Plaza Inmobiliaria

El terremoto en el acceso a la vivienda arrastra a Valencia a un déficit de 130.000 hogares hasta 2030

Cámara Valencia pide una serie de medidas para minimizar el problema: generar suelo, equilibrar normas, rebajar la carga impositiva

Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

VALÈNCIA. La vivienda es hoy en día la principal preocupación de los ciudadanos en España. Su acceso se ha convertido en un serio problema consecuencia de los altos precios en el mercado, ya no solo para los jóvenes y colectivos vulnerables, sino también para familias con rentas medias, que se ven obligadas a desplazarse a zonas periféricas o a retrasar su propio proyecto de emancipación. Y, en este contexto de tensión, Valencia es una de las plazas con mayores limitaciones por el fuerte desequilibrio entre oferta demanda. 

Este estrangulamiento ha explotado ante una producción de viviendas en mínimos históricos y una demanda que no para de crecer, principalmente por el aumento poblacional, derivado de la llegada de extranjeros a tierras valencianas. Un cóctel de factores que ha generado un verdadero terremoto y una fuerte emergencia habitacional con pocos visos de solucionarse en el corto plazo. Y, especialmente, si no existe una apuesta decidida por parte de las Administraciones. 

Tanto es así que los datos son contundentes: de persistir esta situación, la provincia de Valencia arrastrará un déficit de 133.340 viviendas hasta 2030 para poder atender la demanda. Al ritmo de construcción actual solo se podrá satisfacer aproximadamente el 30% de las que viviendas que se reclaman, abocando a un mayor hacinamiento residencial, un incremento mayor de precios, la proliferación de asentamientos informales y un éxodo a la periferia.

Así lo refleja un informe elaborado por Cámara Valencia, que recoge los factores que tensionan el mercado inmobiliario de la provincia y propone un conjunto de medidas urgentes para paliar la escasez estructural de producto en el área metropolitana de València. El informe, que se encargó en la Comisión de proyectos estratégicos y desarrollo de Cámara Valencia, fue presentado este martes por el presidente de Cámara, José Vicente Morata. Junto a él, intervinieron el presidente de la Comisión, Juan Cámara, y los integrantes de la comisión los expertos Alejandro Escribano, José María Tomás y Juan Manuel Real.

  • -

Pero, ¿cómo se ha llegado a esta situación? Según explicó el responsable del estudio, Amadeo Aznar, los principales factores que explican el incremento del precios se encuentran en el encarecimiento de los costes de los materiales y de la mano de obra, así como la poca disponibilidad de suelo, además de la lentitud burocrática. A ello se suma el aumento sostenido de la población residente, el auge del turismo y de las viviendas de uso turístico, la transformación de los modelos familiares y el envejecimiento poblacional, que limita la rotación en el mercado.

Todo esto ha desencadenado en un estancamiento en la producción de viviendas de forma drástica en los últimos años contribuyendo a la senda alcista de precios. "El descenso continuado del stock provoca la presión al alza de precios", incidió Aznar. En este sentido, el informe refleja que en los últimos 15 años, el ritmo de construcción ha sido de 5.000 viviendas al año, mientras que en los años anteriores a la crisis inmobiliaria se estaba en niveles de las 30.000 unidades. Así, en 1992 se levantaron en la provincia 13.485 viviendas, una cifra que fue en aumento con la liberalización de suelo que promovían las Leyes de Suelo de 1994 y 1998, que permitieron ir subiendo hasta las 30.000 anuales.

En 2005 fueron ya 37.402 y el máximo se alcanzó en 2006 con 46.439 inmuebles. El estallido de la burbuja frenó ese dinamismo y la construcción descendió un 98% con menos de un millar de viviendas al año entre 2012 y 2015. Y, ahora, la situación no ha mejorado mucho más. En los últimos cinco años se han construido cerca de 24.000 viviendas, lo que equivale a todo lo que se levantó en el año 2000, según el informe. Tampoco es mucho mejor el panorama de la vivienda de protección, más conocida como VPO, con ratios de 500 viviendas al año. 

Y todo ello mientras crece una población que necesita alojamiento. El estudio señala que en la próxima década el número de residentes en la provincia se incrementará un 13% hasta los 3 millones de habitantes. Este incremento vendrá por el lado de los extranjeros, que desde 2013 han aumentado un 57% en la provincia hasta los 399.000. Según las previsiones de Cámara Valencia, el 17% de la población de Valencia en 2030 será extranjera. 

Médidas de Cámara Valencia

Por ello, desde Cámara Valencia se pusieron encima de la mesa una serie de medidas que pasan por la colaboración público-privada para superar esta situación. Por un lado, la entidad defendió la necesidad de incrementar la disponibilidad de suelo urbanizable mediante la simplificación y agilización de los procesos de transformación de suelo, que actualmente pueden demorarse hasta 15 o 20 años, como se ha constatado en casos como el de Turianova. También, exigió revisar y equilibrar el marco normativo para agilizar procesos, así como establecer una política tributaria que favorezca precios más asequibles, incluyendo medidas como la eliminación del IVA para la compra de la primera vivienda, especialmente en un contexto en el que el precio medio de una vivienda nueva se ha incrementado un 65% desde 2014.

  • Una promoción de viviendas, en construcción, en imagen de archivo. -

Y, finalmente, pero en la que se hizo mayor hincapié fue en la urgencia de desarrollar un modelo metropolitano coordinado, que promueva un desarrollo urbanístico cohesionado con infraestructuras de transporte público eficientes, hubs intermodales y servicios de proximidad, facilitando así el acceso a la vivienda en municipios periféricos. Se trata de asumir la idea de otras grandes ciudades de crecer por la vía de sus municipios aledaños. 

"El futuro de Valencia es el área metropolitana"

Al respecto, Alejandro Escribano, arquitecto urbanista y director del vigente Plan General de Ordenación Urbana del 'Cap i Casal' (PGOU) de 1988, incidió en que el 'Cap i Casal' tiene limitaciones de crecimiento por su ubicación, por lo que urgió a mirar más allá y activar una política real de suelo. "Pensar que se puede construir más en València es equivocarse. Quedan por acabar operaciones como la del Parque Central o los PAI de Benimaclet o el Grao, que en conjunto suman 8.000 viviendas y se ha acabado", subrayó.

Por tanto, remarcó que el futuro es el área metropolitana. En este sentido, explicó que las zonas más susceptibles de crecer a nivel residencial son el eje noreste, a su paso por la CV-35, así como el entorno sudeste hacia Torrent porque es en estos puntos en los que existen grandes superficies pendientes de ejecutar sin un gran impacto ambiental. "Es el momento de que Valencia se plantee no crecimientos pequeños de núcleos, sino auténticas pequeñas ciudades nuevas que sean autosuficientes", subrayó para incidir en que urge acometer operaciones de 10.000 viviendas como está sucediendo en Madrid y no optar por sectores de 1.000 unidades, dada la urgencia de generar más hogares ante la crisis habitacional actual.

Por su parte, Morata pidió valentía y coordinación entre administraciones. "La situación actual exige un nuevo pacto público-privado para hacer frente a un reto que no solo afecta a las familias, sino también al desarrollo económico sostenible de nuestra provincia”, subrayó. 

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo