Ángela Pérez no solo fundó una de las primeras ‘spin-off’ surgidas de la Universitat de València, sino que ha construido desde entonces un referente internacional en el ámbito del diagnóstico genético. Su historia, contada con sinceridad, humor y determinación en el pódcast ADN Emprendedor de la Cátedra de Cultura Empresarial, es un ejemplo de cómo la ciencia puede transformarse en empresa cuando existe convicción, talento… y mucha resistencia al desaliento.
La suya no fue una aventura planificada. “No tenía estrategia. Lo hice a dolor. Apliqué el método científico: ensayo y error”, admite con una sonrisa. Desde un modesto laboratorio vinculado a la universidad, Ángela lideró el salto al emprendimiento en un momento en que esa palabra apenas se pronunciaba en entornos académicos. “Queríamos que nuestro hallazgo no se quedara en un cajón, sino que llegara a la sociedad. Y así empezamos”.
Con el tiempo, Health in Code, su primer gran proyecto, se convirtió en líder nacional y sentó las bases de posteriores iniciativas. Una de las más relevantes: la fusión de cinco compañías competidoras en el sector que dio lugar a uno de los gigantes del diagnóstico genético en España. “La clave fue la empatía, la comunicación y la cena anual con mis competidores, que luego se convirtieron en amigos… y en algunos casos, en socios”.
Pérez reconoce que el camino ha sido largo y exigente. “Yo soy muy curranta. No soy una superhéroe, soy una persona que ha trabajado muchísimo y que ha tenido que aprender todo sobre empresa desde cero. Pero si tuviera que empezar otra vez, lo haría diferente: con más conocimiento, porque el conocimiento es lo que permite crecer de forma exponencial, no lineal”.
Hoy combina su faceta empresarial con un fuerte compromiso institucional. Como presidenta del Consejo Social de la Universitat de València, impulsa iniciativas para acercar la universidad al tejido productivo. “El 85% del alumnado acabará trabajando en la empresa privada, pero muchos aún creen que solo existe la función pública. La Cátedra de Cultura Empresarial es el nexo que necesitamos para cambiar esa percepción desde dentro”.
También ha sido impulsora de espacios clave del ecosistema emprendedor valenciano como Biohub y La Terminal, dos proyectos que, desde la Marina de València, han transformado antiguos espacios infrautilizados en polos de atracción para startups y empresas tecnológicas. “Nos hemos adelantado con iniciativas privadas a la falta de estrategia pública. Ahora toca que las administraciones nos escuchen y faciliten suelo, infraestructuras y apoyo real al talento”.
Ganadora del Premio Jaume I al Emprendimiento, entre muchos otros reconocimientos, Pérez no olvida los sacrificios personales del camino. “No he podido estar todo lo que quisiera con mis hijas, pero ellas lo entienden y están orgullosas. Una dice que quiere ser ‘la Jaume Second’”, confiesa entre risas. “Lo importante es que haya más referentes y que emprender deje de ser heroico y se convierta en algo normal”.