Lo malo de Vinostrum: los horarios de apertura limitados de Mossen Sorell, incluso para los establecimientos hosteleros que hacen que este mercado permanezca abierto.
Lo bueno: todo lo demás. Lydia Palomar, hija del hostelero Luis Alberto Palomar, es la responsable de este proyecto que los jueves y viernes por la tarde —las tardes ya son más largas, hacerse unos vinos apetece como nunca— explota un tipo de gastronomía de la sencillez y el producto donde la parte líquida manda.