VALÈNCIA. Del 22 al 24 de mayo, Valencia se ha convertido en el epicentro internacional de las ciencias del comportamiento. La Universidad Europea de Valencia ha acogido la novena edición del Congreso Internacional de Ciencias Sociales Experimentales y del Comportamiento (IMEBESS) de la Universidad de Oxford, que ha reunido a más de un centenar de investigadores de universidades de los cinco continentes.
Conversamos con Enrique Fatas, director del Behavioral Economics Institute (BEI) de la Universidad Europea Valencia y uno de los principales impulsores del evento, sobre el impacto del congreso, el papel de la economía del comportamiento en los grandes desafíos globales y el potencial de Valencia como centro de referencia científica.
IMEBESS se ha consolidado como una referencia global en las ciencias del comportamiento. ¿Qué significa para usted que esta edición se haya celebrado en Valencia?
Acoger un congreso del prestigio internacional del IMEBESS es un orgullo para la Universidad Europea de Valencia y para la ciudad. No es solo un congreso académico, es una declaración de intenciones sobre el poder de la ciencia para mejorar la sociedad. Durante estos días hemos reunido a investigadores de más de un centenar de universidades, muchas de ellas entre las más prestigiosas del mundo como Oxford, Michigan, Cambridge, Bocconi, LSE, o King’s College London. Este encuentro ha permitido no solo compartir avances científicos, sino también establecer nuevas colaboraciones que fortalecerán nuestras redes de investigación y contribuirán a posicionar a Valencia y a la Universidad Europea como un hub clave en esta disciplina.
Además, esta edición ha sido también una apuesta por Valencia como ciudad del conocimiento. La transferencia de ciencia a la sociedad ha estado muy presente en todo el congreso, y ese compromiso ha tenido un eco institucional muy significativo ya que la alcaldesa de Valencia, Mª José Catalá, ha querido acercarse personalmente a conocer a los investigadores participantes. Es un gesto que no solo agradecemos, sino que también simboliza el interés de la ciudad por formar parte activa de la conversación científica global sobre las políticas públicas.
¿Qué impacto tiene esta diversidad académica en el avance de la economía del comportamiento?
La diversidad es uno de los grandes valores de IMEBESS y de la Universidad Europea de Valencia. No solo hablamos de diversidad geográfica, con participantes de Europa, América, Asia o África, sino también de una riqueza interdisciplinar que es fundamental para entender el comportamiento humano en toda su complejidad.
En el congreso han participado economistas, psicólogos, politólogos, matemáticos, biólogos, ingenieros… Esta combinación de perspectivas permite abordar los problemas sociales desde ángulos complementarios, lo que enriquece el análisis y mejora la calidad de las soluciones propuestas. Además, fomenta una cultura científica más abierta, colaborativa y creativa, que es esencial para avanzar en una disciplina que busca tener un impacto real en la sociedad.
En un mundo cada vez más complejo, ¿qué papel juegan las ciencias del comportamiento ante desafíos como el cambio climático o la salud pública?
La economía del comportamiento se proyecta como una herramienta esencial para construir un futuro más justo, sostenible y humano. Estos retos son los que motivan las grandes preguntas científicas.
En el Behavioral Economics Institute (BEI) de la Universidad Europea, por ejemplo, estamos trabajando en proyectos que buscan mejorar la adaptación de los agricultores al cambio climático, fomentar prácticas sostenibles o fortalecer la respuesta social ante crisis sanitarias. La economía del comportamiento permite encontrar soluciones costo-efectivas a problemas complejos, combinando el rigor científico con la sensibilidad social. En un mundo cada vez más incierto, necesitamos herramientas que nos ayuden a tomar mejores decisiones colectivas, y esta disciplina ofrece justamente eso.
¿Qué mensaje le gustaría que se llevaran los asistentes de esta edición de IMEBESS?
Que en Valencia tienen un centro de investigación de primer nivel, el Behavioral Economics Institute, donde pueden desarrollar proyectos ambiciosos, rigurosos y con impacto.
Esta edición de IMEBESS ha sido una muestra del compromiso de la Universidad Europea con la excelencia científica, la colaboración internacional y la transferencia de conocimiento. Queremos que quienes han participado se vayan con la sensación de que aquí no solo se hace ciencia de calidad, sino que también se construyen puentes entre disciplinas, instituciones y países. IMEBESS no es solo un evento académico, es una plataforma para transformar la sociedad desde la ciencia.