VALÈNCIA. El espacio queer autogestionado Varietats, situado en la calle Quart, ha tenido que cerrar sus puertas temporalmente a causa de un trámite burocrático encallado en el Ayuntamiento de València. Se trata de una historia laberíntica que el local arrastra de sus anteriores propietarios, pero que la gerente del espacio, Lucía Poncelas, ha explicado públicamente a través de redes sociales.
Según relata, sobre el local —antiguo Víbora— pesaba un cese por falta de una auditoria acústica desde 2013, algo que en la transmisión del local, en 2020, se desconocía. En septiembre de 2021, la Policía Local advirtió de la falta de esta auditoría a la gerencia actual, y consecuentemente, cerró durante un mes para llevarla a cabo, trasladando toda su programación a otros locales.
Una vez hecha, volvieron a abrir y desde entonces —cuenta Poncelas— la Policía ha estado visitando recurrentemente el local pidiendo los papeles (a veces, hasta tres veces el mismo fin de semana). Hace unos días, la Policía advirtió que les faltaba un papel en respuesta a esa auditoria que el Ayuntamiento debería haber entregado cuatro meses después de haberla presentado, y por tanto, no podían poner música. A la espera de ese documento, el local ha decidido no jugársela y bajar la persiana hasta que el consistorio regularice su situación.
Si bien técnicos del Ayuntamiento iban a visitar el local a lo largo el lunes pasado, según sigue contando Lucía Poncelas, no se ha dado tal visita, por lo que siguen sin tener en el horizonte ni siquiera un fecha posible de apertura, a las puertas de fallas.
En declaraciones a este medio tras su exposición de los hechos en redes sociales, la responsable de Varietats explica que la programación del local se hace a dos meses vista y que no tienen pensado paralizar su diseño. “Intentamos aguantar siempre hasta el último segundo para no cancelar, ojalá podamos hacerlo este mismo jueves”, explica. Pero se pregunta si en la espera a que el Ayuntamiento le conteste cuando ella ya ha hecho todas las gestiones: “¿me espero ad eternum? ¿doy de baja a mis trabajadores? ¿dejo el local en el que estoy, con el riesgo a que lo alquile a otra persona?”.
Poncelas es taxativa: “No entra en mis planes despedir a mis trabajadoras”. Así que están viendo como trasladar los espectáculos más populares a otros locales y los más pequeños a la planta de arriba, de la asociación, que funciona como un casal, sin la capacidad acústica y escénica del pub.
“Podemos aguantar, pero no mucho. Mientras no hagamos la programación allí, necesitamos dinero para pagar los alquileres de las otras salas y que el beneficio cubra el alquiler de nuestro local propio, que tiene que estar cerrado”, argumenta.
Varietats es un espacio autogestionado cuyo eje de la programación en la cultura drag y queer. Se trata de un entorno de ocio y entretenimiento seguro, ubicado en el corazón del Barrio del Carme. El edificio tiene un local para las actividades de la asociación House of Varietats, que organiza desde cine-forums a clases de valenciano; y cuenta con un pub por donde está pasando y creciendo la escena drag local.