Entiendo perfectamente la fascinación que ejercen dos productos como el queso y el vino. La leche y la uva como germen y principio de un proceso que el tiempo y la mano del ser humano son capaces de moldear, afinar y depurar hasta lograr ese milagro que es un buen queso artesano o un gran vino. 

"To me, you are perfect". Era la declaración de amor silenciosa de Andrew Lincoln a Keira Keira Knightley en Love Actually. Yo siento lo mismo con este queso. Para mí, es la perfección.  Una joya que se elabora con leche cruda de sus propias vacas Jersey criadas en libertas en los valles gallegos, en una pequeña quesería de Chantada (Lugo). Un proyecto que pusieron en marcha dos amigos y la pareja de uno de ellos que hasta aquel momento no tenían nada que ver con el universo quesero. Que estos tres queseros hayan decidido no aumentar la producción a pesar del éxito que ha cosechado su queso –tiene todos los premios del mundo– para poder seguir controlando el resultado, lo hace todavía más interesante.

Es un queso diferente a cualquier queso que haya probado. Sabe a mantequilla y a amor por las cosas bien hechas.  

La producción es escasa, pero si pasas por el Mercado de Colón, podrás encontrarlo tanto en Manglano como en Mi Cub, donde preparan una tabla de quesos que les sirve la charcutería vecina, maridada con cava de bodegas Hispano Suizas en Mi Cub. El nirvana.