El mercado inmobiliario de Valencia ha experimentado una transformación radical en los últimos cinco años. La oferta de vivienda de obra nueva en la ciudad se ha reducido en un 80%, mientras que los precios han crecido en la misma proporción, lo que ha convertido a la vivienda de nueva construcción en un bien prácticamente inaccesible para la población local.

Actualmente, en Valencia ciudad, los precios parecen haber tocado techo. El stock de vivienda nueva disponible está compuesto, en gran parte, por productos exclusivos dirigidos a un público con alto poder adquisitivo. Más de la mitad de estas viviendas son adquiridas por inversores extranjeros, con precios que superan fácilmente los 600.000 euros. Esta tendencia ha provocado un efecto arrastre en la vivienda de segunda mano y en el alquiler, incrementando su valor y reduciendo aún más las opciones de acceso a la vivienda para los residentes.
El volumen de obra nueva en la ciudad ha descendido drásticamente. En el cuarto trimestre de 2019, se contabilizaban 110 promociones en venta, mientras que en el mismo período de 2024, apenas se registraban 40. La escasez de suelo disponible y la falta de desarrollos urbanísticos previstos limitan la posibilidad de revertir esta situación en el corto y medio plazo.

En lo relativo al mercado de segunda mano, los precios han registrado un incremento del 10% en 2024, aunque con variaciones significativas por zonas. Por su parte, el mercado del alquiler, tras un periodo de fuerte crecimiento, ha mostrado signos de estabilización en el último año. También se detecta una desaceleración en el auge de la vivienda turística, lo que podría contribuir a un mayor equilibrio en la oferta.

De cara a 2025, las previsiones indican que continuará el incremento de precios en la obra nueva, aunque con una tendencia más moderada. Si bien los datos reflejan aumentos intertrimestrales relevantes, el mercado tenderá a estabilizarse a lo largo del año, alejándose de la curva ascendente de los últimos cuatro años.
En cuanto a la vivienda de segunda mano, la dificultad para el acceso a la obra nueva, junto con un escenario de tipos de interés a la baja, se prevé propicien que los precios se mantengan en tendencias alcistas de al menos un 10%.
La vivienda de obra nueva en Valencia ya no es, en la práctica, una opción para la compra como primera residencia. Se ha convertido en un activo de inversión, dominado por compradores internacionales y fondos que han visto en la ciudad una oportunidad de rentabilidad. Además, la incertidumbre sobre la regulación de los precios del alquiler en otras comunidades autónomas ha generado un desvío de capital hacia Valencia, fortaleciendo su atractivo para inversores institucionales.
Este fenómeno se ha visto reforzado por la creciente proyección internacional de la ciudad. Valencia ha sido reconocida como una de mejores ciudades de mundo en cuanto a calidad de vida, según la revista británica Monocle; y también de acuerdo con Forbes, como la mejor ciudad del mundo para vivir tras jubilarse en 2025, un factor determinante en el interés de compradores extranjeros.
En resumen, el mercado inmobiliario de Valencia sigue siendo dinámico, aunque se encamina hacia una fase de moderación. La obra nueva continuará siendo un producto escaso y exclusivo, mientras que la presión sobre el mercado de segunda mano y el alquiler seguirá marcando la accesibilidad a la vivienda para los residentes.
Javier Serrano es director territorial de Zona Este de Gloval