VALÈNCIA. El liquen escleroso vulvar es una enfermedad inflamatoria crónica de los tejidos del área urogenital incluyendo vulva y zona perineal. Se caracteriza por la aparición de manchas blancas, adelgazamiento de la piel que pueden provocar, picor genital, dolor, molestias vulvovaginales o dolor con las relaciones. Aunque puede afectar a personas de cualquier edad, es más común en mujeres postmenopáusicas. La causa exacta del liquen escleroso no se conoce, pero se ha asociado con factores autoinmunitarios y hormonales.
Se trata de una patología muy infradiagnosticada ya que en muchos casos el diagnóstico de liquen se puede demorar incluso años al ser confundido con infecciones recurrentes por hongos o con la atrofia urogenital presente en la menopausia y en ocasiones se puede perder incluso la anatomía de la vulva. Por esto es importante diagnosticar a tiempo esta enfermedad.
Tal como explica el doctor Eugenio Blanes, ginecólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre “el diagnóstico temprano en esta patología es fundamental ya que tratada a tiempo, el liquen escleroso vulvar se puede detener o ralentizar, pero al ser una enfermedad autoinmune y crónica, no se puede curar definitivamente y pueden aparecer brotes, por ejemplo, cuando hay situaciones de estrés” y subraya que “en los últimos años se están aplicando tratamientos de medicina regenerativa con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las pacientes, como el uso de infiltraciones de ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas o el uso de dispositivos como el láser o la radiofrecuencia que van actuar mejorando la formación del colágeno y regenerando los tejidos dañados”.
Sintomatología
El liquen escleroso es una patología autoinmune que tiene un fuerte impacto en el tejido vulvar, anal y en la mucosa vaginal. Se manifiesta con un cambio en la textura y el color (palidez) en la zona vulvar y perianal. “También es habitual sentir picor, sensación de irritación o quemazón, por lo que es fácil confundir su clínica con una candidiasis o una dermatitis. Además del picor, la paciente puede presentar dolor con la micción (disuria), infecciones vulvolvaginales, y, por supuesto, disfunción sexual, pasando desde el dolor vulvar (vulvodinia), dolor con las relaciones sexuales (dispareunia), hasta la pérdida total del deseo”, comenta el profesional.
Otra característica del liquen es que la piel se vuelve muy frágil y va sufriendo micro lesiones con el roce o la presión. Las cicatrices secundarias a estas heridas provocan un estrechamiento progresivo de la entrada de la vagina. Según el profesional, “como consecuencia de estas lesiones, es habitual padecer dispareunia, es decir, dolor en las relaciones sexuales por la reacción cicatricial asociada”.
Tratamiento
Además de la aplicación de corticoides, la medicina regenerativa está avanzando mucho en el estudio y tratamiento del liquen escleroso vulvar. El tratamiento con láser ginecológico como el láser Erbio-Yag cada vez consigue mejores resultados. “Se publican más estudios que avalan al láser como un tratamiento que produce una intensa mejoría en la sintomatología del liquen escleroso vulvar, tanto del prurito, dolor y dispareunia como del aspecto macroscópico o a simple vista de la piel de la vulva, con todo ello mejorando la calidad de vida de la paciente que lo padece”, agrega el doctor Blanes quien comenta que “es un tratamiento que se hace en consulta, de forma totalmente ambulatoria, con anestesia tópica en crema y generalmente muy bien tolerado. En muchas ocasiones hacemos el tratamiento con el láser Erbio-Yag en el contexto de un tratamiento por sequedad y atrofia vaginal, ya que es muy frecuente que vayan de la mano”.
Dado que el liquen se presenta y evoluciona de una manera tan diferente en cada mujer, es difícil establecer protocolos específicos que definan parámetros o número de sesiones. “De momento casi todos los estudios hablan de gran eficacia con dos o tres sesiones separadas entre 4 y 8 semanas que es lo que dura el ciclo del colágeno, aunque siempre individualizamos en función de las necesidades de las pacientes”, afirma el especialista.
Existen otros tratamientos que, como el láser, pertenecen al campo de la medicina regenerativa y que se pueden realizar de forma conjunta con el mismo como son la infiltración de plasma rico plaquetas o ácido hialurónico, potenciando de esta manera los efectos.
“Además, se han desarrollado infiltraciones con principios biológicos específicos para la piel vulvar que ayudan a regenerar el tejido dañado. Y cobran protagonismo nuevas técnicas quirúrgicas a base de células madre obtenidas del tejido graso”, concluye el doctor Blanes.