Entrevista

Plaza Inmobiliaria

Quirós (Aedas Homes): "La industrialización es clave para resolver el problema de la vivienda"

Entrevista al delegado de industrialización de Aedas Homes, José María Quirós

  • José María Quirós, delegado de industrialización de Aedas Homes.
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VALÈNCIA. La construcción industrializada poco a poco va ganando peso en el inmobiliario español, aunque todavía está lejos de alcanzar los niveles de otros países europeos. Así, mientras Holanda o Finlandia tienen más del 80% de sus viviendas con algún sistema industrializado, en España solo alcanza el 1%. Una situación que desde el sector se quiere revertir, especialmente por las ventajas que ofrecen estos sistemas frente a la metodología tradicional: agilización de plazos, mejora de la calidad en los acabados, reducción en la generación de residuos y, especialmente, sortear el problema de la mano de obra en la construcción.

De hecho, estos son solo algunos de los factores que han llevado a muchas compañías a recurrir a la industrialización en algunos de los elementos de las viviendas, como fachadas, baños o cocinas. De esta forma, estos espacios o partes de un inmueble se levantan en fábricas bien equipadas, mediante un control y estandarización del proceso para, posteriormente, montar en la parcela. 

Una de las compañías pioneras en España es la promotora Aedas Homes, que lleva desde 2018 experimentando con estos nuevos sistemas y que tiene ya el 30% de sus promociones con algún elemento industrializado. "La construcción industrializada tiene que resolver el déficit de capacidad productiva que tiene el sector de la construcción", subraya José María Quirós, delegado de industrialización de la firma. ¿Cómo? A través de la agilización de plazos que permite la estandarización de los procesos y por la fabricación a escala en plantas, sin necesidad de recurrir a los oficios tradicionales. Por ello, defiende que esta transformación es "clave" para resolver el problema de vivienda actual en España.

-La construcción industrializada poco a poco se abre paso en España. Aedas Homes fue una de las primeras compañías que experimentó con esta alternativa al 'ladrillo' tradicional. ¿En qué consiste exactamente la industrialización y qué innovaciones está llevando a cabo la compañía?

-La construcción tradicional consiste en hacer todos los trabajos de una manera artesanal: poner ladrillos, estructuras de hierros y bovedillas, colocar azulejos en las obras... Y, para eso, se requiere de un montón de mano de obra muy especializada, que cada vez cuesta más de encontrar. ¿Qué se está haciendo? Sustituir esa forma de trabajar por otra en fábricas. Por ejemplo, se hace un cuarto de baño entero en una planta y se monta sobre el terreno. En cambio, en una construcción tradicional, primero haces el movimiento de tierra y luego la cimentación y la estructura y los plazos son muy largos. De esta forma industrializada, mientras estás haciendo la cimentación estás fabricando en fábricas la estructura, los baños o la fachada, que posteriormente montas toda a la vez en un proceso mucho más rápido. Por tanto, la ventaja de este proceso es que requiere menos mano de obra especializada, con un rendimiento mucho mayor y, además, hay una mayor agilidad en los plazos. 

-¿Por qué Aedas decidió dar el salto en 2018 cuando en España todavía no habían llegado estos sistemas al sector? 

-Es cierto que hemos sido pioneros y lo hicimos por dos factores. Por un lado, para reducir los plazos de ejecución. Las obras con industrialización las reducimos hasta un 20% y eso son ahorros de costes financieros, indirectos y de auxiliares. Estoy seguro de que en el futuro llegaremos a porcentajes muy superiores. Y, por otro lado, porque veíamos lo que iba a pasar en la construcción con la mano de obra. Antes de la crisis económica de 2008, trabajaban en España tres millones y pico de personas en la construcción. ¿Qué pasó? Que pasamos de 100 a 0 en un año y toda esa mano de obra se tuvo que reinventar: muchos se jubilaron, otros se montaron otro tipo de negocio o están los que entraron en otro sector. Además, cerraron muchas empresas auxiliares, que no se han recuperado porque a la gente joven no le gusta trabajar en la construcción. El sector se ha reducido mucho y estábamos haciendo en el orden de 40.000 a 50.000 viviendas anuales, por lo que intuimos en ese momento que si volvíamos a hacer en el entorno de las 100.000 íbamos a tener un 'problemazo'. Y así ha sido.

-Pero, pese a esas ventajas que destaca y el problema de la mano de obra, la construcción industrializada todavía es muy incipiente en España y no acaba de despegar. ¿Por qué?

-Hay dos problemas. El primero es que el sector de la construcción es sumamente inmovilista. Han cambiado los materiales, pero llevamos, casi desde los romanos, construyendo de la misma forma y cambiar eso es muy difícil. Otros países han evolucionado más rápido en la construcción industrializada porque han tenido este problema de escasez de oficios antes que nosotros. Es un tema que se ha desarrollado por obligación. Cuanto mayor es el problema en un país, mayor es el grado de industrialización. El máximo es Japón, que no tiene nada de mano de obra y todo es industrializado.

-Muchas compañías, especialmente pequeñas y más locales, señalan que todavía no es rentable porque se requiere de inversión en fábricas y pulmón financiero. ¿Cómo se puede democratizar?

-No hace falta invertir en fábricas porque  eso lo hacen los fabricantes. Sin embargo, es verdad que nosotros al principio invertimos en mucho desarrollo de I+D+i y eso una promotora pequeña no se lo puede permitir. No obstante, hoy en día cualquier promotora, por pequeña que sea, puede poner un baño industrializado hablando con un fabricante que le explique cómo lo tiene que fabricar y diseñar. Lo mismo con las estructuras y el resto de elementos. Creo que actualmente está bastante rodado para que se democratice el uso de la construcción industrializada. 

--Entonces, ¿el hecho de que gran parte del sector no se haya sumado a esta transformación es cuestión de mentalidad?

-Creo que ahora sí que está cogiendo velocidad. En España, ya hay 9-10 fábricas con unos niveles de producción bastante altos. Lo que está pasando es que han visto que nosotros y alguno más lo hemos hecho y funciona bien, y se animan más a hacerlo. Creo que poco a poco se está fomentando mucho y la gente está entrando porque va permeando a todo el mundo.

-Quizás tenga también algo que ver los problemas con la financiación hipotecaria, que no incluye proyectos con industrialización. ¿Qué debería de cambiar para facilitar las inversiones?

-Es cierto que en la construcción tradicional con el préstamo promotor se financia toda la cadena prácticamente. Tú fabricas un baño en la parcela y, al momento, lo certificas y te pagan.¿Qué pasa ahora? Que por la ley hipotecaria no puedes disponer del préstamo hipotecario de los bienes que se están fabricando en una planta y no están dentro de la parcela porque no hay una garantía de que pueda pasar algo. 

-¿Debería cambiar la ley hipotecaria para que se pueda disponer de esos préstamos en fábrica?¿Esto daría mayor seguridad a las compañías?

-Sería una solución. El problema es que habría que establecer esas garantías para que si quiebra del fabricante o ese producto es de mala calidad, nadie se vea perjudicado. En eso tendremos que trabajar. En cualquier caso, más que cambiar la ley hipotecaria, creo que es un tema de establecer garantías de los pagos que se realizan a cuenta de las fábricas.

  • José María Quirós -

-Uno de los principales problemas de la vivienda en España es la tensión entre la alta demanda y el déficit de oferta. Usted comentaba que la industrialización permite agilizar los plazos constructivos, ¿puede ser, por tanto, una solución a la actual situación?

-Va a ser clave, pero también es verdad que para hacer viviendas nuevas necesitamos suelo. Ahora mismo, estamos haciendo unas 90.000 unidades al año y eso es claramente insuficiente. Hay que hacer, por lo menos, 150.000 unidades. Si con 90.000 viviendas ya tenemos tensiones con la mano de obra, imagina si hacemos 150.000... Esto sería un caos que llevaría a un encarecimiento de los costes de construcción bestial. Por eso, la construcción industrializada tiene que resolver ese déficit de capacidad productiva que tiene el sector de la construcción.

-Entonces, si el sector se industrializara, ¿se podrían conseguir esos volumen de producción anuales?

-No haría falta que el sector entero se industrializara porque la construcción tradicional va a seguir existiendo para viviendas de lujo y para muchos otros tipos. No obstante, si somos capaces de, además de la producción que tenemos, hacer otras 60.000 o 70.000 unidaddes anuales con construcción industrializada, estaríamos en unos niveles razonables de producción. ¿Cómo se hace eso? Montando fábricas de prefabricados de hormigón para hacer estructuras, fachadas y fabricar componentes de un edificio que nos permitan construirlos en tiempo récord.

-Por tanto, ¿es la solución a los ritmos actuales?

-Por supuesto, yo diría que es el único remedio que hay.

-Ha comentado que en este momento hay una decena de fábricas en España de industrializados, ¿cuántas harían falta para alcanzar los ritmos deseados?

-Una fábrica hace elementos como estructuras o fachadas para entre 1.000 y 2.000 viviendas. Por tanto, si queremos hacer 60.000 viviendas más, necesitamos unas 30 fábricas, más o menos. 

-¿España tiene capacidad para albergar este volumen y tipo de instalaciones?

-Sí. En Alemania, por ejemplo, hay 300 plantas de prefabricados de hormigón y en España hay solamente una. Con la madera pasa prácticamente lo mismo, que vas a cualquier país del norte de Europa y tienen un montón de plantas y nosotros tenemos tres. Por tanto, tenemos capacidad y recorrido.

-En el caso de Aedas Homez, ¿qué peso tiene la industrialización en su cartera de promociones y qué innovaciones está aplicando?

-En Aedas Homes, un 30% de nuestras promociones tienen algún grado de industrialización. Por otro lado, y a nivel de innovaciones, las estructuras las estamos haciendo con prefabricados de hormigón, que es algo novedoso en España porque solo se utilizaba para retail y logístico. También, estamos utilizando baños completamente industrializados, así como fachadas. Además, hemos recurrido a la madera, que es un material muy sostenible, que lejos de emitir CO2, lo absorbe durante su crecimiento. 

-A nivel sector, ¿en qué tecnologías se trabaja y se están implementando?

-Básicamente son estas. Poco a poco vamos a ir desarrollando más innovaciones y componentes industrializados.

-El Gobierno ya ha anunciado un Perte para la construcción que va en este sentido. También muchas administraciones están primando estas fórmulas en contratos públicos. ¿Se debería de potencias aún más la transformación del sector desde el sector público?

-Por supuesto, pero lo están haciendo. La Comunidad de Madrid lo está haciendo; el Gobierno Central, también con el Perte; en el País Vasco hay un montón de iniciativas en este sentido y en Navarra, también. Casi todas las comunidades autónomas están entrando en esto y están fomentando el uso de la construcción industrializada.

-Precisamente este nuevo Perte busca crear todo un ecosistema con empresas tractoras que tiren y se apoyen de otras satélites y auxiliares. ¿Ese es el camino y el futuro del sector?

 Por supuesto, esa es la idea del Perte, que va en esa línea: en la de proveer de la financiación necesaria para instalar esas fábricas que sean capaces de montar este nuevo ecosistema.

  • Baño industrializado -

-Por la parte del cliente y el comprador final, ¿existen reticencias al uso de prefabricados? 

-Eso era algo del pasado porque la construcción prefabricada era más bien un recurso rápido y no se buscaba con él ni la calidad, ni la arquitectura, ni la estética de hoy en día. Por tanto, ahora el comprador lo entiende y el que peor lo valora le da lo mismo. Por lo general, el cliente lo está considerando como algo mucho más sostenible, de más calidad y más eficiente energéticamente, que eso al final va a tu bolsillo.

-Por ahora, solo el 1% de las viviendas están industrializadas en España. ¿Cuál sería el porcentaje óptimo a alcanzar en los próximos años?

-En los países que nos rodean está en torno al 10% y subiendo. En España alcanzaremos esos porcentajes rápido porque no va a quedar otro remedio. También, quiero dejar claro que ese 1% es un dato que sacó el sector hace 3-4 años y que seguimos diciendo, pero la construcción industrializada ha crecido muchísimo, por lo que seguro que ese porcentaje es superior.

-¿Ese 10% se podría llegar en cinco años?

-Creo que se debería llegar a un 10% como mínimo, pero no soy un gurú.

-Por tanto, el futuro de la construcción pasa sí o sí por industrializarse.

-Sí, por el problema de mano de obra. Ahora mismo, en la construcción trabajan un millónde personas, pero hay un 30% que tiene más de 50 años, con lo cual se van a jubilar en los próximos años y, mientras tanto, no hay reposición porque no está accediendo gente joven. Es un sector envejecido, al que no acceden nuevos profesionales porque no se sienten atraídos por los salarios, la peligrosidad y porque es un trabajo duro. La gente joven no está dispuesta a trabajar en la construcción. Tampoco se puede resolver con inmigración. Por tanto, no veo otra solución que no sea la industrialización.

-En el caso de Aedas, ¿se han fijado objetivos de crecimiento en el uso de estos sistemas?

-El objetivo es que la industrialización vaya ganando peso poco a poco. Ahora mismo representa el 30% de nuestras promociones, que ya es un número ambicioso, pero lo iremos aumentando en la medida que el mercado se vaya desarrollando y vaya aumentando la capacidad. 

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