmigración ilegal?
Desde luego, no ha sido una “caída del caballo”, al estilo de Pablo de Tarso, producida por la preocupación por nuestra seguridad, por el mantenimiento del estado de bienestar, ni por ninguna razón que ponga en el centro a los ciudadanos. La única razón de este cambio de discurso se llama encuestas. Y digo bien cuando digo discurso, porque ha cambiado el discurso, pero no sus políticas.
Una vez más, el Partido Popular vuelve a demostrar que vive instalado en la contradicción. Se rasgan las vestiduras en ruedas de prensa por la avalancha de inmigración ilegal que sufre España, pero cuando llega la hora de gobernar, sus hechos dicen lo contrario. Ni control de fronteras, ni expulsiones, ni medidas valientes: solo palabras huecas.
El PP habla de “inmigración ordenada” como si la entrada masiva de ilegales pudiera gestionarse con una varita mágica. Prometen firmeza, pero luego financian asociaciones que promueven el efecto llamada, mantienen ayudas públicas para quienes entran saltándose la ley y, lo más grave, se pliegan a la agenda de Bruselas y del PSOE.
No es muy difícil adivinar cuál sería el discurso del Partido Popular si no existiera VOX. Exacto, el mismo que el del PSOE.
Pero al Partido Popular de Feijóo no le basta con intentar estafar a sus votantes, porque eso ya no es suficiente, ahora intenta demonizar a VOX con mentiras y manipulaciones.
En el fondo, la estrategia del PP es clara: aparentar dureza para no perder votos, mientras aplican en la práctica las mismas recetas que la izquierda globalista. Con el mismo discurso buenista, disfrazan de “solidaridad” lo que no es más que dejación de funciones. Porque abrir la puerta de par en par a la inmigración ilegal no es solidaridad, es irresponsabilidad.
VOX, en cambio, no engaña a nadie. Nuestra postura es clara, valiente y coherente.
Las fronteras se protegen o no se protegen. La inmigración ilegal, masiva y descontrolada se combate o no se combate. La tibieza intrínseca del Partido Popular no sirve para proteger a los españoles.
Ahora juegan a un visado por puntos, ¿y los puntos por ser “tan españoles como Abascal”, se los va a dar la señora Ayuso mientras destina millones de euros a construir centros de menas? ¿Ya no le caben más inmigrantes a Moreno Bonilla en su corazón?
Ya empieza a ser una costumbre que el PP intente copiar el mensaje de VOX, aunque lo haga a medias. Es la única forma de que su mensaje se parezca, aunque sea un poco, a lo que piensan sus votantes. Y no solo sus votantes, lo que piensan el 70% de los españoles.
Para poner solución al problema de la inmigración ilegal, el procedimiento está claro.
¿Recuerdan cuando el socialista Ximo Puig presentó un plan de reducción de cargos públicos e interpeló al entonces presidente Alberto Fabra?: “Es cuestión de voluntad política y coraje”, dijo.
Pues con esto pasa algo parecido, como he dicho anteriormente, el procedimiento está claro, solo es cuestión de voluntad política y coraje.
¿Tiene el PP de Feijóo la voluntad política de poner solución al problema de la inmigración ilegal? Permítanme que lo dude. La única solución que busca es revertir las encuestas electorales.
¿Y coraje? Pues permítanme qué me carcajee. De todos es conocido el coraje del Partido Popular ante situaciones complejas y complicadas.
El PP pretende ocupar el espacio de la derecha, pero teme asumir con claridad lo que VOX defiende sin complejos.
Mientras el PP sigue instalado en el doble discurso, VOX dice lo que millones de españoles piensan: que España no puede convertirse en el campamento de Europa ni en el destino de todas las mafias de tráfico de personas. Si el PP quiere seguir siendo el socio complaciente del PSOE y del consenso progre, que lo haga. Vox seguirá siendo la única voz firme en defensa de nuestra soberanía, de nuestra identidad y de la seguridad de nuestras familias.
Porque no hay contradicción posible: o se defiende la ley y las fronteras, o se traiciona a los españoles.