Entrevista

Plaza Innovación

Dragomir: "La saturación de la red eléctrica en España ahuyenta la inversión en tecnologías limpias"

La directora de Cleantech for Iberia, coalición promovida por Bill Gates, apunta al momento de "liderazgo sin precedentes" que vive España en tecnologías verdes

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VALÈNCIA. "La saturación de la red eléctrica en España ahuyenta la inversión en tecnologías limpias”. Así lo apunta la directora directora de Cleantech for Iberia, Bianca Dragomir, quien pone sobre la mesa uno de los principales desafíos para consolidar la transición energética en España. Desde hace más de dos años, Dragomir lidera la una coalición promovida por Bill Gates para invertir 1.000 millones de euros en tecnologías limpias en España y Portugal, en la que se agrupa a fondos de inversión, empresas y entidades públicas con el objetivo de acelerar la reindustrialización verde en la península ibérica.

Durante este tiempo, Cleantech for Iberia ha tejido un ecosistema que conecta innovación, capital y políticas para impulsar sectores estratégicos como el hidrógeno verde, el almacenamiento, la economía circular o los combustibles sostenibles. Sin embargo, Dragomir alerta de una brecha de inversión de 4.000 millones de euros en capital riesgo hasta 2030 y de la falta de mecanismos financieros y administrativos que faciliten el despliegue de estas tecnologías. La intención es encontrar la manera de seguir creciendo reduciendo, cada vez más, las emisiones.

A pesar de los obstáculos, la que fuera directora de Avaesen defiende que España vive "un momento de liderazgo sin precedentes" en energías limpias, con capacidad para atraer proyectos industriales y ser laboratorio de innovación para Europa. Pero advierte: para aprovechar la oportunidad, es necesario modernizar la red eléctrica y acelerar la acción política y regulatoria.

- Lleva más de dos años al frente de Cleantech for Iberia. ¿Cuál es su balance?

- Han sido dos años muy intensos y lo que nos queda por delante es aún más grande. Nos hemos focalizado en cuatro cuestiones: tecnología, capital, políticas y alianzas para crear un ecosistema vibrante en tecnologías limpias. A partir de ahí, queremos acelerar la reindustrialización verde en la península ibérica. En tecnología, hemos consolidado un ecosistema de innovadores en aquellos sectores donde España y Portugal pueden liderar en Europa como hidrógeno verde, almacenamiento, economía circular o combustibles sostenibles. Hemos sumado a la coalición 30 miembros. Luego, está el capital, y aquí seguimos sumando fondos de inversión.

En el caso de las políticas, hemos trabajado con los compañeros de Cleantech for Europe en el Clean Industrial Deal. Todas nuestras peticiones han sido reflajadas en este documento de la Unión Europea. También hemos trabajado con el Banco Europeo de Inversiones para movilizar 500 millones de euros en garantías para el sector de las tecnologías limpias. Y, en iberia, hemos colaborado con diferentes ministerios para responder a las consultas de la Ley de Industria, que no se actualizaba desde el año 90 y en la que temas como digitalización o reindustrialización no están contempladas. Hay un nuevo texto de la ley que ha pasado el Consejo de Ministros y estamos muy contentos porque es una nueva palanca de reindustrialización verde para España.

La nueva Ley de Industria es una nueva palanca de reindustrialización verde para España"

También fue una gran noticia cuando el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) sacó su nueva estrategia de inversiones para 2027, con 100 millones de euros dedicados a las cleantech. Y ahí es la vía donde tenemos que trabajar. Que el Estado coinvierta para el escalado de estas tecnologías, porque esto aumenta la confianza del inversor privado y da señales al mercado positivas. Y por último, las alianzas. Desde Cleantech for Iberia coordinamos las alianzas con las principales ONG activas en temas de acción climática de España, precisamente para tener ese vínculo con la sociedad civil. Y para que todo lo que estamos construyendo desde el sector de la inversión y de la innovación vaya muy de la mano, porque la transición se tiene que hacer con todos. 

Además, en septiembre, España se unió a la First Moves Coalition del foro económico mundial y participamos como ponentes junto con el presidente Pedro Sánchez y cuatro ministros. Para que la industria asuma unos objetivos muy claros de descarbonización, que el Gobierno pueda articular los mecanismos de compra pública verde y que todo esto ayude a integrar las tecnologías limpias. Se va a trabajar en industrias electrointensivas y difíciles de descarbonizar como la aviación, el cemento, el acero, el transporte marítimo, y esto puede ser algo que cree un efecto onda en toda la industria. 

- ¿En qué sectores se está despuntando más? Estamos viendo que hay mucho movimiento en áreas como la cerámica.

- La industria de la automoción también está haciendo sus deberes con ejemplos bastante claros. También la del cemento. Pero sí que es verdad, que estas tecnologías disruptivas son hasta tres y cuatro veces más caras, al igual que el hidrógeno verde, lo que dificulta su despliegue. Pero lo mismo pasó con la tecnología solar. Hace 25 años era 40 veces más cara que hoy en día. Por lo tanto, estas nuevas tecnologías deben tener ese recorrido. Pero no todo puede ser on/off, hay que transitar los procesos y hay que concienciarse de que esto lleva un tiempo. Pero soy muy optimista, porque estas tecnologías tienen cada vez más economías de escala y bajan los costes. 

- ¿En qué punto se encuentra la inversión en cleantech?

- En estos momentos, hay una brecha de inversión en capital riesgo en la península ibérica de 4.000 millones de euros de aquí a 2030. En este sentido, los fondos de nuestra coalición tienen más de 1.000 millones para invertir y parte de ésta ya se está ejecutando. Aún así, tenemos que sumar más fondos, que se creen y traer de fuera para cubrir esta brecha.

Pero además de fondos de inversión, tenemos bancos. En las fases iniciales se necesita equity, pero luego hace falta deuda. BBVA, por ejemplo, ha apostado y se han posicionado como el banco de las cleantech, creando una unidad  para las tecnologías limpias para invertir y financiar. Pero hay una brecha entre equity y deuda en la fase de escalado y estamos trabajando en un plan de inversiones. Y aquí, además de hacer falta de apoyo público para aumentar la confianza de los inversores privados, hace falta capital paciente. Y por eso hemos sumado family offices, inversores privados, así como filantropía con fundaciones.

Además de hacer falta de apoyo público para aumentar la confianza de los inversores privados, hace falta capital paciente"

Esto, en Estados Unidos es algo muy común, el invertir con retornos a largo plazo. Pero en Europa todavía tenemos que crear este movimiento, y hemos empezado por España. Iker Marcaide, que ha apostado desde el principio o Bill Gates, pero también está la European Climate Foundation, Sequoia y otros actores y que están subiéndose a esta ola. 

-¿Y cómo solventar esa brecha de la que habla? ¿Va a ser posible?

- Tenemos que hacerlo posible. Porque hay mucho capital, mucha inversión disponible y las tecnologías para mitigar el cambio climático ya se han inventado. Lo que pasa es que el 30% de estas tecnologías aún no se ha comercializado a escala industrial. Ahí está el problema y tenemos que actuar. Los fondos de inversión, inversores institucionales o aseguradoras deberían poner el foco aquí. No hay una coordinación y para ciertos públicos que podrían invertir, las cleantech no se están viendo como un espacio de oportunidad y de urgencia. Los europeos, por ejemplo, están poniendo sus ahorros en fondos de pensiones. Y un 0,08% de las inversiones de estos fondos se están poniendo en cleantech, algo que no está pasando en otros sitios. Ahí tenemos deberes pendientes. Activar estas piezas del sistema de inversión y financiación para cubrir esta brecha.

España está demostrando que se puede desacoplar el crecimiento económico del crecimiento de las emisiones"

En septiembre publicamos un informe sobre cómo movilizar las inversiones de cleantech en la península ibérica. Detectamos que, además de esta brecha de 4.000 millones de euros en capital riesgo hasta 2030, hay una brecha más grande de inversión pública y privada de 250.000 millones de euros para llegar a los objetivos. Estamos construyéndo el escenario y España es pionera, porque somos el segundo destino mundial de inversión directa extranjera en nuevos proyectos de energías renovables. Somos la cuarta economía más sostenible del mundo. Y a la vez, la industria ha aumentado hasta ser un 15% del PIB español, muy por encima de Francia o Países Bajos. También hemos bajado las emisiones en el sector eléctrico un 60%. España está demostrando que se puede desacoplar el crecimiento económico del crecimiento de las emisiones. La transición energética es rentable y lo estamos demostrando en España. Lo que hace falta es más urgencia política en la ejecución. 

- ¿Qué debería hacer el sector público?

- El sector público debería de activar garantías y contragarantías públicas para proyectos que son intensivos en Capex y que tienen un desarrollo más largo que los proyectos de software y, por lo tanto tienen más riesgo. Pero también activar mecanismos de financiación público privada para que puedan acelerar estas fábricas del futuro, que tienen costes millonarios. Y de esta forma, cubriríamos ese gap que existe en toda España y en Europa, porque no somos excepción de lo que está pasando en otros países. De esta manera, los bancos se sentirían mucho más cómodos financiando estos proyectos. 

-Hace dos años hablábamos de la diferencia de inversión con Reino Unido y Francia. ¿Esto ha cambiado?

- Realmente Reino Unido, Alemania y Francia van por delante en inversión de capital riesgo en tecnologías limpias. Ellos invierten seis veces más que España. Hay un gap muy importante y es prueba de que las políticas han dado sus frutos y es lo que tenemos que hacer aquí. En España tenemos una oportunidad sin precedentes porque hemos desacoplado los costes de crecimiento y de bajar las emisiones. Estamos en un momento dulce porque estamos creciendo por encima de otras grandes regiones europeas, pero a la vez vamos por detrás con respecto a otros. En el segundo trimestre, en España se ha invertido un 600% más que el año pasado en el segundo semestre. Por lo tanto, estamos en un momento de liderazgo pero todavía vamos detrás de algunos países.

- ¿Cómo está el ecosistema cleantech en la Comunitat Valenciana?

- Lo estamos viendo como un faro verde en el conjunto de España. Hay clústeres ya desarrollados con trayectoria. Hay unas señales muy potentes. Hay muchas conexión entre el tejido empresarial y emprendedor y el capital privado, con fondos de inversión específicos, y desde la óptica de los inversores privados, Valencia es un hub. Pero, lo que hace falta, son más fábricas como la de Matteco o Hesstec. Son ejemplos de cómo debería ser la reindustrialización verde, pero necesitamos muchos más. Proyectos grandes como el de Puertollano, donde hay un clúster muy potente energético con proyectos claros de innovación en almacenamiento, hidrógeno y fertilizantes verdes. Y como toda la cadena de valor se está organizando alrededor de ellos o el clúster de Andalucía de almacenamiento térmico o en el País Vasco, en redes eléctricas. Necesitamos que la Comunitat Valenciana despunte más a nivel de la creación de la cadena de valor, por ejemplo, en hidrógeno verde.

-¿En qué áreas podría especializarse la Comunitat Valenciana?

- Es una comunidad muy intensiva en radiación solar y todo lo que se pueda construir tiene un potencial liderazgo en energías renovables. Entonces, tiene sentido que se especialice en tecnologías de almacenamiento y de hidrógeno verde. El problema es que los proyectos de renovables no se están ejecutando ni con velocidad ni con foco, que es un tema que ya viene de largo. La Comunitat Valenciana se está quedando atrás y esto es un hándicap de atracción de inversión. Porque apetito inversor hay. Suma Capital, que han cerrado un fondo de 210 millones específicos para cleantech, ya invirtieron en Hesstec, en V2C y colabora con el Instituto Valenciano de Finanzas. Los inversores están poniendo el foco aquí porque hay materia prima. Pero luego falta esa velocidad por parte de las instituciones. 

- ¿Han hablado con la Generalitat respecto a este problema?

- En estos dos años hemos estado trabajando más a nivel de ministerios y no hemos llegado a nivel autonómico. Pero nos llega el pulso inversor. Y éstos van donde se les ponen las cosas más fáciles. Hay un momento de mucha oportunidad con la era Trump, porque hay mucho apetito inversor innovador que quiere trasladar sus fábricas con sus inversiones a Europa y miran a España. Siempre van a ir a una comunidad donde el time to market de su proyecto es más corto. Es un tema de rentabilidad. La Comunitat Valenciana, en ese sentido, se enfrenta a problemas burocráticos y personal en la aprobación de estos proyectos, aunque se han dado avances.

- ¿Cómo se ha reconfigurado el escenario con Donald Trump?

- Con este movimiento político, hace que la Unión Europea se posicione mucho más con el Clean Industrial Deal. Hay un tema muy claro que prevalece y es el de defensa. Las cleantech reúnen este trilema al que nos enfrentamos de cómo podemos solventar la descarbonización y bajar las emisiones, y a la vez ser competitivos y tener nuestra independencia. Pero a nivel de inversión, sí que estamos viendo mucha señal y que se está poniendo foco en Europa y España. Pero tenemos que crear las condiciones para cuando lleguen los inversores, porque realmente hay un efecto llamada muy importante. En el conjunto de la UE en energías limpias, las inversiones bajan un 24%, pero a la vez en España suben un 38%, por lo que estamos creando tendencia. El problema es cuando llegan los inversores y preguntan qué mecanismos de reducción de riesgos hay, cuál es time to market, cómo varían los tiempos en cada autonomía y las redes eléctricas. Estas últimas ahora significan un cuello de botella, porque el 83% de los nudos, según la red eléctrica de España, están saturados y esto ahuyenta la inversión. 

Pero también hay buenas señales, porque el ministerio está diseñando un plan de inversión en redes de 13.000 millones y están poniendo solución. Pero esto no es un proceso lineal. Me gusta ver la transición energética como la fase de construcción de una casa, porque todavía no ves los resultados y no estás disfrutando. Entonces, estamos en ese momento. Hay mucha incertidumbre y quien coge la oportunidad para apostar por esto saldrá ganando. La Unión Europea tiene claro que las cleantech son nuestra vía de competitividad y España también lo tiene claro, y es algo que nos tiene que agradar porque en otros países no está pasando.

- ¿Qué supuso para las renovables que se les achacara inicialmente las culpa del apagón?

- Afectó en una primera fase, cuando se ha puesto en duda este lema que tanto nos hemos enorgullecido de que España es el país de las renovables. Pero enseguida se ha conseguido poner luz en que justo son las renovables las que nos van a dar la salida a las crisis que tenemos y no las que nos van a meter en ellas. Sí que es verdad que la transición energética es un viaje y vamos a tener que sacar y meter cosas hasta que lleguemos a un sistema robusto. El apagón ha puesto de relieve que necesitamos inversiones en redes más que nunca y que esta competitividad de la que estamos disfrutando hoy en día es gracias a la transición energética. 

España puede ser el laboratorio de innovación de las redes eléctricas del futuro"

La competitividad de las renovables puede no favorecernos en algún momento, porque no invertimos en la red eléctrica cuando tocaba. La red eléctrica en toda Europa es bastante obsoleta porque tiene más de 40 años de funcionamiento. Está diseñada para la integración de los combustibles fósiles. Este paradigma ha cambiado radicalmente y España puede ser el laboratorio de innovación de las redes eléctricas del futuro. Una red eléctrica descentralizada, predictiva, con tecnologías de flexibilidad, digitalizada y capaz de dar respuesta en tiempo real. Y esto también se hace gracias a las cleantech. Necesitamos conexiones flexibles, tarifas de red flexibles, que otros países lo han hecho como Suecia, Reino Unido, y nosotros también podemos hacerlo porque es una urgencia y se están poniendo los recursos. 

-¿Cómo deberian ser las redes eléctricas del futuro?

- Como no son ahora. Ahora son centralizadas, no están diseñadas para integrar una demanda inelástica y necesitamos transformarlas radicalmente e integrar tecnologías digitales. Hacerlas adaptadas al siglo XXI para que den respuesta local y real a la demanda. Ahora, no hay un problema de demanda de renovables. La industria, en España, tiene solicitados 34 gigabatios en proyectos renovables no satisfechos a fecha de hoy, El problema es la resiliencia de las redes y que hay muchos proyectos en cola. 

-¿Qué autonomías lo están haciendo mejor a nivel de cleantech?

- Hablaba del ejemplo de Puertollano. Los innovadores e inversores que se han instalado allí, nos están diciendo que ponen recursos y personal específico, de la propia administración, para hacer seguimiento de sus proyectos. Extremadura, también. Es una disponibilidad de apoyo casi personalizado a las scale ups disruptivas que nos darán las competitividad económica. Son autonomías que tienen muy claros los sectores donde quieren actuar y están poniendo los recursos. Y así pasa también en otros países. Nos ha pasado en una empresa que forma parte de la coalición. Por ejemplo, Fertighy tiene desarrollada una solución de fertilizantes verdes y su fábrica la ha creado en Francia, porque el Gobierno le ha ofrecido un apoyo con seguimiento personalizado de permisos, subvenciones y que le da mucha seguridad a esta compañía. En España tenemos los objetivos, tenemos la señal, somos el país de las renovables, hay un pacto por emergencia climática, la nueva ley de industria. Pero lo que nos falta es una ventanilla única para acceder a financiación cleantech. Tenemos diferentes instrumentos dependientes de diferentes ministerios con diferentes plazos y burocracias, cuando sería más fácil tener una ventanilla única para emprendedores e inversores. Tampoco tenemos un plan de inversiones para la reindustrialización en España y eso es otra señal de mercado que podría ayudar para dar confianza a la inversión. 

-¿Y el debate del cierre de las nucleares?

- En España esta tesitura está muy clara, porque precisamente por las circunstancias que vivimos las energías eólicas y solares nos solucionan el problema. Si solucionamos el problema de las redes eléctricas tenemos la transición energética resuelta. En estos momentos, hay un 54% de renovables en el mix energético de España, eso es muchísimo. Somos la primera gran economía que ha superado el 50% en el mix energético. Es verdad que la energía nuclear ha evolucionado a nivel de seguridad e innovación y en algunos países tiene cabida. Pero en la península ibérica, teniendo las condiciones que tenemos, es mucho más rápido y barato generar el contexto para el despliegue de las tecnologías limpias y las energías renovables.

- ¿Qué ha supuesto la Dana del pasado 29 de octubre en esta realidad?

- En estos momentos, el Mediterráneo se calienta un 20% más que antes, y tiene unos impactos claros. Ha supuesto un antes y un después a nivel de concienciación, emergencia climática y actuación. Y aún así, la urgencia que se nos impone con este tipo de eventos, no solo con las danas que son 10 veces más que hace 10 años y 10 veces más virulentas, no va a la par la urgencia de la acción con la emergencia climática. Hoy en día, aunque estos eventos están pasado y han supuesto un antes y un después, la narrativa ha transitado hacia competitividad y defensa. Pero necesitamos más urgencia.

- ¿Y cómo concienciar a la sociedad?

- Al fin y al cabo, la gente no queremos conectar con la idea de sacrificio y mirar hacia otro lado. Actualmente, hay un sentimiento general de fatiga en la sociedad por todo lo que está pasando a nivel geopolítico y climático, las crisis que estamos viviendo. Y hace falta mucha más labor de concienciación y de divulgación. Y es un gran momento de elevar nuestras consciencias. Pero la sociedad no quiere reducir su umbral de bienestar y las cleantech son la respuesta a seguir viviendo y creando prosperidad en nuestro entorno y escalando estas tecnologías para mitigar las emisiones de CO2 y nos da competitividad.

- El otro día, el presidente de Mercadona, Juan Roig, manifestaba que España no mira de igual a igual a Portugal, como un reproche. ¿Cree que falta más colaboración?

- Me llamó la atención porque estoy de acuerdo en que no hay igualdad entre los dos países. Además de un tema cultura e histórico, España y Portugal están unidos por las mismas oportunidades en cuanto a transición energética, por los mismo sectores en los que podemos despuntar y con los mismos problemas. Los dos estamos en la periferia de Europa, somos una isla eléctrica y tanto las fortalezas como las debilidades nos tienen que unir. El corredor de hidrógeno verde, H2med, que une a España con Portugal y con Europa. Los planes de desarrollo de combustibles sostenibles son muy parecidos, pero hace falta más cooperación. Pero celebramos que este año los ministros de Energía de los dos países han estado trabajando mucho juntos y de forma más cercana. 

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