VALÈNCIA. El polémico 'Manhattan de Cullera' se salva 'in extremis' de caducar y consigue continuar con la tramitación. El Ayuntamiento de Cullera tenía dos meses para justificar el retraso de las obras y lo ha hecho el último día. De este modo, el consistorio consigue mantener vivo el proyecto, puesto que si no hubiera enviado el informe requerido por la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio en este plazo, la iniciativa hubiera decaído definitivamente.
No obstante, este hecho no implica necesariamente que el Manhattan acabe siendo una realidad. Ahora la Dirección General de Urbanismo de la Conselleria de Medio Ambiente debe estudiar el documento presentado por el consistorio y elaborar una respuesta. A falta de conocerse dicha resolución en base a criterios técnicos, lo cierto es que la postura política del Consell es de sobra conocida a favor de este proyecto, que en su día fue impulsado por el gobierno municipal del PP, pero que ahora también apoyan desde el PSPV de Cullera, que votó el pasado mes de febrero junto a Vox y los populares a favor de continuar con el Manhattan pero ajustándolo a nuevas reglas urbanísticas.
El Ayuntamiento de Cullera alegó que el retraso en las obras respondía a la dificultad de localizar a los propietarios de algunos de los terrenos sobre los que se proyecta la iniciativa (con más de 600.000 metros cuadrados). Esa dificutad podría ser lo que ha llevado al Ayuntamiento a esperarse hasta el último día para mandar su informe a la conselleria que dirige Vicente Martínez Mus.
En el marco del PATIVEL se contempló una oportunidad limitada a los llamados "suelos transitorios", aquellos que ya tenían un programa aprobado, para que iniciaran y completaran sus obras en un plazo concreto. Tal y como recordaba Urbanismo en el escrito donde advertía al Ayuntamiento de Cullera de que disponía de dos meses para justificar su retraso, no cumplir con esa condición implicaría que esos terrenos pasaran a estar sujetos al régimen de protección del Plan de Acción Territorial de la Infraestructura Verde del Litoral (PATIVEL).

- Panorámica del municipio de Cullera. -
- Foto: AYUNTAMIENTO DE CULLERA
Al igual que Cullera, los ayuntamientos con suelos transitorios deberían haber comenzado las obras de urbanización antes del 12 de mayo de 2023 para mantener la condición de urbanizables. Si por el contrario, tales obras no comenzaron en dicha fecha, como es el caso del Manhattan, se debe proceder a la desclasificación del suelo para que pase a ser no urbanizable. Si finalmente existe una causa impeditiva del desarrollo del suelo no imputable al ayuntamiento, no se empezará a contar el plazo de cinco años hasta que se resuelva. Es ahí donde el Ayuntamiento de Cullera ha encontrado una última oportunidad para resucitar el megaproyecto al escudarse en la dificultad de localizar a los propietarios de los terrenos.
Sin embargo, en todo este tiempo, el ayuntamiento no ha respondido a varios requerimientos de la Conselleria de Medio Ambiente para poner en marcha el proyecto, tal y como avanzó Plaza, lo que llevó al departamento dirigido por Martínez Mus a advertir al consistorio el pasado mes de agosto de que disponía de dos meses más para presentar los documentos pertinentes para salvar un proyecto que, a la luz de la normativa del Pativel, ya habría caducado por incumplir los plazos de los que disponía.
Más de mil viviendas, un puerto depotivo y varios hoteles
El llamado 'Manhattan de Cullera' se proyecta en el sector NPR-5 Vega Port y lleva paralizado unos 15 años. El origen del proyecto se remonta al año 2010, cuando la corporación municipal que lideraba el entonces alcalde del Partido Popular (PP), Ernesto Sanjuán, aprobó el PAI con el respaldo de su grupo y la abstención del PSPV. Desde el principio, el plan se presentó como una gran operación que transformaría el litoral sur de Cullera.
El PAI contemplaba 610.000 metros cuadrados de suelo urbanizable junto a la desembocadura del río Júcar, con previsión de levantar hasta 35 torres de 25 alturas, varios hoteles, un puerto pesquero y otro deportivo, un colegio de doble línea, grandes zonas verdes y más de un millar de viviendas de protección oficial. Aquella visión, nacida en plena resaca de la burbuja inmobiliaria, no tardó en toparse con la realidad.
La crisis financiera de 2008 dejó sin financiación ni promotor al plan. En 2013, el propio Sanjuán anunciaba que el desarrollo quedaba en suspenso ante la imposibilidad de abordar unas obras valoradas en más de 90 millones de euros.
A partir de 2015, con el cambio político en el consistorio y la llegada del socialista Jordi Mayor a la alcaldía, se abrió una etapa de 'redifinición del proyecto' bajo premisas de sostenibilidad y racionalización del diseño urbanístico. Tres años más tarde, en 2018, el Ayuntamiento de Cullera llegó incluso a anular el convenio con el agente urbanizador.
Sin embargo, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) forzó al consistorio a asumir la gestión directa del PAI. Desde entonces, su tramitación ha seguido un curso errático y lleno de obstáculos. El último impulso se produjo el pasado mes de febrero, cuando el pleno municipal aprobó en una sesión extraordinaria una adaptación del plan para ajustarlo a los nuevos parámetros urbanísticos.
La medida obtuvo el apoyo del PSPV, PP y Vox, con el único voto en contra de Compromís. La propuesta incluía una reducción del coste de urbanización de los 100 millones de euros estimados en unos 91, al mismo tiempo que abría un plazo de dos meses para que los propietarios decidieran si pagarían su parte en efectivo o cediendo suelo al ayuntamiento.
Compromís alerta de la necesidad de valorar la inundabilidad
El pasado 14 de abril, el grupo municipal de Compromís presentó un escrito de siete alegaciones en el que se cuestiona, desde distintos frentes legales, económicos y ambientales, la continuidad del polémico proyecto urbanístico.
En este sentido, considera que esa adaptación del plan para ajustarlo a los nuevos parámetros urbanísticos es un "intento de resucitar un modelo urbanístico agotado". En las siete alegaciones el grupo municipal advierte que buena parte del suelo sobre el que se proyecta el 'Manhattan' está afectado por el Plan de Acción Territorial de la Infraestructura Verde del Litoral (Pativel), aprobado en 2008.
El grupo municipal también apunta a la reciente normativa aprobada por la Generalitat Valenciana tras la Dana del 29 de octubre, que obliga a los municipios afectados a realizar estudios específicos de inundabilidad antes de iniciar cualquier actuación urbanística.