VALÈNCIA. El Tribunal Supremo ha confirmado que el edificio de la antigua sede de Hacienda en Guillem de Castro volverá a ser de titularidad del Ayuntamiento de València (en un 60% de la propiedad) y de la Diputación provincial (el 40% restante).
Esta decisión judicial supone el fin a un litigio de años entre el Ministerio de Hacienda y las instituciones locales por la propiedad del inmueble. Ahora se abre un abanico de posibilidades para el futuro de este inmenso edificio en pleno corazón de la ciudad. No en vano, se trata de una edificación de seis plantas y 10.795 metros cuadrados construidos sobre una superficie de más de 2.300 metros cuadrados en una ubicación privilegiada.
Deterioro estructural
Cabe recordar que tras su desalojo por desprendimientos en 2016, el inmueble lleva casi nueve años cerrado y acumula numerosos problemas por su mal estado interior y el deterioro en su estructura. Es por ello que, antes de definir los futuros usos, tanto la Diputación como el Ayuntamiento señalan la necesidad de analizar el estado actual del edificio para determinar qué intervenciones de rehabilitación serán necesarias y también, estimar su coste.
Después de tener que abandonar el edificio por su mal estado, en 2018 el Ministerio de Hacienda solicitó la recalificación a uso hotelero para poner el inmueble en venta tras tasarlo en unos 16 millones de euros. Sin embargo, el Ayuntamiento rechazó esta petición y el Plan Especial de Ciutat Vella aprobado en 2020 mantuvo su calificación como dotación administrativa.

- Interior del edificio cuando en albergaba oficinas de Hacienda. -
- Foto: KIKE TABERNER
Oficinas municipales
El gobierno anterior del Rialto tenía la intención de ubicar en el inmueble oficinas municipales, entonces (en enero de 2022) se estimó en 12 millones de euros el coste de la rehabilitación, 3,86 millones para el refuerzo estructural y 8,69 millones para la reforma, a razón de 799,44 euros el metro cuadrado. Unas cifras que a día de hoy se presuponen mucho mayores teniendo en cuenta el incremento generalizado de los costes.
Aunque ni el consistorio ni la Diputación descartan la idea de convertir el edificio de Guillem de Castro en una sede administrativa, lo cierto es que la envergadura del edificio y su localización clave permitiría combinar varios usos. Ambas administraciones señalan que una vez reciban las llaves del inmueble y se valore su estado, se reunirán para intentar alcanzar un acuerdo sobre el futuro del bloque.
Hay que tener en el radar la precaria situación del Museo Fallero ubicado en la antigua prisión en Monteolivete. El edificio presenta problemas estructurales e incluso se ha tenido que retirar material de la zona del archivo para prevenir un posible colapso. Ante esta situación, una de las grandes apuestas electorales del Partido Popular era trasladar este museo fallero al antiguo edificio de Correos, en la propia plaza del Ayuntamiento. Un proyecto que presentaron el president de la Generalitat, Carlos Mazón y la alcaldesa de València, María José Catalá, de manera conjunta poco después de ganar las elecciones. La idea era dar "un salto de calidad" en la promoción de las Fallas y el propio Mazón se comprometió a ceder el edificio de Correos al Ayuntamiento para este fin.

- El president de la Generalitat, Carlos Mazón, y el CEO de la Hispanic Society of America, Guillaume Kientz. -
- Foto: GVA
Sin embargo, esta iniciativa no se ha materializado casi dos años después del anuncio. De hecho, todo apunta a que el futuro del Palau de les Comunicacions no será el de un museo fallero sino el de un museo Sorolla. Y es que en su visita a Nueva York, Mazón anunció un acuerdo con la Hispanic Society of America para que “la gran obra de Sorolla vuelva a casa”. Aunque no se ha confirmado oficialmente por parte de la Generalitat Valenciana, todo apunta a que el céntrico edificio de Correos es el emplazamiento que quiere el gobierno autonómico para exponer estas obras. Esta decisión de convertir el Palau de les Comunicacions en una suerte de museo Sorolla, deja de nuevo al Ayuntamiento de València sin espacio en el centro de la ciudad para su Museo Fallero Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Y es precisamente aquí donde el complejo de Guillem de Castro se puede presentar como una opción interesante a tener en cuenta para albergar el museo fallero. En primer lugar, a diferencia del Palau de les Comunicacions, en este caso el consistorio sí cuenta con la titularidad del edificio, al menos del 60%. Su ubicación en pleno centro permitiría acercar la cultura de las fallas a los visitantes y desarrollar el proyecto de Catalá donde "vivir la experiencia de una mascletà, una ofrenda o la cremà, mediante el sistema 4D y la Inteligencia Artificial". Además, la envergadura del edificio ofrece la posibilidad al consistorio y a la Diputación de reservar una parte del inmueble a oficinas administrativas u otros usos.