VALÈNCIA. La tensión interna en Vox Valencia se mantiene. El foco de la actualidad municipal se centra en el portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Juanma Badenas, tras conocerse el posible amaño de un contrato publicitario en la Fundación Valencia Activa. Una maniobra que el propio portavoz municipal todavía no ha desmentido y que la oposición ha decidido llevar a la Fiscalía, mientras su partido a nivel nacional, Vox, y la alcaldesa de Valéncia, la popular María José Catalá, han decidido abrir una investigación al respecto al tiempo que la filtración de varios audios sobre conversaciones internas del también concejal de Empleo apunta a generar todavía mayor desgaste de su figura y del gobierno municipal.
Esta semana, su partido confirmó que el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, había abierto un expediente de investigación interna para indagar posibles "irregularidades" en el contrato publicitario que la Fundación Valencia Activa adjudicó a Imedes después de que The Objective desvelara una propuesta que la compañía habría remitido al organismo y que habría servido de base para el concurso que, a la postre, acabaría ganando la firma en pleno mes de agosto de 2024.
La noticia ha generado no poca inestabilidad interna, tanto en el seno de Vox como en el gobierno municipal que conforma con el Partido Popular, y con el que no se descarta una ruptura. La controversia ha ido acompañada de diversos audios donde Badenas asegura que está "acordado" con la empresa adjudicataria el destino de los fondos de las campañas publicitarias para evitar medios como Las Provincias, Valencia Plaza, Levante-EMV o la Cadena Ser por no ser afines a sus "ideas", además de criticar al ex vicepresidente de Vox en la Generalitat Valenciana, Vicente Barrera.

- Maria José Catalá y Juanma Badenas -
- Foto: Rober Solsona/EP
Vox ultima la investigación
Por el momento, lo cierto es que la cuita interna en las filas de Vox parece servida. Fuentes del grupo municipal preguntadas por este diario sobre el presunto amaño, lejos de defender la legalidad de la actuación de Badenas, admitieron que todos los acuerdos de comunicación que se estaban adoptando desde la Fundación Valencia Activa se habían hecho "sin coordinar ni ponerlos en conocimiento de Vox", motivo por el cual el partido "está llevando a cabo una investigación".
Las pesquisas iniciadas en las entrañas de su partido no tardarán demasiado en concluir. A nivel estatal aseguran que la intención es que estas indagaciones acaben en breve, probablemente la semana próxima. Un plazo reducido que amenaza con precipitar los acontecimientos que vayan a producirse. Este viernes, sin ir más lejos, Badenas se cobró la primera 'víctima' al cesar a su jefa de prensa, como publicó Valencia Plaza.
Concretamente, el portavoz solicitó el cese de su asesora de comunicación, Belén Bordils, "con carácter de urgencia" para su aprobación por parte del gobierno municipal. La Junta de Gobierno Local, que se reunía como cada viernes y que preside la propia Catalá, dio luz verde al despido con efectos del 1 de marzo.
El movimiento solo puede entenderse en el contexto en el que se produce. Bordils había venido trabajando para el grupo desde junio de 2024 tras pasar por la Conselleria de Justicia que dirigía Elisa Núñez, donde ejerció también de jefa de prensa. Poco antes de que los consellers de Vox abandonaran el Ejecutivo valenciano, entre ellos la propia Núñez, el partido resituó a la experta en comunicación en el grupo municipal de València. Aquella decisión fue instada desde Madrid, por lo que esa vinculación con Bambú (sede de Vox) habría influido en el cese fulminante esta semana, en plenas tensiones internas.
En este contexto, cobra fuerza la idea de que la situación de Vox en el Ayuntamiento de València también puede modificarse en los próximos días. Cabe recordar que en julio del año pasado el líder del partido, Santiago Abascal, obligó a que Vox saliera de los gobiernos autonómicos que compartía con el PP. Ya en aquel momento se especuló con la posibilidad de que también se diera la orden de romper los acuerdos en grandes municipios como València. No obstante, esta opción no llegó a producirse.
Ahora, con la crisis abierta en la capital del Túria con Badenas, quien no goza de buena relación con la dirección de Vox, se reabre de nuevo el debate. Como es conocido, el acta de concejal pertenece al dirigente elegido en las urnas, por lo que el partido no puede arrebatarla: esto significa que Badenas continuará como edil el tiempo que considere oportuno, incluso aunque su partido decidiera darle de baja. Lo que sí puede hacer la formación liderada por Abascal es forzar la salida del gobierno municipal de Vox, una opción posible para desvincularse de posibles problemas relacionadas con la gestión como el que ahora se ha hecho público. Una medida que, si bien restaría visibilidad al partido, podría convenir a Vox tal y como demostró con su salida de los gobiernos autonómicos, al considerar que la fuerza de la marca radica en su visibilidad nacional y no en su gestión en el ámbito local.
Una situación esta que sería un arma de doble filo para Catalá. Por un lado se liberaría de un socio incómodo, pero por otro se encontraría gobernando en minoría con todos los problemas que eso conlleva en el manejo del día a día y la necesidad de los votos para la aprobación de iniciativas.