VALÈNCIA (EP). La Concejalía de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento de València ha impulsado medidas para combatir la "eclosión temporal" de insectos en la ciudad, provocada por las altas temperaturas y las recientes lluvias, aunque desde este departamento han garantizado que este fenómeno es "puntual" y no representa "un riesgo para la salud".
Ante esta situación, el concejal de Sanidad y Consumo, José Gosálbez, ha reunido a los responsables del Servicio de Sanidad y Consumo, Parques y Jardines y la Gerencia del Consell Agrari Municipal de València para coordinar "una respuesta inmediata". "Estamos actuando con responsabilidad y rapidez", ha resaltado el edil, según recoge el consistorio en un comunicado.
Desde la Concejalía han admitido que la combinación de lluvias intensas y temperaturas elevadas durante los últimos meses ha provocado una "eclosión temporal" de insectos en València y su área metropolitana y han reconocido que, aunque no suponen "un riesgo sanitario", sí generan "molestias para la población".
En esta línea, han subrayado que no se trata "de una plaga ni de una amenaza para la salud pública", puesto que, según los técnicos, el fenómeno "responde al ciclo vital natural de los insectos y tendrá una duración limitada". Aun así, el Ayuntamiento empleará actuaciones para "reducir las molestias" entre los ciudadanos.
Entre las actuaciones previstas destacan la intensificación de la limpieza de caminos rurales por parte del Consell Agrari, las notificaciones a propietarios de parcelas rústicas para exigir el mantenimiento adecuado de sus terrenos o el clareado de zonas ajardinadas con exceso de vegetación.
Además, en el caso de plagas como cucarachas, mosquitos o ratas, que sí suponen "un perjuicio para la salud", los equipos de control responden "en un plazo de 24 a 48 horas" desde que el ciudadano notifica la incidencia. "La coordinación entre servicios municipales es clave para reducir las molestias y asegurar la tranquilidad de los vecinos y vecinas", ha destacado Gosálbez.
Finalmente, ha apuntado que la normativa europea actual "limita progresivamente el uso de tratamientos fitosanitarios para preservar la biodiversidad", lo que requiere "enfoques coordinados para la gestión de este tipo de fenómenos naturales".
