VALÈNCIA. (EP). Varios peritos de la Agencia Tributaria han relatado este jueves en el juicio al exvicealcalde de València Alfonso Grau y al empresario Urbano Catalán que, tras hacer un seguimiento de los relojes que presuntamente regaló el propietario del grupo Transvia a Grau y que este supuestamente después devolvió para hacerse con otros de más valor aportando dinero en efectivo, llegaron a la conclusión de que efectivamente "eran los mismos". "Son relojes que no se venden todos los días, no era buscar una aguja en un pajar", han llegado a apuntar.
Además, sobre la línea que ha seguido la defensa de Catalán en cuanto a que las mercantiles del empresario regalaban habitualmente relojes a sus trabajadores en el momento de su jubilación, los peritos han mostrado sus dudas: "No se van regalando relojes de 25.000 euros a empleados", ha dicho una de ellas.
Así lo han explicado estos peritos este jueves en la cuarta sesión de la vista en la que se juzga por cohecho y blanqueo al que fuera número dos de la exalcaldesa Rita Barberá, que también se encuentra investigado en el conocido como caso Imelsa.
Supuestamente, Grau aceptó dos relojes de lujo del empresario, los cambió por otros más caros y pagó la diferencia, lo que constituiría un presunto blanqueo, mientras que mercantiles relacionadas con Urbano Catalán, responsable de Transvia y Viajes Privilege, habrían resultado adjudicatarias de un total de 16 contratos por un importe aproximado de 2,5 millones de euros entre 2006 y 2015.
La Fiscalía solicita para Grau una pena de seis años de prisión y el pago de una multa de 75.000 euros, mientras que para el empresario reclama un año de cárcel por cohecho.
El primero en comparecer este jueves ha sido un asesor fiscal del exvicealcalde, quien ha defendido que este disponía de un "flujo monetario más que suficiente" para poder adquirir esta clase de relojes de alta gama y que las rentas que declaraba le eran suficientes para afrontar esas compras.
Por otro lado, ha reconocido que Hacienda requirió justificación de los medios que empleó Grau para adquirir los relojes, pero que fue en efectivo y solo tenían un ticket. Ante esta situación "incómoda" para el entonces vicealcalde de València, ha argumentado el asesor fiscal, le planteó presentar una declaración complementaria por los importes en metálico abonados por Grau por los relojes.
Por su parte, los peritos de la Agencia Tributaria han señalado que requirieron información a la joyería sobre sus clientes y los libros de registros de facturas e IVA con la intención de vigilar las adquisiciones por importes elevados y si estas compras se correspondían con la renta de los clientes. También comprobaron adquisiciones de joyas por parte de sociedades, dado que "es muy dudoso que se pueda enmarcar en la actividad económica de una empresa".
Así, comprobaron que Grau compró estas piezas mediante pago en efectivo y a través del importe correspondiente a la devolución de otros relojes. A continuación, pidieron las facturas de estas operaciones mediante requerimientos al ex número dos del Ayuntamiento de València, a lo que recibieron una "contestación muy parcial", han destacado.
Grau alegó que uno de los relojes que devolvió para hacerse con otro de más valor era un regalo de Navidad de familiares y, sobre el otro, presentó una declaración complementaria a Hacienda para declarar el efectivo que empleó. Los peritos han puesto de relieve que el procesado "no aportó en ningún momento ningún ticket de ninguna de las adquisiciones" y han explicado que en total acabó presentando tres complementarias para regularizar el dinero utilizado en distintas operaciones, como los más de 12.000 euros que abonó en efectivo en la compra de uno de los relojes objeto de sospecha y que le costó más de 25.000 euros.
Sobre este tema también se ha pronunciado el asesor fiscal de Grau, que ha señalado que no contestaron a requerimientos de Hacienda porque regularizaron el dinero. "El cliente pagó y no volvieron a requerir la información", ha afirmado.
También han apuntado que se enviaron varios requerimientos a Transvia y Transvia Tours, empresas con las que Catalán adquirió los relojes, al objeto de que justificaran la compra de las piezas. "Acabaron presentando también una complementaria al no poder o no querer justificarlo e identificar a los destinatarios. La empresa dijo que desconocía la persona destinataria de los regalos que hacía. Lo atribuían a regalos según los usos y costumbres", han desarrollado los testigos.
En cualquier caso, a este respecto, uno de ellos ha dudado de que estos presentes fueran destinados a los trabajadores de las empresas de Urbano Catalán. "No se van regalando relojes de 25.000 euros a los empleados", ha llegado a decir.
Preguntados por el hecho de que no coincidiera el precio de los relojes adquiridos por Catalán y los posteriormente devueltos por Grau, han indicado que por esa razón se hizo un seguimiento de los propios objetos. "Son relojes que no se venden todos los días, no era buscar una aguja en un pajar. Llegamos a la conclusión de que los relojes devueltos por Grau eran los que había adquirido Catalán", han apuntado.
Tras los peritos de Hacienda ha llegado el turno de los de las defensas, que han dirigido sus testificales a plantear sus dudas sobre la veracidad de los inventarios de la joyería en los que la Agencia Tributaria basó sus indagaciones.
En concreto, un economista, asesor de Urbano Catalán, ha asegurado que esos inventarios "no tienen ningún valor" porque "es una hoja de Excel que puede hacer cualquiera". También se ha referido a los tickets aportados por la joyería, sobre los que ha seguido la misma línea, dado que ha sostenido que "se pudo hacer en cualquier momento" y, por esta razón, tampoco "tiene ningún valor". "No se ha hecho un trabajo para comprobar la realidad de ese inventario", ha criticado el testigo de la defensa del empresario.