Es horrible lo que voy a decir pero es que lo pienso: esta Pandemia ha sido la peor hecatombe que podíamos imaginar para nuestros bares y restoranes pero qué de alegrías nos está dando a los disfrutones. Para empezar, algunas de las más atractivas propuestas gastronómicas de la ciudad las podemos disfrutar ahora desde el sofá y frente a la TV; que sí, que nos pirra ir en busca de una barra pero montárselo en casa también tiene lo suyo, ¿no?.

Y es que la oferta delivery que está armando València suma y sigue y además con visos de no ser algo circunstancial sino que viene para quedarse. Uno de los que más nos han gustado es la propuesta honesta y artesanal de Manu Yarza, que ha sido capaz de trasladar (no pinta fácil) su talento con los guisos a las complicaciones del tránsito —os soplo mi plato favorito: la sepia encebollada. Chup-chup.

“Es un plato que hacía mi abuela (gran fan de los encebollados y entomatados... ¡como buena valenciana! ) la idea es homenajear a este producto tan humilde al que la cocina debe tanto sumándole albondiguitas de vaca madurada (cefalópodos y productos de tierra casi siempre se llevan bien), piñones, laurel y pimentón dulce”, bien empezamos si el plato lo dicta la iaia, Manu —“el secreto es la paciencia, ir probando y reduciendo los azúcares de la cebolla y que la sepia quede cocinada, tierna pero sin pasarla en exceso. Que todos los sabores buenos por separado hagan uno, en fin: guisar”. 

Qué bonita palabra, eh: guisar.