VALÈNCIA. La transición energética es uno de los grandes desafíos actuales, con un horizonte inmediato fijado en 2030. Las administraciones públicas desempeñan un papel clave en este proceso, no solo impulsando el cambio hacia fuentes de energía limpias, sino también garantizando que esa transformación se haga de forma justa y sin dejar a nadie atrás. En este contexto, la Fundación València Clima i Energia lidera proyectos innovadores como EnerCMed, de comunidades enegéticas solidarias en ciudades europeas porturarias, o como Requiem in Power (RIP), enmarcado en el programa europeo Power Up, que convierte los cementerios municipales en espacios de generación fotovoltaica para abastecer edificios públicos y apoyar a hogares en situación de vulnerabilidad.
De todo ello —retos, avances, experiencias y modelos replicables— se habló en la jornada organizada por Valencia Plaza y la propia Fundación, en una mesa redonda que reunió a representantes del Ayuntamiento de València, expertos del ámbito académico, técnico y social, y agentes que ya están protagonizando desde lo local esta transición necesaria.
En el desayuno informativo participaron el Concejal de Mejora Climática y Eficiencia Energética del Ayuntamiento de Valencia, Carlos Mundina; la Jefa del Servicio de Calidad y Análisis Medioambiental del Ayuntamiento de Valencia, Ana Viciano; el Gerente de la Fundació València Clima i Energia, Carlos Sánchez; la Técnica de Energía de la misma fundación, Victoria Pellicer; la profesora e investigadora de Derecho Administrativo en la Universitat de València, Inma Revuelta; el director del CEIP Ballester Fandos y miembro de la Comunitat Energètica Solidària Malvarrosa, Vicent Ripoll; la presidenta de la cooperativa AeioLuz, Nuria Baeza; y el profesor de la Universitat de València y representante del Grupo de Trabajo Ecosocial del Colegio Oficial de Trabajo Social de València, Sergio Belda Miquel.
La jornada comenzó con la intervención del edil de Mejora Climática, Carlos Mundina, que reconoció la responsabilidad de una administración como el Ayuntamiento de València ante el reto de la transición energética. “No tenemos que mirar hacia otro lado en cuanto a nuestras responsabilidades, 2030 está a la vuelta de la esquina”, señaló Mundina. El concejal puso en valor los esfuerzos del consistorio en esta materia y aseguró que el compromiso atañe a todas las delegaciones: “Se han hecho importantes esfuerzos desde Movilidad con la renovación de la flota de autobuses o también en Servicios Centrales con la ampliación de la red de cargadores eléctricos”, ejemplificó.

- El concejal de Mejora Climática, Carlos Mundina. -
- Foto: KIKE TABERNER
Proyecto RIP
En cuanto al proyecto RIP, la jefa del Servicio de Calidad y Análisis Medioambiental del Ayuntamiento de Valencia, Ana Viciano, explicó que abarca cinco cementerios de la ciudad (General, Cabanyal, Grao, Campanar y Benimámet) lo que lo convierte en una de las instalaciones fotovoltaicas urbanas más grandes de España, que puede suponer un ahorro de 1.000 toneladas de C02. Viciano reconoció que técnicamente ha requerido de un exhaustivo trabajo previo. “El proyecto tiene dos finalidades en cuanto al suministro, por una parte el autoconsumo en edificios municipales y por otra parte los hogares vulnerables, que seleccionan desde los Servicios Sociales”, detalló.
Por su parte, el gerente de la Fundación València Clima i Energia, Carlos Sánchez, apuntó al gran potencial del proyecto RIP que permitirá dar energía “a más de 850 hogares”. Sánchez también señaló este proyecto como un ejemplo de mejora de la eficiencia de recursos públicos. “Generar energía en autoconsumo es una manera muy eficiente de gestionar, porqué los ahorros que se producen pueden destinarse a otras lineas”, explicó.

- El gerente de la fundación València Clima i Energia, Carlos Sánchez. -
- Foto: KIKE TABERNER
En este sentido, el gerente de la fundación recordó que el Ayuntamiento abona prestaciones para el pago de facturas a colectivos vulnerables. Sin embargo, este proyecto permitirá ofrecerles energía gratuita, de modo que esas prestaciones puedan destinarse a otras necesidades. Además, subrayó que también se educa a estos hogares vulnerables para que sepan cuándo y cómo consumir energía para ser más eficientes en su uso, promoviendo así un cambio de cultura. “No somos meros pagadores de energía”.
El representante del Grupo de Trabajo Ecosocial del Colegio Oficial de Trabajo Social de València, Sergio Belda Miquel, reconoció que el proyecto RIP tiene “una importancia fundamental” puesto que conecta la transición energética con el prisma social. “Este proyecto aborda problemas sociales graves desde una lógica distinta”.
Método de selección de los beneficiarios
Durante la mesa redonda, Victoria Pellicer, técnica de energía de la Fundació València Clima i Energia, explicó que el proceso de selección de las familias beneficiarias del proyecto Requiem in Power parte de los servicios sociales municipales, que son quienes conocen de primera mano la situación de vulnerabilidad de las personas en cada barrio. El equipo del proyecto se acerca a los centros municipales dentro del radio de las instalaciones solares para presentar la iniciativa, y son los propios técnicos de servicios sociales quienes, con su criterio profesional, seleccionan a las familias. A partir de ahí, en colaboración con la cooperativa AeioLuz, se establece el primer contacto directo, muchas veces a través de mensajes de WhatsApp, con el objetivo de generar cercanía y confianza: “el cauce de entrada tiene que ser de una mano amiga”, remarcó Pellicer.

- La técnico de la Fundación Clima i Energia, Victoria Pellicer -
- Foto: KIKE TABERNER
Nuria Baeza, presidenta de AeioLuz, subrayó la importancia de hacer accesible la información, destacando que cuentan con un teléfono disponible las 24 horas del día para responder dudas, contactar a los usuarios y facilitar la comprensión de conceptos complejos como el autoconsumo colectivo. Ambos perfiles coincidieron en que el acompañamiento es clave: se revisan facturas desde el inicio para generar ahorros incluso antes de conectarse a la energía solar, y se acompaña a las familias en una primera fase administrativa, seguida de formaciones y talleres colectivos.
Más allá del ahorro económico, se busca que las personas aprendan a interpretar su factura, entender sus hábitos de consumo y compartir experiencias con otras en situación similar. Pellicer insistió en que la pobreza energética genera aislamiento y culpabilidad, por lo que estos espacios ayudan a tomar conciencia de que se trata de un problema estructural y a pasar de un rol de víctimas a uno de agentes activos con derechos. Sin embargo, también reconocieron que la gestión del tiempo y de las expectativas es uno de los retos más complejos del proyecto, ya que los trámites pueden alargarse durante meses, lo que hace necesario mantener un vínculo constante que sostenga la confianza en el proceso.
La comunidad educativa como motor de cambio
La jornada también puso el foco en otras iniciativas pioneras que están contribuyendo desde lo local a la transición energética. Uno de los ejemplos más inspiradores fue el de la Comunitat Energètica Solidària Malvarrosa, presentada por Vicent Ripoll, director del CEIP Ballester Fandos, centro educativo donde se desarrolla este proyecto singular.
Ripoll explicó que se trata de una comunidad energética atípica, ya que nace en el seno de un colegio público, donde centro escolar y comunidad energética se apoyan mutuamente. La fundación municipal también ha colaborado estrechamente con este proyecto, “su colaboración ha sido fundamental”, reconoció Ripoll.
La iniciativa, que también se apoya en el proyecto europeo EnerCMed, parte de una visión pedagógica que trasciende las aulas: “el colegio quiere ser un modelo, un espejo en el que se puedan mirar otras comunidades educativas”, afirmó Ripoll. Con una pequeña instalación fotovoltaica, el centro busca avanzar hacia la autosuficiencia energética y al mismo tiempo apoyar a 34 familias vulnerables del entorno. “Queremos empoderar a las familias a través de la soberanía energética”, señaló, destacando la intención de que la comunidad educativa no solo enseñe sostenibilidad, sino que la practique y la comparta. “Educar a la sociedad del futuro implica promover hábitos de consumo responsable dentro de la escuela y trasladarlos a los hogares”, añadió.

- Vicent Ripoll del CEIP Ballester Fandós -
- Foto: KIKE TABERNER
Pero la apuesta del centro no se detiene ahí. Ripoll explicó que el colegio también trabaja en la renaturalización de los patios escolares, como respuesta directa al impacto del cambio climático y las olas de calor cada vez más frecuentes. “Los colegios somos de los pocos edificios públicos sin aire acondicionado”, advirtió, y por ello han planteado alternativas como cubiertas vegetales y espacios de sombra que permitan acondicionar el entorno en los meses más duros del curso. “Queremos ser un centro piloto, cambiar la hegemonía de las pistas deportivas y ofrecer alternativas diferentes”, dijo.
En esta línea, Sergio Belda, el representante del Grupo Ecosocial del Colegio de Trabajo Social, alabó esta iniciativa. Para Belda, estas iniciativas representan la conexión real entre lo social y lo ambiental, donde una instalación fotovoltaica, más allá de su función técnica, compromete al centro con su entorno y lo convierte en un agente activo del cambio.
Trabas por la falta de regulación
Uno de los puntos que generó mayor consenso en la mesa redonda fue la enorme dificultad legal y administrativa que supone hoy poner en marcha proyectos de esta índole. Tal y como subrayó Inma Revuelta, profesora de Derecho Administrativo de la Universitat de València, la transición energética implica un profundo cambio de paradigma: “éramos simples consumidores y ahora podemos producir energía, tanto ciudadanos como administraciones, y eso plantea muchos retos”. Sin embargo, el marco jurídico actual no está preparado para esta nueva realidad, especialmente en lo que respecta al autoconsumo colectivo y a las comunidades energéticas, cuya regulación específica, tanto desde el derecho energético como desde el derecho administrativo y patrimonial, aún está por desarrollarse.

- Inma Revuelta durante la jornada -
- Foto: KIKE TABERNER
“La normativa actual no está pensada para estas cuestiones”, insistió Revuelta, que calificó de “casi un milagro” lo que está haciendo el Ayuntamiento de València para llevar adelante este tipo de iniciativas. El acceso y la conexión a la red eléctrica siguen siendo grandes obstáculos: “los proyectos de autoconsumo colectivo no llegan ni al 1% porque ni siquiera hay una regulación clara”, señaló, y añadió que han tenido que elaborar un pliego tipo con informe jurídico adaptado a la legislación de patrimonio y régimen local, un modelo que ya están observando con interés otros ayuntamientos.
Mundina coincidió en esa lectura: “Aterrizar un proyecto en la administración tiene sus trabas. No vamos todo lo rápido que quisiésemos”. Además, reconoció que la falta de regulación está condicionando los plazos y generando incertidumbre: “No hay precedentes, no hay regulación”, sentenció.
Por su parte, la presidenta de AeioLuz, apuntó directamente al sistema: “todas las dificultades señalan al mercado energético como el primero que pone trabas”. Según explicó, aunque las cuestiones técnicas tienen solución, el verdadero problema radica en las lógicas del mercado, donde la energía sigue tratándose como un bien y no como un derecho básico, lo que dificulta su democratización.
Pese a todas estas barreras, Carlos Sánchez, gerente de la Fundació València Clima i Energia, destacó la voluntad de compartir el conocimiento acumulado: “queremos poner todo esto a disposición de cualquier administración que lo necesite”, dijo, mostrando la disposición de València a liderar no solo desde la práctica, sino también desde la generación de herramientas jurídicas y técnicas que permitan replicar el modelo.
Acciones para avanzar en la transición energética
La mesa redonda concluyó con una mirada hacia el futuro, en la que los participantes señalaron diversas acciones concretas que pueden contribuir a avanzar en la transición energética. Carlos Sánchez, gerente de la Fundació València Clima i Energia, subrayó que el primer paso debería ser siempre reducir el consumo energético: “antes de instalar renovables, hay que conseguir que los edificios consuman menos”. En este sentido, explicó que el Ayuntamiento ha mapeado casi todos los edificios municipales donde se podrían abordar más proyectos de instalación fotovoltaica, en paralelo a otras líneas como el impulso de comunidades energéticas o la colaboración con entidades con vocación participativa.

- Nuria Baeza, de la cooperativa AeioLuz -
- Foto: KIKE TABERNER
El concejal Carlos Mundina añadió que la concienciación ciudadana será clave. Desde esa perspectiva, Nuria Baeza (AeioLuz) insistió en que “la transición no se juega solo instalando placas solares”, y reclamó un papel más activo del Ayuntamiento en la sensibilización social: “si cada ciudadano y administración exigiera energía con garantía de origen renovable, ya estaríamos haciendo mucho”. En este sentido, Sergio Belda recordó que la Universitat de València ya lleva a cabo esta medida y apuntó que una herramienta poderosa e infrautilizada es la compra pública con criterios sociales y ambientales: “incorporar estos criterios en los contratos públicos tiene un impacto enorme”.
Victoria Pellicer resumió que es clave “diversificar los mensajes, elegir bien las batallas y los argumentos” para seguir con la divulgación, mientras que Carlos Sánchez cerró con una recomendación clara para otras administraciones: “que busquen a los agentes clave del territorio, que entiendan que este es el mayor reto al que se enfrenta la humanidad y que no se puede afrontar en solitario”.
En definitiva, como expresó Carlos Mundina, el reto es “ser ejemplares”, desde todos los frentes: administración, ciudadanía, empresas y medios de comunicación. Porque solo desde ese compromiso colectivo será posible avanzar hacia una transición energética justa, inclusiva y efectiva. Continuando con el compromiso con la transición energética justa, la Fundación València Clima i Energia celebra este jueves la jornada 'Conecta tu municipio al Sol. Energía limpia y justa para tu ayuntamiento', donde se compartirán los resultados del proyecto europeo Power Up y se detallarán modelos de energía renovable para combatir la vulnerabilidad energética.