VALÈNCIA. Ana Lozano habla con la autoridad de quien ha vivido el sector inmobiliario desde dentro. Arquitecta con casi 25 años de experiencia, consultora y ahora fundadora de una startup tecnológica, lleva la precisión de los planos a su planteamiento de negocio. "El problema no es solo que falten viviendas", resume, "sino que seguimos construyéndolas como hace cincuenta años".
Desde Madrid, aunque con oficina también en Valencia —su tierra, como subraya con orgullo—, Lozano lidera Nidus Lab, una spin-off surgida en 2023 de su propia consultora. En apenas un año, esta joven compañía ha desarrollado una inteligencia artificial propia especializada en el sector inmobiliario, cuya misión es permitir la industrialización de la construcción de manera personalizada. De este modo, es posible acelerar los procesos constructivos en un momento en el que la crisis global de la vivienda amenaza a todas las economías.
En España, recuerda Lozano, faltan unas 700.000 viviendas, mientras cada año se crean 250.000 nuevos hogares. El problema reside en la capacidad del sector para la obra nueva, ya que apenas alcanza las 150.000 unidades anuales. "La ecuación no sale. Y, además, nos encontramos con procesos arcaicos, una fuerte dependencia de la mano de obra y una ausencia de digitalización que lastra la productividad", explica.
Ahí entra Nidus Lab. Su propuesta pasa por introducir una IA generativa diseñada desde cero, sin recurrir a modelos comerciales. "Las inteligencias artificiales generalistas son muy malas reconociendo geometrías espaciales", apunta. "Nosotros hemos construido una tecnología propia capaz de entender el lenguaje arquitectónico". Esa capacidad —añade— se ha convertido en una ventaja competitiva difícil de replicar.
Fabricar viviendas únicas en serie
Uno de los grandes retos del sector es avanzar hacia la industrialización. Pero, como dice Lozano, "en arquitectura cada proyecto es un prototipo". No existe la producción en masa como en la automoción. "Nuestro enfoque permite pasar de una fabricación por repetición a una fabricación de piezas únicas, pero con la misma eficiencia industrial", explica.
La IA de Nidus Lab se utiliza en fases tempranas de diseño y en ingeniería de detalle, permitiendo reducir semanas de trabajo a minutos. "Minimizamos el error humano, reducimos desperdicio de material y hacemos posible que los proyectos sean más sostenibles", resume. En un sector en transformación, eso significa también abaratar costes y acelerar los tiempos de entrega, dos variables que pueden marcar la diferencia en la lucha contra la crisis de vivienda.
Nidus Lab nació sin inversión externa. Lozano es la única fundadora, aunque su CTO —al frente del desarrollo tecnológico— contará con participaciones en la firma. Todo el equipo, seis personas, comparte un perfil híbrido: arquitectos con conocimientos en programación geométrica.
"Empezamos con recursos propios y desde el primer año fuimos rentables", afirma. En 2024 la compañía facturó más de 200.000 euros, con un EBITDA de 150.000, y las previsiones apuntan a superar los 800.000 euros este ejercicio. Un crecimiento que, de momento, se apoya en reinversión constante y en un modelo prudente.
Aunque su foco actual sigue siendo España, Nidus Lab mantiene conversaciones avanzadas con clientes de Latinoamérica, Portugal y Francia. "El déficit de vivienda es un problema global. Y las soluciones también deben serlo", apunta Lozano.
Desde la arquitectura tradicional hasta el desarrollo de IA generativa, el recorrido de Lozano parece un reflejo de la evolución que vive el propio sector. "Las empresas tienen que modernizarse", insiste. "Nosotros hemos puesto nuestro granito de arena digitalizando procesos que durante décadas han permanecido inalterables", agrega.
Lozano impulsa esta startup con una vida a caballo entre Madrid y Valencia con el objetivo claro de que la tecnología es un aliado. Tal y como cuenta, ee trata de una herramienta que, bien aplicada, no sustituye al arquitecto, sino que le devuelve tiempo y precisión.