VALÈNCIA.- Las empresas son como los matrimonios. La primera vez que pones en marcha un proyecto con tu socio piensas que durará toda la vida pero resulta que un día os enfadáis, aparece un tercero y el negocio puede volar por los aires. Como todo en la vida, pensar en frío es una de las mejores soluciones y ese es el motivo por el que el pacto de socios es un elemento imprescindible para los emprendedores desde el primer momento en que ponen en marcha una compañía. «No es importante, es fundamental e imprescindible en una startup», recalca Antonio G. Asturiano, del despacho valenciano especializado en startups Aktion Legal.
«Hoy en día, entre un 10% y un 15% de los cierres de nuestros clientes es por conflicto de socios y porque no tienen un buen pacto», lamenta Luis Gosálbez, socio director de Metricson, despacho especializado en asesoría a startups. Este documento es un acuerdo suscrito por todos los socios de un negocio con el objetivo de regular las relaciones internas de la empresa y garantizar que los conflictos se resuelvan. En él se regula la gestión, la administración de la compañía, la prestación de los emprendedores, la salida y la desvinculación, y la venta de las participaciones.
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En definitiva, se trata de uno de los pilares fundamentales del buen funcionamiento de una startup y debe reeditarse cada vez que entra un nuevo socio, como en las rondas de financiación. «Tenemos procedimientos penales y civiles abiertos en los que se matan porque no tienen un pacto de socios», lamenta Gosálbez. Por su parte, José María Vidal, director de la oficina de Metricson en València, señala que «cuando estamos muy enfadados, si no tenemos un documento que nos ponga ciertas cortapisas nos enfrentamos en el juzgado o por la calle. El pacto de socios sirve para canalizar ese conflicto, atenerte a algo y tener claro los mecanismos para solucionarlo».
Sin embargo, aunque es un elemento primordial, no vale cualquier negociación. No entender o no fijarse en las cláusulas firmadas puede provocar que te salga el tiro por la culata después de tanto trabajo. «No tener un pacto de socios hecho y proponerle al inversor que haga el suyo es un gran error», insiste G. Asturiano. «No hay que atender a los argumentos de la confianza, de ‘soy tu amigo’, de ‘yo no te haría eso’. Tú negocia y juega con tus cartas, no con las del resto de los fundadores», recalca el socio director de Metricson.
«Un emprendedor te dice que quiere incorporar la cláusula de arrastre, por ejemplo, pero eso puede ser lo mejor o lo peor que te pase»
«Un buen día llega un inversor que quiere tener mayoría y, si es listo, se mete a dos fundadores en el bolsillo, les sube el sueldo y al tercero que le den. Eso pasa. De hecho, en rondas de series A y B asesoramos al emprendedor para que mantenga su silla en el consejo», señala. Igualmente, Vidal recalca que «siempre hay un componente de ajenidad del emprendedor que dice, ‘esto no es lo mío’. Soy experto en negocio y no en temas legales, y ya escampará este contrato de veinticinco páginas. Pero es muy importante leerlo con cariño y entenderlo bien», añade
Lo de prestar atención al contenido del pacto de socios no es gratuito. Y es que no es tan difícil juntar dos cláusulas y que las circunstancias hagan que te quedes sin empresa y sin dinero. «Un emprendedor te dice que quiere incorporar la cláusula de arrastre, por ejemplo, pero eso puede ser lo mejor o lo peor que te pase», insiste Vidal. Esta cláusula obliga a todos los socios a vender si se cumplen determinadas condiciones y, según cómo se plantee, puede llevarte a deshacerte de tu empresa aunque no quieras. «Hay compañías que le ceden el derecho de arrastre a un inversor que tiene un 2%», señala. De hecho, según explica Gosálbez, no sería la primera vez que un pacto recoge que cualquier socio puede ejecutar la cláusula y obligar a vender a todos los demás.